El peor año

El peor año

El peor año: 2022

El consenso general es que el año 2020 fue el peor año.

Yo digo que no. El peor año de todos, hasta ahora, es el actual. 2022.

En 2020, debido a la inesperada aparición del estúpido coronavirus Covid-19, fallecieron cantidad de personas a nivel mundial.

La OMS por fin se dio el lujo de declarar una pandemia, misma estrategia que intentó fallidamente luego de la aparición de la influenza AH1-N1 por allá de 2008. En lo personal sí conocí gente con dicha influenza que relata historias de horror, pero sigue aquí.

2020 fue el caos total. Sin vacunas, mandato de encerrarnos durante al menos dos semanas (que fueron 3 meses) en casa, aunque uno tenga que salir por leche y tortillas, etc.

Y luego comenzaron las muertes.

Me enteré del fallecimiento de Omar Mariscal Rodríguez por un grupo de WhatsApp. No conviví con él excepto una vez que (creo) fuimos al cine (yo de chaperona) a ver Sexo, pudor y lágrimas.

Se perdió el contacto porque él era de los populares, “parte fundamental de nuestra generación”, mientras yo era no de las impopulares sino de lo que le siga p’abajo. Fue triste saber de la muerte de alguien con quien conviví, no mucho debido a las circunstancias, pero sí que fuera de mi edad y que dejó hijos.

Creo que después fue Eleuterio García. Tengo medio borrada la secuencia de los hechos de aquel entonces. Tenía poco de haberme contactado, fue uno de mis amigos en uno de mis primeros despachos de seguros. La pasamos bien, cotorreando, yendo al billar con toda la banda. De mis mejores épocas.

Me contactó, intercambiamos un par de palabras, y luego me enteré por mi mamá, que había retomado también contacto laboral, que se fue dejando un hijo. Creo que era un año más chico que yo.

Y los tíos políticos.

Como no tuve padre, porque el sujeto estuvo ocupado, mi familia paterna fueron los Montalvo. Mi tía Tere se casó con Miguel. Y estuve en innumerables ocasiones en las fiestas de los Montalvo, quienes siempre me trataron de lo mejor.

No recuerdo si primero fue el tío Gil, hermano de mi tío Miguel. Hasta aquí no había vacunas, ni para Omar ni para Eleuterio, ni para la familia de mi tío. Gil falleció luego de un mes “sin cuidarse” una pulmonía, y eso de “cuidarse” entre comillas porque uno tiene que trabajar.

Fue algo muy triste porque lo internaron en no sé qué “hospital boutique”, y definitivamente lo tuvieron vivo con nuevos tratamientos de los cuales mi prima Alexa nos iba contando. Cada día hospitalizado eran al menos cien mil pesos a la cuenta. Falleció mi tío Gil, la deuda quedó en cinco millones de pesos, y no supe más.

El peor año… ¿Casualidad?

Y luego mi tío Lalo Resillas, también por covid antes de las vacunas. Aquí fue que un día antes de su fallecimiento, y del de Gil, me senté a pintar cosas horribles con acuarelas, y días después llegó la mala noticia. No he vuelto a tocar pinturas.

Además, no recuerdo si sobre Gil o Lalo, pero le dije a mi mamá que iba a morir. Y así fue.

¡Y llegaron las vacunas!, diría la Peliteñida.

Todos con tres dosis, y todos felices. Mi hija con una dosis por ser pequeña, y el gobierno nos hizo el favor de vacunarla con una organización de la mierda. Sospecho que me contagié en la vacuna de mi hija, en mi vida vi tanta gente hacinada.

Llegó mi mamá con mi abuela a vivir a León. La intención era ayudarlas, ya que ella no puede atenderla sola. Duró un mes aquí. Vi claramente las señales de que ya se iba (dormir mucho, no comer, etc), amén que las cartas me dijeron que pasaría luego del cumpleaños de Aranza. Pasó luego del cumpleaños de la mejor amiga de Aranza.

Vino un médico internista que Dios lo perdone. Dijo que ya estaba terminal, que no la hospitarizáramos, etc. Jamás se le ocurrió descartarle covid. Mi abuela se quedó dormida un jueves, el viernes vino el farsante este, sábado mi esposo e hija se fueron a la fiesta de Sofi, y mi mamá y yo no hicimos más que estar ahí, leyendo textos de Allan Kardec sobre el desprendimiento del alma del cuerpo físico, y oraciones. Se la llevaron el lunes, todavía dormida, con baja oxigenación. En el hospital nos dijeron que era covid. Pasó su última semana aislada y dormida.

El lunes 25 de julio.

El Hospital Regional 58 llama a mi mamá, que fuéramos por unos informes. El informe era que mi abuela falleció a eso de las 10 de la mañana. Y una mierda: prefiero que me digan por teléfono que mi familiar ya falleció, a llegar corriendo con falsas esperanzas (primero nos dijeron que estaba estable y que ya la darían de alta, pero ahora vemos que estas mentiras son parte de protocolo).

