Mes: diciembre 2016

Barra de Navidad, Jalisco, en Navidad con mi familia

Barra de Navidad

Barra de Navidad, Jalisco, en Navidad con mi familia

Barra de Navidad, Jalisco, México: excelente lugar para pasar la Navidad con tu familia.
Teníamos tiempo sin hacer un viaje familiar porque, como bien lo dice el nombre de esta página, siempre siempre nos pasa algo. Pero luego de pasar una vida completa yendo con mi mamá y mi abuela a la playa cada año, a pesar de no tener familiares ni amigos que nos recibieran de gorra en Acapulco o Melaque o Florida o Malibú, lugares que juntas hemos conocido, decidí que ya era hora de que Aranza visitara el mar. No la quise llevar antes de que caminara porque pobrecita: qué tal si dejo olvidada bajo el sol, cual North West Kardashian, y ella tostándose hasta adquirir el color de sus prietos padres.
El show comenzó gracias a Pemex, Peña Nieto y su ”reforma energética”: no hubo gasolina en Guanajuato justo en la semana previa a las Navidades. Por eso fue que tuvimos que viajar en autobús, ni modo (si no había gasolina para mi Mustang, mucho menos para el Boeing que no tiene ni Obama), y aventarnos unos trasbordos de fábula porque ya no había lugares disponibles: de León a Guadalajara, a Manzanillo, a Melaque y a Barra de Navidad. O algo por el estilo. Porque, sí: mi mamá quería pasar la Navidad en Barra de Navidad, Jalisco, y pues hasta allá fuimos.
Llegamos al Hotel Cabo Blanco, donde nos atendieron de lujo y comimos como cerdos cuando se les cae la manzanita de la boca.
El show siguió cuando a mi hija se le ocurrió caerse de la cama a las 4 de la mañana (¿ven que los bebés dan vueltas cuando duermen?). A esa hora no había nada que hacer, así que a las 8 la llevamos al Centro de Salud que gracias a Dios estaba a sólo cinco cuadras del hotel.
Nota mental para viajar con niños: hospedarse cerca de un hospital. Saldo: tres puntadas en la frente. Casi justo donde yo tengo una cicatriz que me hice como a los tres años de edad y que ni recuerdo. Jarabe de naproxeno y paracetamol, lo bueno es que a Arancita le encantan los medicamentos.
Un trato excelente en la Clínica de Salud de Barra de Navidad (no estoy segura de si era del Seguro Popular): nos pasaron de inmediato, esperamos como cero minutos y ya estaba mi hija siendo envuelta en sábanas cual falsa oruga para poder coserla mientras yo estaba llore y llore. Supongo que son cosas que los padres tendremos que enfrentar de vez en vez.
La Nochebuena la pasamos en la cena-bufete del hotel. Una delicia. Juro que me serví al menos tres tazones de crema de nuez.
Como la playa cerca del hotel no es muy apta para nadar con niños, fuimos a conocer el Malecón de Barra de Navidad. Parecía alberca. Hasta mi abuela Lupe, con sus 85 años y sin haber llevado traje de baño, se metió a nadar. O más bien a que yo la jaloneara de un lado al otro.
El autobús de regreso a León salía de Melaque, así que una noche antes nos trasladamos para dormir ahí. Cero tiempo de conocer. Fuimos rápido a la playa a admirar el atardecer. Nos quedamos en un bungalow de un hotelito recién remodelado. Mi primera o segunda vez al mar fue precisamente a Melaque, y el hotel donde entonces me hospedé con mi mamá se cayó por un megatemblor que, nos contaba el taxista que nos condujo desde Barra de Navidad (traslado: 70 pesos, menos de 10 minutos), tiró casi todas las casas y abrió la tierra por la que se filtraba el agua. Llegamos a la conclusión de que Melaque es más tipo Acapulco, pero sin delincuentes y con turismo nacional. En Barra de Navidad había un montón de extranjeros, muchos de ellos residentes; soldados del Ejército y marinos vigilando el movimiento. Uno que va a Jalisco con terror de que te secuestren y no, nada que ver, tranquilidad por todas partes, al menos en Barra de Navidad. En Melaque no vimos soldados ni policías ni marinos, pero igual no paseamos gran cosa, estábamos agotados. Ya regresaremos, ahora que haya gasolina y más días para salir con mi familia. Un viaje apresurado para librarnos un rato del estrés. Sin contar la maldita cicatriz en la otrora virgen frente de Arancita, el saldo es: la pasamos bien. Bastante bien. Un excelente lugar para pasear dentro de tu propio país.

