Literatura

Fuenteovejuna: Versión de Luis de Tavira

Fuenteovejuna: El mejor teatro va a tu casa

Fuenteovejuna: El mejor teatro va a tu casa

 

Miércoles 13 de Junio de 2007.

Una tarde como cualquier otra…
Y entonces, como siempre sucede en mis historias raras, sonó el teléfono.
-Qué onda, güeee –era Adolfo Blanche, mi mejor amigo y nuevo Niño TodoMePasa-. Vamos a CENART a ver una obra de Teatro, ¿quieres ir?
-¿Cuál es?
-Fuenteovejuna. Es adaptación del tío de Xim… (o seaaa, ¿no??? :OP)
Poco después, una pandilla de escritores casi inéditos estaba dando vueltas por el Centro Nacional de las Artes.
-Disculpe, ¿sabe dónde está El Rocinante?
Cuando por fin encontramos el teatro, todavía tuvimos que anotarnos en una lista (de nada sirvió ir con \”la sobrina de Luis de Tavira… güeee\”). Había tanta gente esperando, que hasta parecía Italiannis en Diez de Mayo…
Una enorme estructura de metal y tela… ¿A poco éste es el teatro?
-Espera a verlo por dentro, Bananina.
…y dentro había gradas y un escenario sin nada de decoración, pero con distintos niveles para jugar con el espacio.

-Tercera llamada. Comenzamos.

El Teatro Rocinante es un INCREÍBLE proyecto encabezado por el Maestro Luis de Tavira (Director General de La Casa del Teatro, A. C.), que consiste básicamente en… llevar el teatro hasta tu casa.
Sí: el teatro va a tu casa. Si vives en una ciudad taaan pequeña que no tiene ni un solo foro para presentar obras teatrales, espera a que El Rocinante llegue a ti.

\”¡El mejor teatro va a tu casa!\”

¿O acaso no es una EXCELENTE idea??? Metes gradas y escenario en un tráiler, y te vas puebleando en busca de público que desee pasar un muy buen rato.
¿Qué importa si el H. Gobierno Federal decidió darle en la madre al presupuesto de Cultura?
(Señor Felipe Calderón: ¿sabe usted que anoche robaron en mi edificio por primera vez en quince años???)
Personas como Luis de Tavira realmente trabajan por la educación en México: la entrada al Teatro Rocinante es totalmente gratuita.
Y ni les cuento cómo estuvo la obra… UFFF. Ni siquiera sentí las cuatro horas que duró. Por mí que quiten los intermedios. Sólo que me quedé con ganas de entrevistar a Mónica Gutiérrez, quien representara a Laurencia… GUAU. Pero qué actuación, de verdad. GUAU.
No sé nada sobre Teatro ni bajo qué parámetros juzgar un montaje, pero la interpretación de Mónica no me llegó: ME DOLIÓ. Yo sé que más de uno salió llorando por culpa de Laurencia. Lo más impresionante es que, según me dijo Ximena de Tavira, la mayoría de los actores del son estudiantes.
Ojalá tengan la oportunidad de asistir a este montaje. Advertencia: es una obra muy (MUY) fuerte, incluso para los adultos, así que no lleven niños. No me queda más que agradecer a Adolfo y a Ximena por haberme invitado, felicitar a Luis de Tavira por su magnífica adaptación (Fuenteovejuna “a la mexicana”) y a todo el equipo del Teatro Rocinante por su increíble trabajo.

TEATRO ROCINANTE PRESENTA:
FUENTEOVEJUNA

\”Versión libérrima del drama famoso de Lope de Vega, por Luis de Tavira. Con la colaboración de Salvador Montes\”.