Hablarle a la funeraria, papeles, trámites. Lo más terrible fue cuando reconocí el cuerpo y toqué brevemente su lunar izquierdo, la piel helada, su carita congelada. La carroza se la llevó directo a cremación.

El viernes 29 de julio, 4 días después del fallecimiento de mi abuela, se fue mi tío Rafa. Fue parte fundamental de mi infancia. Era el esposo de mi tía Chivis, la sobrina favorita de mi abuela.

Tengo muy borrado el casete de lo que ha sucedido en este último mes.

Pero la mamá de mi esposo falleció el lunes 8 o martes 9 de agosto. Y mi tía Miriam un par de días después.

Creo que ya ni siquiera fueron 4 fallecimientos en la familia durante 19 días. Creo que fueron 16 días o así. Seguramente conté mal todo. No sé ni en qué día estoy. Pero a ver quién tiene las agallas para decir que este no fue el peor año siendo que tuve 4 fallecimientos cercanos, que recién falleció el papá de mi amiga Mariné, y que ya no supe quién más falleció del círculo de mi mamá.

Termino este artículo con ninguna recomendación de ni madres. Cuidarse, quererse, aprovechar el tiempo… Bla bla bla. Sigo buscando un motivo para que haya habido cuatro fallecimientos en tan poco tiempo. Si las casualidades existieran, entonces la magia y la ciencia no servirían de absolutamente nada.

¿Cómo pudo ser malo el año 2020, inicio del covid-19, cuando todavía no había vacunas? ¿Cómo pudo ser “peor” que 2022, cuando todos teníamos nuestras vacunas en regla? ¿Los muertos son un parámetro confiable?

Mamá abuela Lupe

mamá abuela Lupe

Mamá abuela Lupe

Mi mamá abuela Lupe falleció hace dos semanas y un día.
No sé por qué escribo “abuela Lupe” si fue mi única abuela.
Y más que mi abuela, fue mi mamá.

Fui muy afortunada porque no tengo padre ni crecí con hermanos. Pero no tuve dos mamás sino muchas, muchísimas. Algunas temporales, otras recurrentes, pero se podría decir que fueron seis en total.
Blanca, mi mamá biológica, que por carácter y edad más bien ha tratado de ser mi amiga.
Mi madrina Ana, que vivía en el edificio de enfrente y con quien pasé muchas tardes jugando Super Mario Bros y viendo Vaselina con mis primas.
Mi tía Teresa, hermana de mi mamá, que incluso logró que yo me tragara un plato de sopa de cebolla.
Araceli, la vecina a dos departamentos de distancia. Ella y su hermano Carlos cargaron conmigo cantidad de vacaciones y fines de semana a lugares como Tlacotepec y Teotihuacán.
Mariné, amiga de mi mamá, que es parte de mis primeros recuerdos. Era una aventura viajar en Metro para visitarla.
Y mi mamá abuela. Fue más mamá mía que de sus hijas, porque cuando fue madre trabajó en una fábrica para mantenerlas. Y cuando mi mamá fue madre, sacó a mi abuela de trabajar para que me cuidara.

Mamá abuela Guadalupe Romo Moreno, “doña Lupita”, QEPD.

Mi mamá abuela de tiempo completo se fue este lunes 25 de julio de 2022, a eso de las 10:30 de la mañana.

Fui la última persona que la vio justo antes de ser subida a la carroza de la funeraria. Había que reconocer el cuerpo, y mi mamá Blanca me pidió que yo lo hiciera. Las señoritas del servicio social dijeron que no, que a mí quién me iba a acompañar…
La sacaron del hospital en una camilla. No recuerdo si estaba cubierta con una sábana, o la metieron en una bolsa. Le descubrieron el rostro y ahí estaba su lunar de la mejilla izquierda, los ojos apenas abiertos al igual que su boca. Toqué su piel fría solamente un instante, dije que sí era ella y la subieron en la carroza directo a cremar. Ya había visto el cadáver de mi tío abuelo Chucho en 2006, congelado en el féretro. Pero esta era mi mamá abuela…
Algunas horas después mi abuela ya estaba de regreso en mi casa, dentro de una cajita blanca con una imagen de la Virgen de Guadalupe. No hicimos velación porque solo estuvo un mes en León. El rosario se llevó a cabo por transmisión en vivo de Facebook, con la invaluable ayuda de mis vecinas Rosita y la señora Eva, quienes también fueron mis testigos de boda.

Leí que la diferencia entre depresión y duelo es que la depresión es continua.

Todo el tiempo sientes desesperanza, que nadie te ama, ganas de desaparecer. Esa parte ya la tengo casi dominada jajaja; por mi trabajo de lectura de cartas solo me siento así cuando alguien se va a morir y no sé ni quién.
El duelo viene en oleadas. Estás normal, riendo con Community para compensar la mala época. De pronto te acuerdas de que tu mamá abuela fue la persona más buena del mundo, y lloras. Tu hija de siete años te mira, te abraza, tomas un Kleenex y sigues con tu vida.
Mi abuela era adicta a los Kleenex. Compraba cajas de cajas. En su ropero del departamento de la San Rafael tenía como 30 cajas de Kleenex en cualquier momento dado. Por supuesto que le hacíamos burla.
Antes de la demencia, Alzheimer, o la chingada mierda que le dio, se vestía con pantalón y blusita a juego, color café o palo de rosa o blanco. Se pintaba los labios de naranja o de rosa. Cabello corto, con o sin base. Y se reía con ganas pero de forma discreta, como si la misma risa le impidiera decir más.