Santa Claus, San Nicolás, el Niño Dios… Gracias por las bendiciones

Santa Claus, San Nicolás, el Niño Dios… No sé quién sea el que me ha visitado cada Navidad desde que era pequeña, pero quiero agradecerle porque él y los Santos Reyes Magos fueron tan generosos conmigo, lo siguen siendo, no sólo por la cantidad de juguetes que tuve sino porque en general me trajeron casi siempre lo que les pedí, así fuera la versión austera del Juego de Química Mi Alegría que usé una vez y abandoné, como abandono todo, porque no me salió el primer experimento (hacer cristales… favor de no confundir con Breaking Bad), o el Bebé Nenuco que hacía babitas y tenía una mamila como único accesorio. También recuerdo el GiraPintando, los Fluffits para adornar la ropa y que se inflaban al plancharlos, y cómo no, el cochinito Hamton de los Tiny Toons que apareció bajo el árbol de escarcha plateada y que fue conmigo desde a Acapulco hasta a Las Vegas porque jamás lo solté, aunque desapareció misteriosamente como mi Nintendo NES y la mayoría de mis imágenes y textos digitales. En una ocasión mi mamá me castigó regalándole mi Hamton a mi primito Yared, y como me enojé con él poco después me lo regresó para que no dejara de quererlo. Y cómo olvidar los patines de una y dos líneas y la vez que no encontraba mi regalo hasta que me preguntaron si ya había buscado en la recámara de mi abuela: ahí estaba una enorme, flamante y nueva bicicleta con que me destrocé las rodillas desde el primer día que me llevaron al parque y mi mamá me enseñó a andar en ella. Tenía tanto miedo de caer porque soy de naturaleza torpe y siempre me pego, me corto, me daño, pero mi mamá estuvo conmigo hasta que hallé el equilibrio para controlar al monstruo y poder avanzar yo solita.

Santa Claus, San Nicolás, el Niño Dios y mi mamá me ayudaron. En casa de una madre sola nunca jamás hizo falta nada, ni siquiera unos carísimos brackets que con el alma detesté.

Recuerdo con especial cariño dos Navidades: una en Maeva, Manzanillo, con la que comencé a escribir mi querido diario, y la famosa Nochebuena en Florida, si mal no recuerdo en Orlando, la vez que cenamos sándwiches con ingredientes que compramos en una farmacia porque todo todo todo estaba cerrado.

Esta es la segunda Navidad de mi hija Jéssica Aranza. El año pasado Santa Claus (o San Nicolás, o el Niño Dios) dejó en casa de mi mamá un precioso elefante musical de Fisher-Price para que Aranza aprendiera a caminar.

Y este año que mi mamá y mi abuela vinieron a celebrar el cumpleaños de Héctor, se trajeron cargando desde la Ciudad de México un triciclo (por ahora carreola, porque Arancita aún no alcanza los pedales) de Hello Kitty marca Prinsel, ya armado, que yo con trabajos logro sacar sola a la calle. Sólo una abuela como mi madre es capaz de hacer algo así. [caption id=\"attachment_993\" align=\"aligncenter\" width=\"716\"]\"Santa Santa Claus, San Nicolás, el Niño Dios… dejaron en la casa de la abuela en la Ciudad de México una carreola triciclo Prinsel de Hello Kitty para mi princesa Aranza.[/caption] Es increíble ver cuánto ha crecido mi bebé. A unos días de que Donald Trump llegue a la Casa Blanca y a medio año de que Agustín Carstens abandone el Banco de México a su suerte, estoy considerando seriamente la posibilidad de que Aranza también sea hija única, para que tenga las mejores oportunidades en medio de la crisis mundial que Paul Krugman, Nicholas Kristof, Thomas L. Friedman, Sergio Sarmiento, Jorge Zepeda Patterson y otros conocedores del tema anuncian y que en México ya estamos viendo con el aumento de precios y escasez de gasolinas. Amor no le ha de faltar, así como a mí no me faltó el cariño de mi abuela que me llevaba a todas partes, de mi mamá que trabajaba como diez horas diarias, de mi tío Chucho (en paz descanse) que me regalaba artesanías que él hacía, de mi tía Teresa que me obligaba a comer sopa de cebolla (chiste local) y mi tío Miguel que fue un padre para mí, de mis primos hermanos Omar, Iram y Yared, y el de todos los Montalvo que me adoptaron como una más de ellos, el de mi Ana Madrina y mis primas Paola, Mariana, Aracely  y Verónica. Y el de muchas otras personas de mi familia materna con quienes ya no tenemos contacto: mi tía la Negra y su casa de ensueño, mi tía Silvia siempre risueña, mi tío Jaime “el Roc Carol”… [caption id=\"attachment_994\" align=\"aligncenter\" width=\"716\"]\"Santa Santa Claus tiene su origen en San Nicolás, santo patrono de Turquía de todos los niños y de los niños enfermos. Cuida a mi hija de toda envidia y maldad.[/caption] Cada que veo a mi hija con su cabello chino que no deja que le peinen y su sonrisota de dientitos separados, vestida con ropa navideña de Santa Claus o del Monstruo Comegalletas, me parece increíble que haya personas que golpean, violan, abusan sexualmente o asesinan a sus propios niños (o a los ajenos), cuando lo “mejor” que podrían hacer por ellos y por sí mismos es simplemente abandonarlos con sus madres o en la calle o un orfanato o cortarse los dedos antes que tocarlos para hacerles un daño. Ya no hablemos de quienes impunemente roban, secuestran, torturan, mutilan, cometen negligencia médica, lanzan bombas en escuelas, queman guarderías, hacen explotar hospitales, reclutan infantes como guerrilleros o sicarios, y un larguísimo etcétera. Gracias a mi hija, a quien amé mucho antes de concebirla y que vivió en mí durante nueve meses, hoy comprendo el gran amor que siempre me ha tenido mi mamá, mismo que sigue demostrando ahora a través del amor que le da a diario a mi hija desde el otro lado de una lejana webcam. Y cuando veo a Héctor jugar con Arancita, arrullarla, hacerle cosquillas, ponerle su árbol de Navidad, me queda en claro que debo seguir luchando para no repetir historias nefastas, como la de John Lennon y su ausente Alfred. Espero ser tan fuerte como mi madre, una \”perfecta cabrona\” según el libro de Elizabeth Hilts, para poder darle siempre lo mejor a mi hija: educación privada de calidad, viajes, cada año vacaciones en la playa, conocer el extranjero, juguetes… Y sobre todo apoyarla como yo fui apoyada a pesar de mis malas decisiones, en general hice lo que quise y es una fortuna que los errores laborales, escolares y amorosos me hayan llevado a donde me encuentro hoy: como cabeza de una hermosa familia, super exclusiva que sólo se compone del diario de tres personas (mi esposo, mi hija, y yo), y de una familia de cinco personas donde la abuela y la bisabuela materna tienen todo el derecho del universo, más que ganado por amor y por lo que me proveyeron durante mas de treinta años, de disfrutar de mi única niña. Nadie más que ellas tiene ese derecho. [caption id=\"attachment_995\" align=\"aligncenter\" width=\"716\"]\"Santa Santa Claus, una tradición familiar de la Ciudad de México donde los niños reciben regalos según si se portaron bien… y según la economía familiar.[/caption] Sólo ha habido una persona que no son de mi familia que han estado conmigo: la amiga que conozco desde niña. Sigue aquí, distante pero presente, aunque llevemos años sin vernos, aunque pasemos meses sin escribirnos y aunque no lea mis textos. A todos quienes compartieron un segundo de su existencia conmigo para hacerme feliz, aunque fuera de forma muy breve y aunque no los recuerde porque yo era pequeña, deseo agradecerles por haber sido un nombre en mi diario o una entrada de blog que terminó en la papelera. Los quise, aunque yo no haya demostrado importancia o se hayan ido pensando que no los valoré, porque para ustedes era mejor así.