REPARTO

Enrique Arreola como Fernán Gómez.
Mónica Gutiérrez como Laurencia.
Fernando Rubio como Esteban.
Teresa Rábago como Matilde y Vieja.
Gerardo Gerardo Zazueta como Frondoso, Soldado y Rey Fernando.
Olga González como Jacinta.
Rafael Covarrubias como Mengo y Soldado.
Emmanuel Varela como Flores y Juez.
Marco Norzagaray como Ortuño, Obispo y Verdugo.
Gabriel Soberón como Cimbranos, Leonelo, Centinela e Inquisidor.
Julio Infante como Juan el Rojo y Soldado.
Gisela García como Pascuala.
César Ríos Legaspi como Barrildo, Niño y Maestre de Calatrava.
Rocío Ramón como Inés.
Quy Lan Lachino como María.
Mauricio Pimentel como Fraile.
Bernardo Benítez como Soldado, Centinela y Don Manrique.

CREATIVOS

Diseño de escenografía e iluminación: Philippe Amand
* Coreografía: Marco Antonio Silva.
Vestuario: Gabriel Ancira.
Musicalización y canciones: Alberto Rosas Argaez.
Realización de escenografía: Macedonio Cervantes.
Utilería y pintura escénica: David Barrera.
Asistente de iluminación: Gustavo López.

ASESORÍAS

Asesoría en verso: Jorge Ávalos.
Producción: Tatiana Maganda.
Asesoría en Comedia del Arte: Roberto Duarte.
Asistencia de Dirección: Mafer Lomelín.
Bitácora: Claudia Cisneros.
Administración: María Inés Cárdenas.
Asesoría en baile de Tierra Caliente: Martín Pérez.
Coordinación de gira: Yulleni Pérez-Vertti.
Productor \”Rocinante\”: David Lynn.
Director Técnico Rocinante: Gustavo López.
Coordinación de Actores: Teresa Rábago.
Dirección: Mauricio Pimentel.
Director General de La Casa del Teatro, A. C.
Centro Dramático de Michoacán: Luis de Tavira
*Miembro del Sistema Nacional de Creadores.

Antirracismo racista o apropiación cultural

Antirracismo racista o apropiación cultural

Antirracismo racista o apropiación cultural

Igual y porque los mexicanos que vivimos en México somos buena onda…
Ayer salió la noticia de que la actriz Zoe Saldana se arrepiente de haber interpretado a Nina Simone, cantante de Blues. ¿Por qué? ¿Acaso una “nita” latina no es lo suficientemente nita para interpretar a una nita? ¿Es su culpa haber nacido con nariz y boca fina? ¿Es su culpa ser menos morena? (A menos que use crema Clarant B3 o similar para aclararse la piel, claro.)
¡Uuuy, pues! ¡Por favor DISCULPEN a Zoe Saldana por verse guapa hasta con la piel verde!
¿Así que una negra como Zoe Saldana no es lo suficientemente negra para interpretar a Nina Simone? ¿Por qué? ¿Porque es latina?

Eso, señores, es antirracismo racista.

¡Que ningún blanco vuelva a usar rastas!!!
Tal y como esa mamada de Vicente Fox Quesada es discriminatoria: “Mexicanos y mexicanas, niños y niñas”… Y ahora con lxs jaladxs de escribir así en “lenguaje” inclusivo, incluyente, bla bla bla.
Comencemos con esa mamada antirracismo de “nita”:
Hace muchos años, bueno, ni tantos. Antes el pan Nito Bimbo, bizcocho relleno de chocolate que era de mis favoritos… antes se llamaba Negrito Bimbo. Y no sé si acaso el nombre original haya provocado montones de suicidios entre quienes se sintieron ofendidos. Oh por Dios.

¿Será que los mexicanos nos ofendemos cuando los norteamericanos llaman “comida mexicana” a porquerías como el chilli dog?

Respuesta: NO. Nos vale gorro. Por no decir que nos vale algo con p.
¿Será que en el recetario de mi bisabuela Rafaelita existe el chilli beans?
NO.
¿Acaso nos gusta la “salsa verde” de Disneyland, que es más dulce que un Pelón Pelorrico?
NO.
¿Nos afecta?
NO.
¿Nos importa?
NO.
¿Hacemos artículos sobre la “apropiación cultural” de Taco Bell y anexas por llamar “taco” a una tostada doblada y rellena de cuanta porquería encuentran?
NO.
¿Lloramos lágrimas de Zoe Saldana cuando probamos el Taco Salad de Six Flags California, antes de que Reino Aventura desapareciera?
NO.

