Literatura

Vivir en León Guanajuato

Vivir en León Guanajuato México

Vivir en León Guanajuato

Este domingo 27 de agosto cumplo ya siete años de vivir en León Guanajuato.
Nací defeña… O no sé cómo nos vayan a decir ahora a quienes nacimos en el entonces llamado Distrito Federal, hoy día Ciudad de México. Alguien (no recuerdo quién) me dijo que no soy “chilanga”: Que en realidad los chilangos son los mexiquenses que se mueven a diario para trabajar en la capital del país.
Como sea. Nací en la “Megalópolis” (nombre ridículo), en la CDMX (abreviatura ridícula), hace ya algunos ayeres. Mi esposo también nació allá, al sur, por la salida a Cuernavaca. Y nos vinimos a reencontrar no aquí, no en León Guanajuato, sino en pleno internet. “Aldea ciberespacial”, escribió él en un comentario el 5 de agosto de hace siete años.

No sé si he contado la historia real de cómo el destino se encargó de juntarnos de nuevo, esta vez de forma definitiva:

Hace siete años yo estaba a punto de cumplir tres de insana relación con un tipo… Quien sabe quién es pues chido, quien no pues para qué lo traumo con detalles. Basta con que diga que era un auténtico “bad romance”.
Dejé de trabajar en gobierno federal y me fui a un proyecto de tres meses en una dependencia de Conacyt (ahora Conahcyt). Ahí conocí a un tipo que decía tener “cierta edad” y que cumplía años el mismo día que yo. No tuvimos una relación porque él aclaró que no quería tener una relación, lo que por supuesto hoy le tengo que agradecer…
En esa dependencia no se trabajaba mucho que digamos. Más o menos la mitad del tiempo que estuvimos ahí fue cosa de estar siete horas procrastinando, porque no habían liberado el proyecto.
Un día cualquiera se me ocurrió googlear “Héctor Juárez Lorencilla“, mi profesor de secundaria y primer amor. Me salió una página de Observatorio Educativo de León Guanajuato o algo por el estilo, así como que ah, a poco ahora vive ahí… Envié un correo a dicha página para preguntar por él, pero jamás obtuve respuesta.

Luego de eso, el destino se precipitó.

Terminé mi no relación con el sujeto “de cierta edad” y terminó mi relación laboral con la dependencia de Conacyt. El 4 de agosto de 2010, un día antes de cumplir tres años de “bad romance”, el noviazgo terminó de forma obligatoria y sangrienta.
Vino la separación de bienes, separación de dineros, regresar un anillo de compromiso que me quedaba grande y que no presumí demasiado. El “bad romance” y yo terminamos confesándonos todas las veces (o la mayoría) que nos fuimos infieles o por lo menos lo intentamos. A mí, por cierto, me faltó platicarle de esa vez que fui sola a Acapulco, y del tipo de cierta edad, pero como no fueron importantes…
Tardé unos cinco días en entrar a internet. No tenía ganas, y no porque estuviera triste. En realidad estaba muy, MUY aliviada de que el martirio al fin hubiera terminado. Ya me imagino yo, casada y/o con hijos con una persona a la que yo no respetaba y que no me respetó tampoco. Hace poco pensaba que es una fortuna que uno no se case con quien quiere sino con quien debe: En caso contrario estaríamos como Elizabeth Taylor.

Lo primero que hice al entrar de nuevo a internet fue ver los comentarios de mi blog.

Y ahí estaba: Héctor Juárez Lorencilla, mi profesor de secundaria. En verdad parecía una broma que me hubiera escrito el 5 de agosto, un día después de que terminé mi “bad romance”, el día que yo debía cumplir tres años de noviazgo.
Él encontró mi blog googleando su nombre porque no encontraba una conferencia que dictó. Resulta que yo escribí sobre él en una entrada llamada Limpieza de otoño (luego la subo, es parte del famoso respaldo), donde hablaba de que había encontrado las cartas que me escribí con mi profesor de secundaria… un día que hice limpieza porque era cumpleaños del “bad romance”, jaja.
Y después… Bueno, como dicen en la tele: “El resto es historia”. Nos escribimos diario durante tres semanas, me invitó a venir a León Guanajuato a conocer la ciudad. Me subí a un autobús en Ciudad de México el viernes 27 de agosto de 2010, yo solo venía por tres días. Y ya no regresé al entonces llamado Distrito Federal, excepto para ir por libros y ropa. Mi Nintendo NES que aún servía, un montón de discos compactos originales, hasta mi colchón ortopédico desapareció… Espero que le hayan aprovechado al “bad romance”, porque el robarse mis cosas fue un precio barato por mi libertad.