Cuatro días después me escribió mi prima Lety:
“¿Supiste que tía Lupe se llevó a tío Rafa?”. Cuatro días después de mi abuela, falleció el esposo de mi tía Chivis, la sobrina favorita de mi abuela.
Y actualmente también hay una situación muy muy fea con otra parte de la familia.

Este año ha sido peor que en 2020, donde por lo menos no había vacunas.

Mi ex psicólogo Luis Fernando Flores dijo que habría muchísimas muertes debido al portal 6 de junio o 7 de julio, no recuerdo.
Cada año le hemos preguntado a las cartas si este será cuando mi abuela se despida, y le dije claramente a mi mamá que sucedería luego del cumpleaños de Aranza, y no quise preguntar más. Pues bien: a mi abuelita la desahuciaron un día antes del cumpleaños de la mejor amiga de Aranza.

Luego hablaré de la culpabilidad de no haber estado al 100% incluso en la misma casa. Solo sé que gracias a mi abuela soy esta persona, tal vez una mierda total, pero que mínimo se esfuerza (o se hace güey) tratando de corregir sus faltas.
Es un cliché decir que ahora un ángel me acompaña, pero se han caído cosas y desconectado electrodomésticos totalmente de la nada. No tengo miedo. Me impresionaría, pero sería inmensamente feliz si pudiera ver a mi mamá abuela no solo en mi mente sino en la vida real, como Melinda Gordon en Almas Perdidas. Le pediría perdón por todo, como hice el fin de semana que nos quedamos a solas con ella antes de internarla.

El tiempo no se puede regresar.

Pero mi abuela sabe que la extrañamos aunque está aquí, sabe que mi mamá dio todo lo humanamente posible por ella aunque ahora se ahogue en los pagos de tarjetas. Mi abuela sabe que Héctor es el hijo que nunca tuvo y nos hubiera encantado tenerlas aquí desde que mamá se jubiló. Aranza ha sido la más estoica, tal vez por su edad y su inocencia.

Honestamente NO veo la ventaja en que nuestra esperanza de vida haya aumentado tanto si vas a vivir con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, Parkinson, Demencia, sin reconocer a las personas que te cuidan diario.
El sentido de la vida es amar, pero está mejor el Candy Crush Saga. Todos son peleas por una estúpida herencia a la cual no pusiste un peso. Te afecta lo que no comes, criticas gente que ya no te habla, tus niños son criados por Youtube y a tus ancianos les pones los bailes de las estrellas en Venga la Alegría o en Hoy.
Este mes pude haber detenido mi vida, dejar el ejercicio y la comida, pintar las uñas de casi un siglo de antigüedad y contarle historias de la familia que la hicieran feliz. Pero no lo hice.
Y muchas otras cosas que no hice durante 31 años que viví con ella.

Estas dos semanas y un día estuve haciéndome pendeja.

Solo iba a copiar y pegar lo que escribí en Facebook cuando mi abuela se fue. Pero ella merece mucho más. Merece una biografía novelada enciclopédica ilustrada, merece un Wikipedia sobre su vida, merece tanto que no basta con un texto donde le digas que la amas si tal vez jamás se lo demostraste de una forma en que ella te entendiera, y no como tú según podías expresarlo.

En fin. Veamos qué mierda nos depara el resto de 2022, con todo y sus estúpidas vacunas.

Tú y yo

Tú y yo

Tú y yo

En el primer recuerdo de mi vida estás tú. Somos tú y yo, como siempre.

Estaba en el patio de mi Kínder Happy, donde cursé el primer año de preescolar. Imagino que era la hora del recreo cuando te vi llegar. “¡Abue Lupe!”, grité corriendo hacia ti para abrazarte. Cuando vi que te ibas, te pedí que me llevaras contigo. Y me quedé ahí, llorando por mi abuela en el patio del kínder a mis 3 o 4 años de edad.

No recuerdo cuando por fin regresaste por mí para llevarme a la casa. Porque eras tú quien me llevaba y traía por media Ciudad de México, entonces conocida como Distrito Federal.

Me despertabas temprano para que desayunara Fruti Lupis o licuado de fruta, huevito revuelto o pan francés. Le ponías un huevo crudo al licuado, y jamás nos enfermamos de salmonella ni de ninguna otra cosa.

Luego me peinabas.

Tenía el cabello lacio y hasta la cintura, hasta que aparecieron las chicas del grupo Flans y quise cortarme el cabello como el de Ilse.

Salíamos del edificio para tomar el camión de Ruta 100 en la esquina de Robles Domínguez y Calzada de Guadalupe. Nos tocó ver cómo remodelaron la avenida para dar la bienvenida al Papa Juan Pablo II.