En verdad me parece indignante este tren del meme. Su antirracismo me parece más racista que otra cosa.

Desde que a Bimbo se le ocurrió cambiar el nombre del Negrito Bimbo a Nito Bimbo… O no sé si fue desde antes. De pronto se puso de moda, porque no fue más que una moda, dejar de decir “negro” para cambiarlo a “afroamericano”.
Y yo que a veces me paso de políticamente correcta, ahí estaba regañando a todos los que decían negro, negra, negrito, etcétera. Claro, hasta que llegué a León. De pronto escucho en todas partes las palabras negro, negra, negrito, etc.
Sin problema, porque para empezar en Ciudad de México solo recuerdo haber conocido a dos personas de color, y de lejos:
1) A un jugador de Los Aztecas, equipo de la NBA en México que habrá durado un año o menos, que un día fue a quién sabe qué al Colegio Simón Bolívar para Niñas de Mixcoac.
2) El cantante Kalimba.
3) Ah bueno, en ese caso también a su hermana M’Balia Marichal.
4) Y ya.
¿Acaso Kalimba se ofende cuando sus compañeros de OV7 (o como se llamen ahora) le dicen Negrito?
NO.
Habría muerto por conocer a algún afroamericano en persona, porque entre la carita de Michael Jordan… Y los tiros libres que siempre fallaba mi ex novio Shaquille O’Neal… Y con todo lo que se alcanza a ver en ciertos videos medio acá…
En León, en cambio, hay un montón de gente de color que viene de Centroamérica en el famoso tren de “La Bestia”. Justo enfrente tengo a un vecino al que con gusto le haría ojitos si tan solo estuviera soltera.
¿Será que les molesta que uno les diga negros, negritos, etcétera? ¿Les molesta que les digan “gente de color”? ¿Les molesta que les digan “afroamericanos? (En un artículo llaman a Zoe Saldana “Afrolatina”.

¿Acaso a mí me molesta que me digan latina?

NO.
¿Me molesta que Homero Simpson use un sombrero de nacho con queso amarillo en el centro?
NO.
¿Que los turistas extranjeros beban tequila? ¿O que contraten mariachis? ¿Que hablen en mal español? ¿Y que compren cerveza Corona?
NO. Y NO. QUE NO. YA DIJE QUE NO.
Y así.
Ya me enfadé por tanta pinche ridiculez. Luego hablaremos de “Rock’n’Roll Nito” de Patti Smith. Y de las mamonas de la “generación de cristal” que se ofenden por la portada del primer disco de Molotov. ¿Se creen mujeres tan solo porque usan brasier? Pero bien que se lo quitan para pintar monumentos históricos invaluables para exigir su derecho a no cuidarse de una enfermedad venérea.

No me mates todavía

No me mates todavía

No me mates

todavía…

 

Fue lindo morir
para creer

 

que te encontraré
otra vez
para reír
como antes

 

cuando dormíamos
en nubes de uva
soñando existir
para reunirnos
con languidez
de abeja reina…

 

No me mates todavía.

 

¿Por qué preocuparte?
¿Tanto te satisface
verme sufrir sin ti?

 

¿Llorarás mi fotografía?

 

¿Marcarás al buzón
en que mi voz se congela?

 

¿Me comprarás flores blancas?
¿las más baratas, en oferta?
¿Me dedicarás una parte
de tus horas sagradas?

 

No me mates todavía
tengo tanto que decirte
y te da miedo la ouija…

 

Cualquier ente sensible
te contará exactamente
lo que pensé al colgarme
justo abajo de tu ventana

 

Aprender a escuchar
y dar señales de amor
requiere ayuda profesional
cuando ya estás muerta

 

y aún así caminas…

 

Es menos distópico
ser un eco distante
para tu noche triste
en que asesinas estrellas.

 

Da menos miedo
ser un cadáver prensado
que una voz perdida
entre sollozos ahogados.