De vez en cuando pensaré en ustedes, y puede que hasta les dedique un cuento en el que Santa Claus, San Nicolás o el Niño Dios nos reúna dentro de muchos años en el cielo, si es que existe.

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Cuento de Navidad – Manuel Arduino Pavón (Regalo navideño)

Cuento de Navidad

Texto: Manuel Arduino Pavón

Diseño: Eréndira

  Brilló la estrella en el cielo. Los pastores cayeron al suelo asombrados. El carpintero corrió hacia el establo, espantado. Los tres visitantes desconocidos rieron de felicidad. La esposa del carpintero tuvo dolores de parto. A medianoche nació. La llamaron María, como la madre. Uno de sus hermanos la tuvo en brazos. -María -le dijo- yo conozco tu secreto. Tú naciste para que naciéramos todos, para que naciera yo. Los tres visitantes desconocidos le regalaron tres presentes venerables. Miraron a las dos Marías con dulzura y celebraron la sabiduría del cielo. El africano acarició la cabecita de la pequeña y le dijo:

-A pesar de los hombres de tu tiempo, de sus creencias y prejuicios, tú naciste para que naciera el Señor en nuestro interior.

Porque para que advenga el alto fruto en la corona del árbol de la vida, es preciso que primero nazca la flor del corazón. [caption id=\"attachment_989\" align=\"aligncenter\" width=\"875\"]\"Cuento Cuento de Navidad Manuel Arduino Pavón[/caption] Manuel Arduino Pavón (Montevideo, 1955). Estudió Literatura y Teosofía en la Universidad de Montevideo. Actualmente Radica en Buenos Aires. Ha publicado Diario de un refugiado, Conjuntos y conjuros, Ave Celdario, La curvatura del espacio, Abreviario, La Vía Dorada, Ostracismo, derrumbe y sed; Deseo y Quebranto, 200 Palestinas para un músculo, El libro de las ruinas azules, La iniciación en el sendero del escarabajo, Monstruos, y Casas tomadas, aves migrantes. Con TodoMePasa Ediciones publicó Camaleones, con ilustración de portada de Jessie Morales y diseño de portada de Jéssica de la Portilla Montaño. Colaboró en el proyecto AntologArte con cuento de corte infantil \”Las monedas dobladas\”, ilustradas por el escritor y diseñador mexicano Abtuno.

\”Cuento de Navidad\” fue una colaboración con la diseñadora mexicana Eréndira para celebrar con nuestros lectores fieles (y con los no tan fieles) estas fechas navideñas.