Me dejabas en la puerta del Colegio Las Rosas y volvías sola al departamento. Ibas por mí a la hora de la salida, y al llegar ya estaba lista la comida: sopa o caldito y algún guisado, con agua de fruta, casi siempre de limón.

A veces mi mamá llegaba de la oficina para comer con nosotras. Pero la mayor parte del tiempo éramos tú y yo el resto del día.

Conforme crecí pude cruzar sola la calle para pasar el rato con mi madrina Ana. O con mis vecinos Carlos y Juanita, que vivían a dos puertas en nuestro piso.

Durante una época pasamos todas las tardes entre semana en Lindavista, con mi tía Teresa y mis primos hermanos Omar e Iram.

También fuimos tú y yo de verano en Monterrey cuando los Montalvo Montaño se mudaron allá.

Viajamos solas en tren. Robé muchos sobres de sustituto de crema para café Lautrec, para comerlos como dulces (aún me encantan).

De Monterrey recuerdo murciélagos y el Cerro del la Silla, las tiendas Super 7, los raspados de chile piquín y salsa Valentina, el canal Disney en inglés, y alguna niña que dijo llamarse Candy. A las 7 de la noche mi primo Omar y yo peleábamos por el control de la tele: o veíamos su Tom y Jerry, o llorábamos con mi Candy Candy. Pero quien más lloraba era Iram cada vez que el salvaje de Omar le caía encima para hacerle “la plancha”.

Después apareció mi primo Yared. No recuerdo que lo torturáramos tanto como a Iram. Mi tía Tere hacía a mano los adornos de Navidad y decoraciones de cumpleaños. Cocinaba muy rico, excepto por la horrorosa sopa de cebolla que no sé como logré comer porque enfrente estaba mi tío Miguel.

Mi tío Miguel fue como mi papá.

Su familia, los Montalvo, fue la familia paterna que me adoptó y que hubiera soñado tener. Mi tío tenía mancuernas para ejercicio, montones de libros y una gran colección de revistas Muy Interesante. Alguna vez tuvo la paciencia de sentarse conmigo y el librote de Física para explicarme tensiones, ángulos Fx y Fy, la dirección del vector de la torca, y todas esas cosas extrañas que solo comprende un Ingeniero arquitecto como él.

Para sexto de primaria, mi mamá se hizo cargo de llevarme en carro porque el nuevo plantel del Colegio Las Rosas quedaba pasando Zacatenco. En primero de secundaria empecé a irme de pinta, dando vueltas por todas las estaciones del Metro. Cuando me cacharon, procuré que seguido se me hiciera tarde para que me cerraran el zaguán del colegio en la cara. Llegaba a casa y estabas tú cocinando, limpiando, tal vez bebiendo tu café con leche Boreal y comiendo pan dulce Bimbo o bolillo con nata.

Para entonces ya había enloquecido.

Ni una sola de mis psicólogas o tutoras escolares, tan brutas ellas, supo identificar una depresión adolescente por de traumas de infancia. Tú y yo seguimos juntas, peleando por tonterías. Pero juntas.
Después vinieron problemas más graves. Pero siempre seguimos unidas, lo cual debo agradecer.

Ya vivíamos en Taxqueña cuando fuiste al Seguro Social y la estúpida doctora te dijo, estando tú sola, que tenías cáncer de esófago. Maldita bruta. Mamá y yo lloramos, pero tú dijiste que ibas a tomar los tratamientos que te correspondieran. Al final no fue cáncer sino Esófago de Barret. Nadie supo exactamente qué sucedió cuando una amiga cubana santera se encerró contigo y una vela negra. Tras un tratamiento experimental de ligadura de esófago, no solo se te cayó el tejido malo sino que desarrollaste tejido nuevo a tus setenta y tantos años de edad. Los médicos dijeron que había sido un milagro.

No fue el único milagro que tú y yo vivimos. El más notable fue cuando nació mi hija por cesárea de emergencia luego de 23 horas de parto que casi me mandan con Michael Jackson. Hace cuatro semanas llegaste a vivir con nosotras. Ojalá hubieran sido al menos cuatro años, o siete, para que mi hija te conozca como yo te conozco y para que bisabuela y bisnieta se disfruten mutuamente hasta que Dios decida que es hora de despedirse.

Parque Jurásico y yo

Parque Jurásico y yo

Parque Jurásico y yo

En estos días es el estreno mundial de Jurassic World Dominion, fin de la saga de Parque Jurásico.

Pero, por algún extraño motivo, Laura Dern (Dra. Ellie Sattler) y mi amorcito Sam Neill (Dr. Alan Grant) discuten un tema totalmente inapropiado como parte de su promoción con la prensa:

Lo “inapropiado” de su diferencia de edades al rodar Jurassic Park, la primera de las seis películas.

O sea: ¿Eso qué???

No hay que conocerme muy a fondo para saber que Parque Jurásico fue mi primera película favorita.