A los nueve meses de vivir en León Guanajuato, me casé aquí

Tres años después decidí que ya era hora de ser madre. Yo que nunca quise, no hubiera podido tener un hijo con ninguna otra persona. Gracias a Dios por el control natal, porque no tengo que verle la cara a ningún ex para pelear por la pensión alimentaria y la custodia y todo lo demás.
Hace dos años y cinco meses nació Aranza. Mientras escribo, ella está muy entretenida viendo su libro de imanes de madera. Hace unos minutos “discutimos” porque la señorita se niega a desayunar bien.
Siete años desde que comencé una nueva vida lejos del bullicio, de la contaminación, del pasado. Aquí no me encuentro con ningún ente indeseable, aquí nadie molesta. Puedo salir a la calle sin preocuparme por chiflidos, piropos, manos largas. Vivir en provincia es maravilloso. Amo vivir en León Guanajuato.

Muchas gracias a mi esposo por estos siete años de amor, de cariño, de terapia existencial.

Gracias por ser con quien paso las noches y quien comparte mis días. Por nuestra increíble niña, por Domi y Tifón, hasta por el pájaro Dodo, jaja. Gracias por los regalos, por consentirme, por ayudarme, por comprenderme. Y porque no sé qué día de este septiembre cumpliremos veinticinco años de conocernos…

Sam Neill: La persistencia de la memoria por escrito

Sam Neill, mi querido diario, mi mejor y más fiel amigo, mi primer gran crush gracias a Jurassic Park… Ya lo he dicho: ¿Qué tal si la memoria me engaña? Por eso fue que a los catorce años de edad comencé con mi infame Querido Diario Sam Neill (antes tuve otro llamado Norma, por una prima que no es mi prima sino como una hermana… pero lo rompí en alguno de mis inusitados berrinches). Y que nadie me diga y que nadie me cuente que las cosas no pasaron así como las viví yo. [caption id=\"attachment_2007\" align=\"aligncenter\" width=\"723\"]\"Sam Sam Neill, mi novio eterno de Jurassic Park.[/caption] Siempre dije que eso del Querido Diario Sam Neill fue inspirado por Ana Frank, pero nel: Mi no-prima llevaba años y años escribiéndole al Dr. Peter Venkman, pero el de la caricatura, ehhh… Me llevé una gran decepción con el cero guapo Bill Murray de la película la primera vez. No dudo ni tantito que me siga dando miedo el Hombre de Malvavisco porque se parece a las benditas estampas Garbage Pails Kids. [caption id=\"attachment_2008\" align=\"aligncenter\" width=\"905\"]\"Pinche Pinche Javier Duarte JaviDú, neta que me recuerda a alguien pero no sé a quién…[/caption] De hecho fue gracias a ese “Peter Venkman” ajeno que me enteré de que no sólo fui una niña exasperante: también era más cabroncita que hermosa, toda una troll. Diría que lo sigo siendo, pero ahora soy una irrespetable profesora y madre de familia. En unas vacaciones esa prima se quedó en mi casa, y aproveché mientras se bañaba para abrir su diario a escondidas. Así me enteré con que ella soñaba con “ser tan mula como Jéssica”… ¡Ah, chi!, ¿que yo soy queeé? Y sí: podría decirse que esa chica cumplió su sueño, y con creces.

¿Yo? Si ya era una mula, obvio que lo seguí siendo. Apenas se me empezó a quitar hace poco.

Y lo tengo por escrito, jaja, como todo el detalle posible: Tanto las tonterías que yo hice como las jaladas que otros me hicieron durante más de una década. Llevo años diciendo que algún día publicaré cada libreta de mi Querido Diario Sam Neill… ¿Pero qué tal si ya los transcribí, tal vez con algún seudónimo? [caption id=\"attachment_2010\" align=\"aligncenter\" width=\"640\"]\"Libretas, Libretas, cuadernos y un baúl de fotos y recuerdos de mi Querido Diario Sam Neill.[/caption]]]>

Pesadillas colectivas para niños miedosos

Pesadillas colectivas para asustar a los niños miedosos

PESADILLAS COLECTIVAS…

 

Con los sueños colectivos no basta.

 

La Niña TodoMePasa dice:

Rastreé los orígenes de mi aversión a los géneros literarios variantes del Terror y, no: Los asquerosos Garbage Pail Kids no terminaron de comerme por más que me hicieron despertar gritando durante ene noches de mi dizque infancia. Los Garbage Pails Kids vinieron a mis pesadillas mucho después.

Y tuve pesadillas mucho peores, por cierto. La primera ocasión que dije “no, gracias” fue en casa de unas amiguitas. Clásico que a los cinco años de edad tus primeros amigos son hijos de los ex amigos de tus papás. Recuerdo que nos llevaron a alquilar una película (formato Beta… ufff, ¡no hagan cuentas! ¿Ya existía VideoCentro?). Yo quise de vampiros. Quién sabe cómo se llamaba: nomás recuerdo que el monocromático filme mostraba una mano negra. ¿Igual era una mano santa? La mano salía de una tumba para arrastrar a la pálida actriz.