 

Mátame de una vez
pero en definitiva…

 

¿Acaso aún no comprendes?

 

Yo sí estoy dañada
enterrada y podrida,

 

pero tú aún flotas
en tu propia tristeza
con tu hermosa sonrisa
que antes era perfecta.

Videojuegos gratis o la esclavitud perfecta

Videojuegos gratis o la esclavitud perfecta: My Café Recipes and Stories

Videojuegos gratis o la esclavitud perfecta

Por supuesto que en estos días, semanas, meses, no se puede hablar de nada que no sea el Covid-19. Ya nos hartamos de leer cifras de contagiados, de consolar a amistades que perdieron a un ser querido, etc.
Quienes estamos trabajando en casa, en lo de siempre o en alguna chamba emergente para pasarla, ya no hallamos qué más hacer. Tanto tiempo quejándonos de la falta de tiempo para descansar, tiempo para estar con la familia, tiempo para proyectos personales…
Hay quien ha recaído en los vicios de siempre. Alcohol, benzodiacepinas, opioides, marihuana: todo, todo sirve para olvidar un rato lo aburrido de un mundo que de pronto es asocial.
También hay quien nunca dejó de consumir activamente. Hasta se las ven en figurillas para conseguir su dosis habitual.
Y estamos los que hemos recaído en vicios menos “dañinos” pero igual de latosos.
En mi caso particular, primero recaí en el juego de:

\"Videojuegos
 

Kim Kardashian: Hollywood.

Este videojuego lo bajé cuando salió. Lo borré, lo reinstalé, lo volví a borrar y así. Hasta la pandemia, claro, que recaí feamente cuando creí que no tenía nada mejor que hacer.
He aquí mi boda en Florencia con mi novio virtual. No recuerdo cómo se llamaba. Primero me comprometí con otro (clásico), pero lo boté porque preferí ocupar mi tiempo en ser famosa (clásico). Estábamos preparando nuestra renovación de votos, como si lleváramos diez años casados, en Hawaii.
Pero entonces lo desinstalé porque apareció:
 
\"Videojuegos
 

My Café: Recipes & Stories.

No fue gracias a la famosa celebrity que descubrí que los videojuegos gratis son la esclavitud perfecta, sino con My Café. A mí ni me gusta cocinar, mucho menos para otras personas, ¿y aparte tener todo ordenadito? Ñeee.
Este juego lo bajé porque daban estrellas para comprar ropa y perritos y “adoptar bebés” en el de Kim Kardashian… Y preferí borrar a la Playmate a pesar del tiempo (jamás dinero) que invertí para tener ropa linda. Hello, ¡si en la vida real tengo ropa linda que NO utilizo porque no estoy, ni estaré, lo suficientemente flaca para lucirla!
Básicamente hay que hacer monedas para comprar muebles. Y hay que juntar diamantes para comprar especias para hacer recetas que te den monedas para comprar muebles. También juntas rubíes para expandir la cafetería donde haces recetas que te dan monedas para comprar muebles.
Aparte hay festivales donde usas tus especias para hacer monedas para comprar muebles. Y compites contra otros pueblos y ganas diamantes para comprar especias que usarás para hacer monedas para comprar muebles.

Y así. Interminablemente.