Ok ok: Antes fue Alicia en el país de las maravillas, la cual vi (según yo) siete veces seguidas gracias a la permanencia voluntaria de los gigantescos cines individuales de los años 80.

Después vinieron El club de la pelea, Amélie, The Inception… Pero Parque Jurásico es todo un capítulo en mi limitada autobiografía.

Parque Jurásico aniversario
Parque Jurásico aniversario

Si mal no recuerdo, fuimos a verla una noche cualquiera en los Multicinemas de Plaza Universidad en Ciudad de México. Mi mamá, mi tía adoptiva Mariné, mi hermana adoptiva Aracely que estaba de vacaciones en el otrora Distrito Federal. Y yo, pobre escuincla bastante babosa en ese entonces.

En el verano de1993 se estrenó Parque Jurásico. Yo tenía 14 años.

Llegamos al cine sin la menor idea de a qué nos enfrentábamos. Salimos de la sala con taquicardia, jajajaja. Eje 8 Popocatépetl estaba vacío, y yo miraba a todas partes por si no aparecía un tiranosaurio para comernos.

“¿Se imaginan si la clonación pudiera ser real?”. Y tan tan: luego apareció Dolly. Ahora, hasta los perros clonados de Barbra Streisand. Y así.

Aún recuerdo el mayúsculo grito colectivo del cine cuando el velocirraptor casi muerde la pierna de Lexi Murphy.

Ya hasta me dieron ganas de llorar ante el impacto que el fenómeno Parque Jurásico significó en mi entonces suicida y deprimente vida.

No sabíamos de la existencia de internet.

Pero con mis 3 nuevos pesos de domingo (o del cambio robado de las tortillas) empecé a comprar las tarjetas de colección de Topps. Mismas que fueron destrozadas en algún castigo materno por irme de pinta u otro pecado baboso.

También compraba las paletas, los chicles y cualquier cosa de Parque Jurásico nada más que para coleccionar las envolturas. Hice un cuaderno con recortes de Parque Jurásico, Gloria Trevi, Beverly Hills 90210 y Johnny Depp, entre otras obsesiones de mi adolescencia. Aún conservo los cómics originales en inglés. El libro Así se hizo Jurassic Park. Y el casete con el soundtrack de John Williams.

Así se hizo Parque Jurásico
Así se hizo Parque Jurásico

Y, por supuesto, la novela de Michael Crichton.

Los Reyes Magos me la trajeron cuando iba en cuarto de preparatoria. Devoré el librote en unos días.

Compré la película formato Vhs en preventa en Sanborns. Y me obsequiaron colores de madera con el triceratops enfermo como portada de la cajita, jajaja.

El epítome de mi obsesión fue nombrar Sam Neill a mi querido diario, mismo que dejé de escribir por allá de 2007.

Gracias a las redes sociales, hoy puedo seguir a Sam Neill en Instagram y Twitter. Saber de la vida en su granja, en la vitivinícola Two Paddocks, sus nietos, proyectos cinematográficos.

Es por ello, y por muchas cuestiones más, que me pareció tan pero tan inapropiado el comentario sobre…

“…lo inapropiado de la diferencia de edades entre Alan Grant y Ellie Sattler”…

Pero eso ya lo desglosaré en mi siguiente entrada de este blog. Lo bueno es que ya pagué cuatro años de hospedaje y uno más de dominio de TodoMePasa, lo cual me obliga a escribir aquí por lo menos una vez a la semana

El 2 de junio de 2022 tendremos nuestra fiesta de TodoMePasa Quinceañera. Sí: ya quince años blogueando aquí….

Eclipse total de cumpleaños

Eclipse total de luna de sangre en México

Eclipse total de cumpleaños

Reviso las noticias de Google diario, varias veces. Por eso siempre estoy bien informada sobre la última tarugada, como la dieta de Kim Kardashian y en qué va el juicio de Johnny Depp. Sí, es una forma de procrastinación, cuando menos un poquito más sana que los videojuegos que abandoné hace un rato.
Además de los horóscopos de Fulane y Mengane, me salen noticias sobre eventos astronómicos. Que si la luna de gusano, la luna de chicle de menta y canela y coral, etc. Y los eclipses, que se ven en todas partes excepto aquí.