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Navidades, Inc. – Liberto Guerrero (Nueva voz en TMP)

Navidades, Inc.

Texto: Liberto Guerrero

Imagen: Vida M. Sánchez

  Por fin lo vi cambiar su ridículo traje de terciopelo rojo, fue a Sears y compró de contado una camisa a cuadros y un par de jeans deslavados de corte slim fit, se calzó sus nuevas botas de gamuza todoterreno, se peinó la barba y el bigote, se tiñó el cabello; se nota que tiene un asesor de imagen nuevo que lo transformó de anciano bueno a emprendedor maduro, centrado, pero todavía hogareño. Mató a Rodolfo, donó cada kilo, cada hueso, toda su carnita y su nariz, todo lo mandó a San Luis, para el festejo de los quince años de Rubí. Ahora conduce un Honda híbrido color negro. Se dio cuenta de lo estúpido y arriesgado que resultaba entrar por las chimeneas, por lo que este año abrió su portal tipo Amazon, que se ha sabido posicionar entre los más importantes de la red. Con la economía como está ya no puede darse el lujo de regalar, pero da los presentes a buen precio, y, quienes le dan un like a su página de Facebook reciben cupones de descuento. Su industria es global, mas no por ello omite su responsabilidad social, como lo hacen muchas otras. Emplea lo mismo a un anciano que a una madre soltera o a un estudiante o a un discapacitado; mientras cumplan con su trabajo a él le da igual. Los regalos, por supuesto, ya no aparecen bajo el árbol, ahora la entrega se hace vía FedEx, tomando de diez a quince días hábiles en llegar. La gran ventaja de esto es que, señoras y señores, ¡ya hay devoluciones! Tiene convenios con las más importantes mercerías y a Coca-Cola ya dejó de pagarle regalías por usar sus colores. Enhorabuena. Ahora Levi’s, Timberland y Lumberjack lo patrocinan. Este es el Santa Claus en el que yo creo. [caption id=\"attachment_982\" align=\"aligncenter\" width=\"1024\"]\""Navidades, \”Navidades, Inc.\”. Cuento navideño de Liberto Guerrero para TodoMePasa.[/caption]

Liberto Guerrero escribe el blog Anatomía Incorpórea. Su cuento \”Navidades, Inc.\” es su regreso estelar a TodoMePasa.

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El Justiciero: matar en legítima defensa

El Justiciero

El Justiciero: matar en legítima defensa en México.

Héctor Juárez Lorencilla.

Han captado la imagen de “El Justiciero”, el Llanero Solitario de los autobuses y taquerías. El Zorro de las autopistas. La verdad, la mayoría de ciudadanos festejan las invictas de esta persona calva, que especulan que es guarura.
Las autoridades, con ánimo legal, invocan el Estado de Derecho. Que nadie debe hacerse justicia por su propia mano, que no son los tiempos de la ley del talión. Que la justicia retributiva es cosa del pasado.
Otros sectores, hípermoralistas, expresan que nadie tiene derecho de privar de la vida por cualquier circunstancia. Y los medios hacen su nota del día, exagerada, exhaustiva y como si fuera un rompecabezas. Buscan, indagan, preguntan. Quieren saber cuál es la siguiente imagen para conocer la identidad del justiciero.
El biopoder, concepto acuñado por Michel Foucault, la práctica de los estados modernos, CONTROL de la población a través de todas las formas posibles. Económicas, políticas, policiales, comunicativas, credos, etc.
La sociedad mexicana está harta de engaños, de injusticias, de hambre, de enfermedad y de pobreza. El Presidente y su séquito de intelectualoides hablan de México como una gran nación, 70 millones de pobres no la ven así.

El antihéroe hace su aparición y lo llaman El Justiciero, ¡cuidado!

Ya son muchos los casos donde se hace justicia por  su propia mano, la cortina de la institucionalidad se desgarra a pasos agigantados.
Gobernadores corruptos cobijados por el poder y olvidados por el poder, la cúpula del poder mueve hilos y ya nadie está seguro cuando se amenaza la estabilidad.
¿Qué se cocina en estos momentos? Gasolinazos, devaluación, recorte presupuestal, alza de precios, ingredientes todos para que aparezcan más antihéroes. Señoras que golpean con cacerolas a su agresor, habitantes que amarran a los raterillos en postes dejándolos golpeados. Señoras que defienden sus pertenencias en vía pública dejando a sus agresores en graves condiciones.
Asaltantes, violadores, rateros, defraudadores se arriesgan a ser agarrados y ser linchados, juzgados ipso facto, y recibir penas corporales.
Byung-Chul Han el filósofo, escritor favorito del viejo continente, aporta una serie de metáforas en su libro “La Sociedad del Cansancio” para la sociedad postmoderna, neoliberal,  globalizada, ultraoccidental…

Pero en México nuestra metáfora del siglo XXI es:

“Estamos hasta la madre de tantas chingaderas”.
Presidente de telenovela, encopetado y su princesa de comedia, una guerra sin fin entre la policía / ejército. Maniatados por el Estado de Derecho, sin estrategia ante el criminal.
Un campo abandonado con baja producción agrícola, México no es autosuficiente en  alimentos. Inseguridad cotidiana, los criminales roban los pocos pesos del obrero, del trabajador, del campesino. No se atreven a robar a la gente de dinero, esos tienen guaruras, seguridad, armas y amigos en la Judicial.
La catástrofe la sufre la gente pobre, los antihéroes son entonces bien vistos, y hay una tendencia a la imitación. El México bronco es un mito, el México de la Vindicta es una realidad. Basta que alguien se atreva a poner alto a la corrupción gubernamental para que el efecto dominó se mueva: vean lo que ocurrió en la primavera árabe.