Eso sin contar las horas en grupos y fanpages de Facebook para aprender tips para hacer más monedas y diamantes para comprar más especias para hacer más recetas. Solo así lograrás hacer más monedas y diamantes por atender a gente que ni siquiera existe.
Ya no hablemos de quienes han gastado desde 21 pesos por un regalo para poder hacer tu pueblo. Pensé hacerlo, pero me dio mucha pereza comprar una tarjeta de $100 de Google Play para gastar 21 pesos. Y no tengo Paypal porque la única vez que intenté usarlo me estafaron 100 pesos del único libro electrónico que logré vender.
Sí: ese libro electrónico se lo vendí a mi mamá. ¿A quién más?
También pensé en comprar una oferta de 105 pesos de My Café. Pero me dio pereza comprar una tarjeta de Google Play de 200 pesos para gastar 105 pesos.
¡Y todo para atender a gente que no existe!
Aunque debo decir que me gusta este juego. Estas dos semanas que estuve enferma dejé de jugar, y ahora que estoy de regreso descargué My Café de nuevo porque…
ME ENCANTAN LOS VIDEOJUEGOS GRATIS QUE SE JUEGAN SOLOS.
Es cosa de vigiarlos nada más. Tomas pedidos del teléfono o del pueblo, pones a los meseros y baristas a atenderlos, ¡y ya! Dejas que la programación de Melsoft haga su magia sin que apenas intervengas.
El problema es que puedo estar horas y horas sin jugar, sino viendo cómo se juega solito el videojuego de turno.
Así he “jugado” durante más de diez años la saga de…
 
\"Videojuegos
 

Bloons Tower Defense

No sé si ya sacaron el 7. Pero sí he de decir que lo conocí desde la primera entrega, y cada versión es mucho mejor que la anterior. Del 5 me salté a Bloons Monkey City, porque no solo puedes hacer tu ciudad a tu gusto, sino que también te avientas rounds contra los globitos.
Hace tiempo escribí en inglés sobre este juego. Lo resumo en tres palabras: Changos revientan globos. Eso es todo. Y no sé por qué me resulta excepcionalmente RELAJANTE ver a unos changos reventando globos. Todos los globos, excepto el rojo, contienen más globos. A estas alturas puedo decir de memoria el orden de los colores y todo.
Lo único que hay que hacer es elegir los changos adecuados según el mapa, y la posición donde los dejarás. Y observar. Comprar mejoras y actualizaciones con las monedas del juego. Y ya.
Este juego apenas lo desinstalé porque mi hija se la pasa pidiendo jugar a los changos. Y es clásico que los niños descubren tu contraseña de desbloqueo sin importar cuán rebuscada sea.
Aquí también puedes comprar cosas con dinero real. Y en el de Kim Kardshian también. Y en todos los juegos freemium.
El tiempo es dinero. Los videojuegos gratis no son tan gratuitos: hay que pagar tiempo, dinero, o ambos, por el dudoso beneficio de jugarlos durante días, meses o años enteros.
Pero por mí está perfecto. No tengo el menor problema con dejar a mis meseros atendiendo mientras leo Charlie y la fábrica de chocolate. Hacía lo mismo con los de Bloons Monkey Defense. Con el de Kim Kardashian no tanto, ahí sí tienes que estarle apretando para viajar a otras ciudades y demás. Por eso lo borré primero.

Se domó la pandemia… JA JAJAJA

Se domó la pandemia... JA JAJAJA

SE DOMÓ LA PANDEMIA
(SÍ, CÓMO NO)

 
Diario reviso los titulares de noticias de Google. Hoy me quedé pasmada cuando leí que Andrés Manuel López Obrador dijo que se dominó o se domó la pandemia de coronavirus. No sé exactamente qué palabras usó el señor, ni que perdiera mi tiempo viendo sus \”Mañaneras\”…
Me quedé pasmada básicamente porque el lunes escribí en mi Facebook este texto.
Esa mañana mi mamá recibió la noticia que Lauris, su amiga de la oficina, falleció de Covid-19. Acababan de detectarle leucemia.

Solamente me quedé pensando:

Si los jefes de mi mamá no les hubieran dado Home Office…
Y si los dueños de esa empresa se hubieran puesto en el plan pendejo del codicioso de Ricardo Salinas Pliego…
Si ellos hubiesen obligado a cada persona a asistir al edificio a cumplir labores porque hay que cubrir la cuota de horas nalga…
O si la amiga de mi mamá se hubiera quedado de guardia… Y mi mamá también…

¿Qué habría pasado?

Que mi mamá, MI MAMÁ, se hubiera infectado.
Y tal vez mi mamá todavía la libre porque siempre hizo ejercicio y se cuidó.
Pero mi abuela tiene ochenta y ocho años de edad.
Mi abuela tiene EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica). Porque comenzó a fumar a los 15 años de edad y dejó el tabaco como a los 82.
Y no se fumaba más de dos cigarros al día, a la hora de su café.