Por eso ya ni revisé los artículos sobre el eclipse total de luna de sangre. ¿Para qué, si nunca se ven en León? Pero gran sorpresa me llevé la noche del domingo 15 de mayo, cuando me asomé al balcón mientras mi hija veía por enésima vez la película de los Trolls:
La luna llena, ni tan llena por la sombra que comenzaba a cubrirla. Entré corriendo para decirles a Héctor y Arancita. ¡Un eclipse total!
Y me quedé afuera, en el polvoso sillón que sacamos porque no hay dónde ponerlo, pero mi esposo el acumulador se niega a deshacerse de él.
Una hora después, la luna estaba totalmente cubierta por la sombra de la Tierra. Era un disco rojo que sí, tal cual: parecía sangre.
Nunca había visto algo así. Y me sentí bendecida de disfrutar algo único, un eclipse total de luna dos días antes de mi cumpleaños 43.
Me recordó lo afortunada que soy. ¿Qué tiene de malo vivir de forma cómoda y privilegiada? Porque el mayor privilegio es estar viva. Tener un techo. Poder comprar comida.
Me da tanta risa cada que un “pompo” (prospecto de cliente que solo hace perder el tiempo) se queja de que es pobre, y por eso quiere su lectura de Tarot gratis, jajaja.
¿Eres pobre? ¡No me digas! ¿Acaso me estás escribiendo gracias al internet gratuito de una computadora del albergue donde duermes cada noche?
¿No?
Ah, bueno: entonces no seas ridículo. Porque pobre no eres. Seguramente el teléfono del que me escribes es tuyo, y bien que tienes para pagar tus datos o tu wifi.
¿…Pobre de espíritu? Eso sí ni te lo discuto, jajajaja.
Claro que es un privilegio tener un hogar y una familia con la cual compartir un eclipse total. México podrá ser mil cosas, pero al menos no estamos en guerra. Habrá cientos de miles de desaparecidos, pero ningún país nos está bombardeando. Estará cara la gasolina, pero no hay escasez de leche de fórmula para bebés, como en Estados Unidos.
Podría enumerar cada una de las bendiciones en mi vida, pero prefiero disfrutarlas en vez de presumirlas. Yo solo sé que mis mejores años han sido estos últimos doce. Y de la llegada de Aranza hace ocho, mejor ni hablamos.
No cambiaría lo que tengo por cumplir mis sueños banales de antaño.
Si tuviera que elegir de nuevo, lo haría tal cual. Incluso mis peores errores fueron experiencias que al final me condujeron aquí. Igual no me desviaron del camino, solo me retrasaron un poco, aunque en realidad llegué justo a tiempo. No sé si existe el destino, o si la vida es una caja de bombones… Yo pienso que sí existe, porque ¿cuántas posibilidades había de que el verdadero hombre de mi vida fuera también mi primer amor?

La dieta de Kim Kardashian para la Met Gala

La dieta de Kim Kardashian para la Met Gala: camino al bufete de carbohidratos

La dieta de Kim Kardashian para la Met Gala

Hoy cumplo 11 años casada con mi novio Héctor Juárez. Porque también celebramos nuestro aniversario de novios, que coincide con mi mudanza a León. Y celebramos el día del padre, día de la madre, día del maestro, día del escritor, día del abogado… Pues hay un día para todo, ¿cierto?
La verdad es que cuando leí sobre la dieta de Kim Kardashian para la Met Gala, dije: Voy a hacerla para ahora que sea mi fiesta de cumpleaños. Cuarenta y tres primaveras, y las mejores han sido desde el 27 de agosto de 2010. Desde noviembre del año pasado mi mamá me regaló la app de Centr, para verme como el Chris Hemsworth. O de perdis como Natalie Portman, la próxima Thor con brazotes que ya no se supo si son reales o no.
No buscaba lo de la dieta de Kim Kardashian, pero uno que abre Google y salen noticias de todo tipo y pues bueno: Voy al día con el caso Debanhi, con el juicio de Johnny Depp contra Amber Heard, con Elon Musk que si compra o no Twitter, etc. Pero lo de la dieta de Kim Kardashian me llamó la atención porque dijo haber bajado 16 libras (7.25 kilogramos) en 3 semanas.

Los nutriólogos te recomiendan bajar un kilo a la semana para no descompensarte y el efecto rebote. Así que bajar el doble, a su edad y luego de tres embarazos, sí es un montón. Supondremos que es verdad que solo tenía tres semanas para meterse en el vestido de “Happy birthday, President” de Marilyn Monroe, así que no tuvo tiempo de hacerse una liposucción. O un balón gástrico. O una manga gástrica. Unos masajes reductivos con Bamitol, sí. Ja jajaj.

¿Cuál es la famosa dieta de Kim Kardashian?

No dio grandes detalles, solo dijo grosso modo: Cero carbohidratos y cero azúcar. Únicamente vegetales y proteínas limpias. Traje de sauna y ejercicio cardio (correr en cinta)…

La dieta de Kim Kardashian para la Met Gala: cortar carbohidratos….


Por supuesto, media humanidad se le ha ido a la yugular. Que el “body positive” y no sé qué. Y sí: es una de las mujeres más influyentes del mundo, o de plano es la mujer más influyente del mundo. Por supuesto que millones de jovencitas pueden caer en manos de un trastorno alimenticio. Pero ahí es donde entran los super papás, para vigilar lo que sus hijas consumen. Tanto en cuestión noticias como en cuestión comida.

