Se perdió mi perro Domi en León Guanajuato
Se perdió mi perro Domi en León Guanajuato
Fue en un mes de enero que se ocurrió obsequiarle a mi esposa un perro, el Domi o Dominó. Lo metí en el buzón, era una pequeña bola de pelos blancos con manchas negras.
Desde el inicio se ganó nuestro cariño, o nos ganamos su cariño. Noble, juguetón, chillón, simpático.
Tener un perro, gato, conejo, tortuga, cualquier mascota, requiere de muchas atenciones. Y mi esposa nunca dejó de atender a Domi, como le decíamos:
- Recoger las heces del perro a diario.
- Lavar el patio diario.
- Sacarlo a su paseo diario.
- Darle de comer a diario.
- Darle agua a diario.
- Limpiar la casa del perro cada tercer día.
- Lavar su ropa cada ocho días.
- Cortarle el pelo cada 4 o 5 meses.
- Cortarle las uñas.
- Bañarlo cada ocho días.
- Peinarlo.
- Desparasitarlo.
- Adiestrar al perro para obedecer ciertas órdenes (sentado, arriba, gusano, chócalas).
- Llevarlo al veterinario.
¿Cuántas horas invirtió mi esposa en el Domi?
Siempre lo hizo con gusto, lo cargaba, le daba sus premios, le daba atención, le daba todo.
Un día se le ocurrió a mi esposa que el Domi estaba solo, que necesitaba un compañero. Y se lo fuimos a buscar: adoptamos a “Tifón”.
Una familia de esposa, esposo y dos perros.
Después nació mi hija Aranza, y conforme crecía, la relación …