Cómo se atreven estos infames demagogos a decir que se domó la pandemia de coronavirus.

Un tipo realmente estúpido es Jair Bolsonaro, presidente de Brasil. Vi una especie de cronología donde primero se jacta de la pequeña gripita. Va por todas partes sin cubreboca, sin respetar la sana distancia (“Susana Distancia”). Hoy día Brasil es el segundo país con más muertos e infectados por Covid-19. El epicentro pasó de Wuhan, China, a Italia y España.
¿Y cuáles fueron las inolvidables palabras de Jair Bolsonaro?
“Soy un Mesías, pero no hago milagros”
\"Se
(¡No me digas! Pinche estúpido.)

No soy ni fifí ni chaira. Así como tampoco soy ni proabortista ni provida.

El Peje nunca fue de mi agrado, pero ganó (no voté por él) y así de va, se merece una oportunidad…
Pero la mera verdad es que la está regando gacho. En todo.
Mientras tanto, medio México ama a Hugo López-Gattel. Nos mienta o no, total: bien dice el doctor Gregory House que todos mienten.
Y en serio, que no vengan con estas mafufadas.
Que ya se domó la pandemia.

¿Cómo se va a domar la pandemia cuando nuestra familia en Ciudad de México nos cuenta de amigos que ya fallecieron?

¿Cuando nos enteramos de que falleció el “médico de la colonia” tal o cual? Yo supe del doctor que atendía a medio Ticomán, por el Cerro del Chiquihuite.
También por esos rumbos murieron unos taqueros o no sé qué, que colocaron su puesto el diez de mayo. Hicieron mucho dinero en un día, y luego fallecieron.

Aquí en León la gente ya anda relajada.

En la pachorra. Ya es raro ver a alguien con su cubrebocas.
En Guanajuato “solo” ha habido 127 muertos. Dudo que a los padres, hijos, nietos de los fallecidos les guste que se minimice su pérdida. Pero al final solo es una estadística, como dijo José Stalin y la canción donde Marilyn Manson lo parafrasea:
“La muerte de uno es una tragedia. La muerte de millones es solo una estadística”.
La gente ya se muere, literalmente hablando, por salir a la calle.
No les importa morir por irse a formar para comprar una o dos cajas con cervezas. Como si no hubiera absenta, vodka, whisky, tequila y demás.
Pero, como decía mi jefe de El Heraldo de León:

Que hagan lo que quieran.

Si solo sobreviven los sanos, más nos valdrá entonces…
Abstenernos de alcohol y otras drogas.
Deshacernos lo antes posible del peso extra que hemos adquirido durante esta cuarentena.
Prepararnos físicamente como para correr maratones.
Decirle a nuestras células precancerosas, si es que tenemos algunas y ni lo sabemos, que se manifiesten y luego se larguen por el excusado.
Ojalá los demagogos hagan lo mismo: irse por el agujero de donde salieron.
Parece que a ninguno de estos señores de reluciente cuello blanco les ha caído el veinte de que mientras haya una persona con Covid-19 en el mundo, esto seguirá hasta que haya vacuna y medicamento.
…y entonces, y solo entonces, aparecerán los antivacunas que dicen que causan autismo y no sé qué tanto.
Covid-19, sarampión, veamos qué enfermedad “ya domada” regresa pronto gracias a estos genios.