Reflexiones: políticas impuestas por el FMI (II)

Reflexiones sobre políticas impuestas por países del FMI (II)

Nuestro México, cada vez más degradado, más hambre, más injusticia, más inseguridad, más falta de salud, más muertes, más abandono de estudios, etc. Yo mismo, más incrédulo y más escéptico de las acciones del gobierno que cada vez que habla da más pena y vergüenza, si no me creen revisen el último discurso sobre Liconsa.

Vivimos en la incertidumbre, sin educación de calidad y sin buenos servicios básicos, sin reflexiones, se ve difícil revertir este grave problema.

Ayotzinapa: investigadores alteraron búsqueda de 43 estudiantes

Ayotzinapa: investigadores alteraron la búsqueda de los 43 estudiantes Paulina Villegas y Elisabeth Malkin The New York Times / Ciudad de México Traducción: Jéssica de la Portilla Montaño. El gobierno mexicano se ha negado a dar a conocer una revisión interna que encontró que los investigadores rompieron la ley en su búsqueda de los 43 estudiantes desaparecidos, una conclusión que amenaza los cimientos legales en un caso que ha enturbiado a México. El reporte dice que sospechosos cruciales fueron arrestados y movidos ilegalmente, cuestionando cualquier evidencia que proveyeron. La conducta de los investigadores, en palabras del reporte del gobierno, violó \”el derecho a la verdad\” y dañó el derecho a la justicia de las víctimas. La desaparición de los estudiantes de la ciudad de Iguala en septiembre de 2014 permanece como una herida abierta en México, evidencia del fracaso del País para proteger a sus ciudadanos de impunidad en un sistema de justicia penal corrupto. Ahora el reporte provee la primera evidencia del interior de la oficina del Procurador General que muestra cómo el caso fue mal manejado. La revisión interna fue completada hace cuatro meses, impresa en 177 páginas y lista para ser entregada a los padres de los estudiantes. Las familias llegaron expectantes a una reunión con la Procuradora General el 18 de agosto, portando afiches de sus hijos desaparecidos. Pero el inspector general de la oficina de la Procuradora General les dijo que sus superiores necesitaban aprobar primero el reporte, lo cual dijo que era una simple formalidad. Esa aprobación nunca llegó. En su lugar, el reporte aún está bajo estudio, de acuerdo con la oficina del ahora Procurador General, quien no dio indicación de cuándo o de si debía ser terminado. El inspector general que preparó la revisión, César Alejandro Chávez Flores, renunció abruptamente cuatro semanas después de esa reunión. Una copia del reporte obtenida por The New York Times sugiere por qué permanece en el limbo burocrático. Representa una serie de violaciones, incluyendo al investigador más importante del gobierno llevando a un sospechoso a identificar la presunta escena criminal sin un abogado defensor presente. Un registro de esa visita nunca fue colocado en el expediente del caso, y el sitio fue dejado sin vigilancia durante la noche. La existencia del reporte interno, y del primer borrador de una auditoría más extensa de la oficina del inspector general, fue hecha pública primero por la revista Proceso y por la periodista investigadora Anabel Hernández en un libro sobre el caso. La opción de no aprobar el reporte y entregarlo a las familias \”era un signo claro de la falta de voluntad política, no sólo de la oficina de la Procuradora General sino del gobierno federal, para terminar la investigación interna\”, dijo Santiago Aguirre, subdirector del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez en la Ciudad de México y representante legal de las familias. \”Nos mostró que el inspector general trató de hacer un trabajo honesto y que no pudo encontrar las condiciones políticas e institucionales para llevar su trabajo a las consecuencias finales\”, agregó Aguirre. Pero la oficina de la Procuradora General dijo que razones legales previnieron el dar a conocer el reporte. El inspector general que sucedió a Chávez Flores no \”reconoce\” las conclusiones del reporte porque faltan formalidades requeridas, sin especificar. \”Como tal, es un documento que legalmente no existe\”, una portavoz, Natalia Briseño, escribió en un correo electrónico. Agregó que la revisión continúa. La posibilidad de que el reporte sea suprimido es una preocupación para la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la cual está evaluando el progreso del caso y ha presionado al gobierno para abrir nuevas líneas de investigación. \”Estamos muy preocupados y perturbados por las alegaciones planteadas recientemente\”, dijo el Presidente de la comisión, James L. Cavallaro. Agregó que la revisión era \”claramente un documento importante, y tenemos la esperanza y esperamos recibirlo\”.