La dieta de Linda Hamilton

Hace unas semanas pasaron Terminator 2 en la tele (mi mente está libre de Netflix y de cualquier otro servicio a la carta). Googleé “brazos de Linda Hamilton”, y zas: ella dejó de comer carbohidratos durante año y medio. E hizo pesas.
Kim Kardashian dejó de comer carbohidratos durante tres semanas, y ha recibido cantidad de odio.
No creo que hayan atacado tanto a Linda Hamilton cuando reveló su secreto. Tal vez porque internet aún no era de uso masivo en aquel entonces.
Linda Hamilton no dice (o no he buscado si dijo) algo sobre consumir grasas. Kim Kardashian las evitó.
Básicamente las dos hicieron una versión de la dieta Atkins, que limita los carbohidratos (18 a 22 gramos al día).
Yo pues, obviamenteee, iba a hacer mi propia versión de estas dietas pero con los menúes alimenticios de Centr. Sin embargo, hoy es mi aniversario de bodas así que ayer fuimos a un bufete asiático.
Y comí tres tipos de sushi distintos. ¿Comí? ¡Tragué! Rollitos primavera, mismos que intenté hacer en casa y resultaron ser un epic fail. Pollo frito empanizado. Costillas. Alitas rebosantes de grasa. No comí verduras porque no había, jajaja. Pero rematé con chispas de chocolate y jarabe Hersheys. Eso sí: mi Pepsi light, porque no había Coca-Cola.

¿Me importa más verme bien a corto plazo, o sentirme bien por el resto de mi vida?

Sí: me puse a hacer ejercicio y sigo un régimen alimenticio, aunque no he bajado gran cosa porque mi hija sigue comiendo pizza, nos encantan los Chilenaso’s (churrascos y completos) y unas hamburguesotas llamadas Pipiolos. El sobrepeso me tiene sin cuidado excepto por el dolor de espalda y de rodilla, pero el ejercicio ayuda muchísimo. Si mi índice de masa corporal jamás vuelve a rondar los 20, no me importa. Desde que me mudé con mi esposo he sido más gorda que flaca, y jamás había sido tan feliz.
Aunque ya no me quede la ropa, buah.
Y mucho menos un vestido de 80 millones de dólares.
Yo por eso ya tengo lo que estrenaré en mi fiesta de cumpleaños, ahora que según “se acabó la pandemia”:
Una playera original de Jurassic Park. El logotipo de la primera película, con mi otro amorcito Sam Neill.
Ah sí: pero no sé quién dice que no hay que usar estampados después de los 30.
Y Carolina Herrera dice que hay que cortarse el cabello a los 40. No usar falda. Y no sé qué.
Pero pues… ¿A quién le importa???

Elon Musk, Twitter y TodoMePasa…

Elon Musk compró Twitter, no TodoMePasa

Antes de TodoMePasa.com, me la pasaba del tingo al tango.
De un dominio a otro.
Tuve ginahalliwell punto com, jessicadelaportilla punto com, los Spaces de MSN que ni recuerdo cuáles ni cuántos eran (uno se llamaba Ilusorio Mundo Real) y tampoco supe cuándo los migraron a WordPress. Lamentablemente tenías que dar tu autorización.
Aun después de haber adquirido TodoMePasa. tuve la grandiosa idea de mudarme al punto net. Ni me acuerdo para qué.
Luego regresé a TodoMePasa, pero desde Blogger / Blogspot. Jamás pude subir el respaldo de SQL, jaja.
Desde que regresé a WordPress, me mudé de Godaddy a Hostgator, y ahora, justo ayer, acabo de comprar en Hostinger.
La verdad es que Elon Musk fue mi inspiración. Si él fue capaz de conseguir cuarenta y tantos mil millones de dólares para comprar UNA página llamada Twitter
…¿por qué yo no iba a invertir poco menos de mil pesos en un hospedaje decente para mi blog que está por cumplir XV años en línea???
Obvio que no, jajaja. Elon Musk no es inspiración para nadie, tal vez para los alienígenas.
Mi verdadera inspiración fue hoy, que tomé terapia de grupo por Zoom, y se tocó el tema de la procrastinación.
Como sabía que Hostgator vencía en abril, intenté de todas las formas posibles volver a migrar a Blogger. No lo logré. Ya no existen las herramientas que convierten formatos. Así que saqué un wordpress gratuito, se llamaba TodomepasaNúmeroNúmeroNúmero (ni recuerdo el número, era más largo que mi teléfono celular) punto wordpress punto com. Subí todo mi respaldo desde 2012, y me olvidé.
Al fin que ya casi no escribo aquí.
Y al fin que ya casi no escribo en ninguna parte…
Tengo una laptop que me prestaron, pero es tan mala tan mala que tuve que mandarme el archivo de respaldo por WhatsApp para subirlo desde mi teléfono. Así, tal cual. Ya casi no escribo a mano, y mucho menos dándole a las teclas hasta sangrar de nuevo mi túnel carpiano.
Pero hace unos días mi esposo me compró una libreta muy bonita.
Revivir el Querido Diario, ¿por qué no?
Y lo primero que escribí es que “no necesito terapia”…
JAJAJAJ…
Por Dios, ¿pero quién NO necesita terapia hoy día, que ni siquiera sabemos si el coronavirus aún es pandemia, o no?
Así que aquí estaré. Oootra vez. Y mejor aprovecharlo: los siguientes cuatro años de hospedaje ya los pagué.
Si Elon Musk puede, ¿por qué yo no?
Además, yo pagué al contado. No como él, maldito pobretón. Ni para pagarle el hotel a Amber Heard tuvo, así que le dio su corazón en la cama defecada de mi vida el Johnny Depp.
De hecho, había listado el dominio para vender. Pensaba sacar otro totalmente nuevo, porque este ha estado bloqueado en no sé qué tantas oficinas que ya ni han de existir.
Pero Elon Musk no se animó a comprar TodoMePasa. Buuu. ¡Por eso caes mal, gordo!
En otras noticias cuento que no hay más novedades. En la barra de la derecha están mis redes sociales: Twitter para quejarse, Facebook para memes, Tiktok para horóscopos, Instagram para fotos y ya.
Me despido, porque desde noviembre estoy haciendo ejercicio y siguiendo el plan alimenticio de Centr, la aplicación de Chris Hemsworth. Ayer me aluciné al enterarme de la existencia de Fat Thor 🙂