Mi crush y yo en tiempos de coronavirus

Mi crush y yo en tiempos de coronavirus

MI CRUSH Y YO

EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS

Estaba realmente ebria cuando empecé a fantasear con mi crush. Su nariz envidiable, esos ojos de artista que me derriten cada que aparece en mi televisor
No sé de dónde conseguí su WhatsApp. Pero le escribí. No recuerdo las frases exactas que utilicé, pero le dije que me encanta y que moría por estar con él. No recurrí a la palabra “amor” porque el amor se da con la cercanía, y entre él y yo hay mucha distancia tanto emocional como física. De adolescente viví confundida entre enculamiento y amor, y ya no estoy para tonterías. Pero tampoco tengo edad para quedarme con las ganas de hacer lo que se me antoje.
Seguí bebiendo a la espera de una respuesta de mi crush.
Se acabaron las cervezas de mis six, así, nomás, casi casi sin que las tocara. Por el coronavirus hay escasez de alcohol, y ni se puede salir a la calle sin que te secuestren o te embolsen. Si no te mata la pinche pandemia, te desaparece cualquier cabrón.
Pero ahí estaba: la cajita del medicamento que mi tía olvidó. Ya ni me hacen cosquillas, pero andaba peda. Así que me tomé una cápsula, y dos o tres más por si acaso me hacían falta. Total, ¿qué tanto es tantito en plena cuarentena?
Después… No estoy tan segura de lo que en verdad sucedió. Supongo que me desmayé por borracha, o por tremendo pasón.

¿El problema? Que no fue en mi casa.

Meses después investigué y supe que algunas benzodiacepinas producen amnesia. Aunque, por supuesto, ese es un detalle que siempre se me olvida. Por eso tengo borrado el casete, el disquet, la memoria USB, la nube, o como sea que se diga ahora. El caso fue que desperté en una habitación a oscuras. Desnuda. Y alguien dormía junto a mí.
Con todo cuidado me levanté de esa cama y busqué mi ropa. Mi celular decía que eran las cuatro de la madrugada. Iba a encender la lamparita, pero tenía una notificación sin leer:
“Ya estoy afuera”.
No reconocí el número telefónico. Pero sí la espantosa fotografía de perfil.
Era de mi ex.
Encendí la lámpara de mi teléfono, y sí: definitivamente era la habitación de mi ex. Ese malnacido sandio, hijoeputa gandalla que se robaba mi lana y que durante años enteros me hizo confundir enculamiento y amor.
Nunca le escribí a mi crush. Creo. Ni ha de saber que sigo su fanpage de Facebook, que hasta tengo mi insignia de fan destacada.
Sobre mi ex… Pues ya no es mi ex. Estaba en su casa, y no se puede salir a la calle, así que sigo aquí. Con él. Justo ahora duerme. Y todo por mi chiste de andarme drogando. Rompemos la cuarentena, y seguimos rompiéndonos la jeta cada que nos enfadamos por celos. Hasta eso, nos llevamos mejor después de unos guamazos.
Y además lo tengo en engorda por si nos contagiamos.

Aniversario de bodas en cuarentena

Aniversario de bodas Héctor Júarez Lorencilla y Jéssica de la Portilla Montaño.

ANIVERSARIO DE BODAS

EN CUARENTENA

 
Este será recordado como el año de la cuarentena. Aranza no tuvo fiesta de cumpleaños, y mi ceremonia de graduación de la Uveg fue pospuesta hasta quién sabe cuándo.
Héctor Juárez Lorencilla y yo celebramos hoy nuestro aniversario de bodas. Me levanté a las cinco de la mañana para escribir este texto de amor… ¿Vas a leerme en cuanto despiertes? ¿O compraste desde diciembre distintas tarjetas para felicitarme según la ocasión?
Este año de la cuarentena no hemos tenido ni un invitado. El pastel de Arancita lo partimos frente a una webcam para no sentirnos tan solos…
Las noticias hablan de infinidad de parejas que ya no se aguantan con apenas un mes encerrados en casa. Nosotros llevamos así ya casi dos años, tú dando clases de regularización mientrras que yo leo las cartas. Ya estamos acostumbrados a pasar todo el día juntos, a esquivarnos si alguien anda de malas y a compaginar nuestros horarios.

Me gusta estar aquí, contigo.