Los estudiantes eran parte de un grupo mayor de jóvenes que estaban estudiando para volverse profesores rurales en una universidad en la aldea de Ayotzinapa.

[caption id=\"attachment_936\" align=\"aligncenter\" width=\"1024\"]\"Ayotzinapa: Ayotzinapa: autoridades alteraron expediente de los 43 estudiantes desaparecidos[/caption] Habían llegado a Iguala el 26 de septiembre de 2014, para expropiar autobuses para viajar a la Ciudad de México unos pocos días después. Pero conforme los cinco autobuses dejaron la ciudad, oficiales de policía municipal los atacaron y tres estudiantes fueron asesinados. La policía también atacó un autobús que llevaba jugadores adolescentes de futbol soccer, matando a tres personas más, aparentemente al confundir su autobús por uno de los autobuses de los estudiantes. Durante una noche caótica, desaparecieron estudiantes que viajaban en dos autobuses, llevados por la policía y, han dicho funcionarios, entregados al cártel local, Guerreros Unidos. El reporte de lo que sucedió después se apoya en una serie de confesiones de presuntos sicarios que dijeron que habían matado a los estudiantes y quemado sus cuerpos en una pira gigante en un tiradero de basura remoto. Al día siguiente, recogieron las cenizas en bolsas de plástico y las aventaron al cercano río San Juan. Sólo los restos de uno de los estudiantes habían sido identificados de los restos carbonizados encontrados en la orilla del río. Pero el reporte del inspector general describe cómo seis sospechosos, recogidos en diferentes locaciones en un día, espontáneamente confesaron con palabras idénticas que eran miembros de los Guerreros Unidos, y admitieron haber matado a los estudiantes y quemado sus restos. Los arrestos subsecuentes, basados únicamente en esas declaraciones, fueron arbitrarias e ilegales, decía el reporte. Bajo la Constitución Mexicana, un arresto ilegal nulifica cualquier evidencia obtenida como resultado. Había otros problemas. Las fechas eran confusas, faltaban registros. Un fiscal investigador firmó documentos en dos distintos lugares el mismo día. Lo que el reporte describe no es poco común en las investigaciones penales mexicanas, dicen los expertos. En su fervor por cerrar casos, la policía mexicana y los fiscales habían dejado de lado la ley. Los sospechosos eran recogidos para dar una declaración y luego retenidos bajo la menor prueba de sospecha de nexos con el crimen organizado. A pesar de que la policía se está adaptando a una amplia revisión del sistema de justicia de México que pretende eliminar esas prácticas, \”los viejos hábitos tardan en morir\” dijo Agustín Acosta, un prominente abogado penal defensor que no está involucrado en el caso de los estudiantes. El día después de los arrestos, un sospechoso fue liberado por el investigador líder,Tomás Zerón de Lucio, quien lo llevó volando al río. Ahí, dijo más tarde el sospechoso, se le dijo que señalara un punto en la orilla del río. Ninguna de las actividades de ese día -28 de octubre de 2014- fueron incluidas en el expediente del caso. La presencia de Zerón en el río con el sospechoso, Agustín García Reyes, fue notada primero por un grupo de expertos externos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Entre los descubrimientos de los expertos, los cuales presentaron en abril, había evidencia detallada de que 17 sospechosos fueron torturados, incluido García Reyes y otros dos miembros de pandillas sospechosos detenidos el mismo día. La investigación interna del inspector general fue una respuesta al reporte de los expertos. La Procuradora General de aquel entonces, Arely Gómez, también pidió al inspector general comenzar una auditoría más amplia. El Times ha obtenido una copia del primer borrador de la auditoría. Gómez es ahora la contralora federal. Zerón ha dicho que la visita a las orillas del río fue un procedimiento policial apropiado. La omisión de esa visita en el archivo del caso fue equivocado, dijo. En septiembre, renunció como cabeza de las investigaciones criminales en la oficina del Procurador General. Pero Zerón, quien ha trabajado de forma cercana con el presidente Enrique Peña Nieto por casi una década, fue inmediatamente designado como secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional. El primer borrador de la auditoría más amplia levanta muchas de las mismas preguntas que los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos identificó primero. Pregunta por qué la policía federal y el batallón militar local esperaron mientras la policía municipal atacó los autobuses de los estudiantes. El borrador llama a mayor investigación de interrogantes para determinar si esa negligencia cuenta como obstrucción de justicia. Uno de los misterios duraderos del caso es por qué la policía municipal nunca fue detenida por las autoridades estatales y federales en Iguala. Si la policía estatal hubiera actuado, los estudiantes y otros que fueron atacados esa noche \”no había sido lastimados o asesinados\” de la forma en que lo fueron, concluye el borrador.
Ayotzinapa es una localidad en el estado mexicano de Guerrero, localizada prácticamente conglomerada con la ciudad de Tixtla de Guerrero, cabecera del municipio del mismo nombre y es sede de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos.]]>

Guillermo Samperio: correspondencia inesperada (Descanse en paz)

Guillermo Samperio: correspondencia inesperada  

Conocí a Guillermo Samperio de forma aleatoria, por Facebook, en esa época en que todo el mundo tenía agregado a todo el mundo por culpa de un jueguito llamado Mafia Wars (la pregunta clásica era: \”¿Te tengo en mi mafia?\”).