El ABC de respuesta contra problemas

El ABC de respuesta contra problemas

El ABC de respuesta contra el problema que sea

La Terapia Racional Emotiva Conductual es una psicoterapia de corte breve que permite reevaluar creencias y modificar pensamientos. Y es muy sencilla de recordar por las iniciales en inglés de cada uno de sus pasos: ABCDE

A. Activating event (evento activador)
B. Belief (creencia)
C. Consequences (consecuencias)
D. Dispute (disputa)
E. Effective new believes (nuevas creencias efectivas)

Por ejemplo:

No es correcto decir que alguien te hace enojar con sus acciones que, tal vez, o seguramente, son totalmente ajenas a ti. Según el ABC de respuesta contra el problema del enojo, al racionalizar te darías cuenta de que en realidad tú eres quien se siente enojado por el comportamiento de la otra persona. La otra persona igual no se da por enterada de tu molestia, ni hace algo (o nada) específicamente para fastidiarte.

Ejemplo: Te enojas porque tal persona (que no es tu pareja) bebe alcohol, o fuma tabaco, o consume otras sustancias, o es infiel, o renuncia a su empleo, o se fue de vacaciones, o no quiere reunirse contigo en persona, etc.

La premisa básicamente sería:

¿Y a mí qué ch****** me importa?

¿Te afecta que tal persona siga usando alcohol u otras drogas?
NO. Mientras no se muera, claro. Pero es SU decisión.

¿Te afecta que tu cuñado sea infiel?
Si lo descubren, sí. O si su pareja se entera de que sabías, sí. Si la familia se separa, sí… Pero es SU decisión.

Solo piensa en cuántas personas dejaste de frecuentar por cuestiones que ni siquiera estaban relacionadas contigo.

Incluso si las acciones de otra persona fueran un ataque frontal en contra tuya, al racionalizar te darías cuenta de que es la otra persona quien vive infeliz. Al engancharte en su juego de odio y manipulación le das la satisfacción para seguirte molestando. Lo mejor que puedes hacer es simplemente bloquear y ya, sin peleas y sin reclamos.

Ejemplo: Cuando una persona inventó que yo fui a casa de su hermana y vi marihuana del novio. Esto para presionar a la hermana a invitarla a su casa… Por Dios, he visto gente convulsionar por inyectarse ketamina en un rave. Muy preocupada que voy a estar por un pachequín.

Cómo aplicar el ABC de respuesta contra el problema que sea

A continuación un ejemplo que podrás sustituir para aplicar en tu vida y comprender las bases de esta psicoterapia. El ABC de respuesta se puede aplicar prácticamente contra cualquier problema que te ocurra en este momento.

A. Evento activador
En un grupo de WhatsApp pregunté por el costo de un concentrador de oxígeno ya que mi abuela de 90 años presentó un cuadro de neumonía. Recibí muchos mensajes de preocupación y apoyo, excepto de cierta persona que supuestamente ha sido mi gran amistad.

B. Creencia
Solo porque seguimos en contacto, esta persona DEBE preocuparse por todo lo que acontece en mi vida. Debe estar al pendiente de todo lo que hago, digo y escribo.

C. Consecuencias
Me enojo porque mi amistad no me pregunta, ni en público ni en privado, cómo se encuentra mi abuela. Así que yo tampoco le hablo, no porque no me nazca (que no me nace) sino como \”venganza\”.

D. Disputa
Mi amistad puede decidir si me habla o no cuando quiera y de lo que quiera. Si yo necesito desahogarme con esa persona en específico, le escribo en privado y seguro no tarda en marcarme por teléfono.

E. Nuevas creencias efectivas
Que esta persona no me haya preguntado por la salud de mi abuela no significa que no se haya preocupado por mí en otras ocasiones. Tampoco significa que yo no le importe o que no me quiera, o que yo le quiera más, etc. La realidad es que yo tampoco le pregunto constantemente por la salud de sus antecesores ni de su familia, cómo murió su perro, etc.

¿Qué te pareció el ABC? Si te fue de ayuda, comenta y comparte.

Imagen: Smart Recovery.