Cómo nos hemos arreglado para compartir nuestro tiempo. Antes no era así, antes pasabas todo el día en tu oficina y yo media noche tratando de huir del periódico. No extraño correr con reloj y tarjeta en mano para apenas verte a la hora de la comida.
En dos semanas celebro otro mes de mayo en esta tierra, y para entonces aún no habrá restaurantes abiertos. ¿Hace cuánto que no compramos menudo o birria, que no estamos indecisos entre pizza y tacos de chorizo? De una vez festejaremos hoy el día de la madre y día del maestro, jaja, aunque sea enfrente de la webcam.
Ahora más que nunca nuestra familia somos tres personas: Héctor, Aranza y tú. Y más que nunca contamos con internet y redes sociales para compartir con la gente que amamos otro año más de vida. Nueve años que hemos pasado juntos, entre tazas de café a medias y calcetines perdidos. Entre bloques de plástico y maderas para construir castillos.
Estoy más que segura de que hace más de veintisiete años escribí en alguna parte que un día me casaría contigo.
Y mira: Aquí seguimos…
Y si la vida y el coronavirus lo permiten: Aquí seguiremos. Otros nueve años juntos, cuando menos. Feliz aniversario de bodas.

Tercero en discordia

Tercero en discordia - Jéssica de la Portilla Montaño.

TERCERO EN DISCORDIA

 
Me escapé varias veces a la hora de la comida para ver al escritor. También los fines de semana que enfadé a propósito al arrejuntado.
Era hermoso, con un perfil como esculpido a mano y una gran plática sobre poetas malditos y aspirantes que peleaban por becas del gobierno. Hasta dibujaba chingón.
Platicamos sobre literatura por un par de meses, previo al acto impúdico… Pero con él no pasó a mayores por cuestión de detalles.
1) Salió con una ex amiga de antaño, esa mamona y bellísima con fama de acostarse con todo(s). Las hermandades de leche no eran gratificantes en el minúsculo círculo de farándula defeña.
2) Amó a una bailarina. No le molestaba que ella bailara en calzones y, cito, \”hasta sin ellos\”.
Mis prejuicios respecto al tema eran mayúsculos. El mundo vivía la crisis ninja y lo perdimos casi todo… Mientras, nuestra inquilina aventaba lujos dignos de la sugar baby de un investigador de la UNAM.

¿Acaso me equivoqué al solo tener novios imbéciles y ningún, digamos, mecenas o patrocinador?

3) En todos esos años no fui capaz de serle infiel al arrejuntado.
Nunca fui capaz de engañarlo… No completamente.
a) El baboso de Acapulco, pues bueno. Ni pasó ni cuenta.
b) Dejé vivo al rancherito asesor que solo engullía melones gigantes. Uno más de la lista de idiotas que recuerdo con estos recuentos ridículos.
c) Y luego escribí versos para uno que cumple años el mismo día que yo. Mi entusiasmo duró poco ante su indolencia general.
Oportunidades no me faltaron. Pero sí las ganas de quitarme la ropa frente a alguien distinto. De abrirle espacio definitivo a un tercero en discordia.
Claro que yo comenzaba a cazar cada que cachaba en nuevo \”cotorreo\” (así lo justificaba mi ex suegra) al arrejuntado.
Y no fui capaz de rematar a una sola de mis posibles presas…
Al único que deseaba asesinar era al mismísimo estafador. Mi obsesión radicaba en la imposibilidad de que un ser tan poco agraciado se la pasara brincando de araña en araña.
Aunque, más que arañas, las pobres parecían caras de niño aplastados.
¿Cómo que el tipo juraba envejecer conmigo mientras buscaba a otras?
¿Y para qué buscar a otro ser teniéndome a mí, que soy como veinte mujeres con sus respectivos alter egos?
Jamás negué que en esa relación yo era la loca. Pero me molestaba que todos negaran que él era un pinche pendejo nomás porque se hacía la víctima.
Bueno: dejémoslo en culero. Conmigo fue el más culero de todos. Debí dejarlo como mi tercero en discordia, y no andarlo presumiendo como novio oficial y mi \”caso de éxito\” de culturización para adultos.
Sé que lo sabes perfectamente, aunque niegues tus errores por aparentar que tienes una pizca de humanidad… Por lo menos agradece por mi Eme de McDonalds.