En esa cuenta que borré luego de mi última y afortunada ruptura amorosa tuve aproximadamente 3 mil 900 contactos. Hoy día aprecio más la privacidad social. Fue el viernes 04 de junio de 2010, a las 4:20 de la tarde, que escribí en mi muro un brevísimo texto poético dedicado a mi crush, a mi no tan platónico amor (que, por supuesto, era alguien distinto a esa penúltima pareja oficial que tanto presumí en las publicaciones perdidas de este blog, mismo que en 2017 cumple ya 10 años en línea):  

Soñé contigo. Prohibido distraerse, jamás enamorarse…

Pero te soñé. Decías \”te quiero\” antes de despedirnos.

Volví a soñarte después. Tus labios exploraban los míos. ¿Quién besó a quién?

Hoy decidí no dormir: prefiero pensarte.

Descansa. Que pases buenas noches.

…cuál no fue mi sorpresa cuando casi dos horas después, a las 6:03 de la tarde, Guillermo Samperio (de cuyas letras me enamoré con sus \”Zapatos de tacón púrpuras\”, cuento publicado en Fantasiofrenia II, Antología del cuento dañado, libro en que publiqué por primera vez \’en papel\’) me contestó con un comentario desde su cuenta Samperio G Guillermo:

 

También te he soñado. Vienes de una calle ocre entre tarde y noche. Qué bueno que llegaste, digo. A dos pasos de mí, te disuelves y mi brazo se queda extendido. Otra vez, me asomo a la ventana de mi casa. Estás allí, tú alargas un brazo en la banqueta de la tarde. Entras al edificio, escucho el taconeo, pero no estás y… tu taconeo sigue hacia los otros pisos: se pierden en la azotea. Eso también es jamás enamorarse.

Acordamos en el nombre \”Ensoñaciones\” para nuestro intercambio epistolar, mismo que publiqué aquí. Después me enteré de que mi not-so-platonic también tenía pretensiones de ser escritor y que conocía a Samperio en persona, que había tomado talleres con él. Me lo recomendó mucho. También me prestó el libro de Ventriloquía inalámbrica, que me encantó, aunque este hombre (un niñote que presumía \”de cierta edad\”, como decía él) se enojó porque según le maltraté esa primera e inconseguible edición. Lloré tanto con la \”Advertencia sobre nada\” que le escribí a Guillermo para que me permitiera publicar un fragmento. Un día fui al taller en la casa de Guillermo Samperio. Sólo un día. La pasé bien, era una persona muy agradable. No pude regresar por mi horario de trabajo, y al poco tiempo rompí con quien era mi dizque pareja. Al día siguiente de esa afortunada ruptura recibí un comentario de mi hoy esposo en este blog, y a las tres semanas vine a León, Guanajuato, sin saber que ya no me iría. Es terrible leer en el periódico en que laboras que murió alguien a quien conociste casi por error, por casualidades literarias y tecnológicas que no se repitieron. Descanse en paz.   [caption id=\"attachment_929\" align=\"aligncenter\" width=\"683\"]\"Guillermo Guillermo Samperio, Ventriloquía inalámbrica.[/caption]   Advertencia sobre nada (fragmento) Las luces iluminan el escenario circular y sale una mujer de aspecto parecido al de todas las mujeres, vestida de mallas negras, payasito azul metálico y dos peinetas doradas contra la cabellera castaña; el maquillaje le delinea con exactitud y claridad el rostro bello. La música árabe emerge desde los instrumentos de una orquesta oculta; la mujer lleva a cabo una serie de movimientos entre dancísticos y gimnásticos hasta que se detiene. Y comienza a entrelazarse a sí misma; de pronto, de su cuerpo brotan piernas y brazos creando nudos y tejidos humanos, figuras complicadas y elásticas, o sencillas y maleables, que se suceden con aparente facilidad y que el público admira con  una copa en la mano. La música va perdiendo intensidad y la mujer va volviendo a su aspecto parecido al de todas las mujeres; luego de los aplausos, desaparece hacia algún lugar desconocido. Uno se queda con la sensación de lo evanescente, del ensueño, de la nada. Ante esto, uno podría argüir que una mujer importante, fundamental, es la ejecutiva, o una químocofarmacobióloga, y sin lugar a dudas tendremos razón, pero únicamente en parte. ¿Qué sería del Distrito Federal sin sus contorsionistas? ¿Una ciudad triste, austera, proclive al juego del suicidio, pues habría que prescindir también de equilibristas, enanos cómicos, baladistas que se disfrazan de luces, escultores que fabrican esculturas parlantes y móviles, ventrílocuos, mimos ambulantes y otros individuos acostumbrados a meterse en el ocio de los demás no sólo para causar admiración y envidia…? Bueno, al parecer el Ventrílocuo se alejó de su despropósito, pero no hay problema porque ha ido caminando de una punta de la nada a la otra, ayudándose de una larga vara de palabras y aún no existe la más remota seguridad de que llegue a la lejana plataforma. Las personas mencionadas hasta aquí y las similares ausentes tienen el don de formar realidades desde lo ficticio, lo improbable, lo hipotético y lo falaz. Después de que uno testimonia sus actos, no queda nada, y al respecto no pasa nada porque al final de cuentas ellos vuelven a su estado natural: la nada. Si la contorsionista pudiera escribir o dibujar sus nudos y sus tejidos, no cambiaría nada, ya que siempre estaría yendo y viniendo de lo imaginario a las realidades y de éstas a aquél. Algo similar sucede con las bailarinas, los poetas, los ventrílocuos. Usted los ve pasar en las realidades, comen, visten, aman, se disgustan, mueren y tienen un aspecto parecido al de la humanidad. Lo que une y divide a unos y a otros es el espacio donde se funden el ocio y la nada, en un tiempo que surge de manera fantástica para desaparecer de inmediato, como una pantomima, un pase de baile, una mueca, un verso, el acorde de una guitarra. El ventrílocuo hace hablar a otros con una sola voz y el escritor crea lo mismo, aunque tenga la costumbre de utilizar sucesivos varios otros, inventándoles la voz. El asunto no hace variar en el fondo nada. Habría que reconocer, por otro lado, que si un ventrílocuo deseara aventurarse en un proyecto similar al del novelista*, resultaría una aventura extravagante. Ahorita mismo usted no está leyendo rigurosamente a Guillermo Samperio, sino a uno de los muñecos de su tocayo, el ventrílocuo Guillermo Samperio, y no me sorprende ni me angustia saberme moviendo la boca con la voz de éste. Al fin y al cabo es mi profesión, oficio, entretenimiento, fatalidad, truco, determinación. La confesión anterior le hará entender un poco más por qué hablo así, de estos temas y de mis compañeros como si se trataran de uno solo, tragaespadas y poeta lo mismo, novelista y lanza puñales una misma persona, cantante y arquitecto una misma zona de influencia y movilidad. Y lo comprenderá mejor al saber que ese es mi mundo. Viajo en la oscuridad de la maleta de Samperio y estoy bien así. Me acomodo en las bambalinas que ambos compartimos y donde sus habitantes lloramos al divino mago Zobek, quien perdió la vida en una quimera del espacio, intentando sacar realidades del vacío, del hueco, de la sombra. Cuyo orificio llenó la ociosidad de los que no son magos ni ilusionistas. Ese es mi mundo y allí también soy feliz, pues no sólo el sufrimiento, el escándalo, la frivolidad, la extravagancia, nos mueven con cuerdas invisibles. He oído decir que le tienen lástima o compasión al que se acuesta sobre vidrios, suponen que en casa el hombre tiene por lecho un colchón de botellas rotas. No los miren así ni los vean como seres excéntricos. Las personas que se horrorizan y dejan escurrir expresiones de filantropía, mejor que no los visiten; cierren los ojos cuando la espada vaya entrando al cuerpo desde el cielo; cierren el libro cuando el puñal esté viajando hacia los costados de la ayudante del prestidigitador, mi amiga íntima. Que mejor se alejen con la gasa sobre el rostro, los calcetines muy limpios, el ademán dibujado. Antes de proseguir, quiero disculparme por la anterior arenga, pues de cualquier modo nada cambiaré con ella, como no se ha podido modificar la antigua ruta que nos ha traído hasta el filo del siglo veintiuno. Por otro lado, mi cólera surgió de recordar al valiente Zobek, quien fue amigo mío y de Guillermo. Hoy nadie lo recuerda ni le ofrece homenaje ni reconocimiento alguno. Ahora, es momento de que usted juzgue si vine de la nada o si nada tiene que decir al respecto; independientemente de lo que usted responda, tengo el gusto de haber existido en estas hojas, de haber podido expresarme y de que me escucharan un rato. Si el que me hace viajar en su engañosa maleta no hubiera escrito esta “advertencia sobre nada”, yo hubiera sido un puñal nunca lanzado, un nudo de mujer nunca intentado. Sé que a veces se nota que Samperio mueve la boca cuando me manipula, pero si yo no tuviera esa ventaja, él nunca diría nada. *En la edad del bronce, el escritor no escribía; contaba una misma historia o elegía alguna de entre su pequeño repertorio. En su raíz, fue un ventrílocuo de sí mismo; la historia del drama tiene un origen semejante hasta alcanzar su perversión mayor en la telecomedia.

Guillermo Samperio, Ventriloquía inalámbrica, Océano, 1996, primera edición, pp. 16-20. Texto reproducido con autorización escrita del autor.

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