Si hoy, mil-ochomil años después, viera una escena así de ridícula…

¡Yo creo que me ahogaría! Me ahogaría, pero de la risa.

Mi esposo el educador infantil dice que no hay que dejar que los niños tengan contacto con ningún tipo de terror… No vayan a terminar como yo: Escribiendo sobre mis pesadillas para provocarle dolor de cabeza a terceras personas. La segunda vez que me traumé debió ser con Carlos, tío de mis vecinitos de entonces. Fuimos al Cine Tepeyac a “ver” El Despertar del Diablo. ¿Cómo olvidar ese título?
Y digo “ver” entre comillas porque lo único que vi fue la mugre del piso: El tiempo que duró la película lo pasé bajo mi asiento. Yo no, no, NOOO quería ni quiero saber nada sobre sangre y tripas y ojos que salen volando. A duras penas puedo ver Doctor House, Bones, Castle y series de televisión por el estilo.
Pero la curiosidad era fuerte: De niña me era imposible dejar de ver las portadas de películas piratas. Una rana con una mano humana saliéndole del hocico… Una mujer colgada por la vulva y los pezones de ganchos de carnicero… Ya me imagino a qué clase de “ser humano” le puede excitar el sexo mezclado con gore.
No sé si todo eso fue antes o después de uno de mis regalos de cumpleaños: En Siempre en Domingo o en XE-TÚ o en Estrellas de los Ochenta, en alguno de esos aburridos programas de los años ochenta estaban promocionando El Show de Terror de Rocky.

Y yo, pobre escuincla babosa sin criterio alguno, le rogué y le supliqué a mi mami que me llevara al teatro.

Mi mamá no sé cómo se las arreglaba ella sola: Mi indolente progenitor jamás dio ni cinco centavos para que yo viviera… (Aquí un paréntesis: UN APLAUSO a los pendejos, seguramente hombres, que acaban de establecer que no dar pensión alimenticia ya no es delito grave. Ya se puede llevar el proceso en libertad. Jo jojo, pero qué emoción. ¿Acaso es su forma de combatir la obesidad infantil?
Por favor: no mamen. De cualquier manera, la mayoría de madres solas que conozco no andan pidiendo chichi mensual del pinche irresponsable. Les da muuucha hueva demandar a un pobre loser que no ama ni a su propio hijo. Las mamás pueden solas, ellas lo logran sin tener que andar persiguiendo a nadie. Dios bendiga a las mujeres jefas de familia por tener pantalones.)
Como iba diciendo: mi mamá me llevó con mi abuela a ver El Show de Terror de Rocky. Seguramente no entendí ni eme de nada, y ni siquiera la recuerdo. Pero cuenta la leyenda que mi mamá tuvo que rogar y suplicar en el teatro para que me dejaran entrar a ver esa obra para adultos…
Ya de grande vi la película y no le encontré ni el terror ni lo de adultos ni nada, jaja. Imagino que la pasé bien: Lo único que me traumó fueron las escenas en blanco y negro que proyectaron en una pantallita, no sé si durante el intermedio o previo a que subieran el telón.
Continuará.

Los años ochenta nunca pasarán de moda – Lo retro es chido

Los años ochenta… Quien los vivió, lo sabe.   La Niña TodoMePasa dice: Les platicaba sobre algunos sueños y pesadillas colectivos. Ni para qué mencionar los sueños que le compré a Walt Disney. Es verdad que las pocas veces que me sentí “parte del grupo” fue cantando con las bullers. Bullers: dícese de quienes hacen bullying… Seamos sinceros: quienes nos quejamos de haber sufrido bullying, también anduvimos moliendo a dos o tres niñas menores que nosotros. En los años ochenta cantábamos lo que estaba “en onda” en la radio. Hablaba con ellas sobre el capítulo más reciente de Carrusel de niños. Cómo olvidar las temibles “calcomanías con droga”… ¿afuera de qué escuela dicen que las encuentro??? Diiigo: nomás para comprobar que no son cuentos chinos para que los infantes se caguen de miedo y crezcan decididos a verificar por sí mismos qué tan malas son esas malditas cosas del demonio. Me cae que las “calcomanías y los chicles con droga” merecen un post completo. También recitábamos juntas el nombre completo de la Chimoltrufia: María Expropiación Petronila Lascuráin y Torquemada de Botija. Qué quieren: crecí viendo Chespirito. Y crecí viendo Cachún Cachún Ra Ra. También la dulce niña Candy Candy. Y crecí viendo toda, toda la barra de programas y telenovelas de la televisión abierta de los años ochenta y también de los noventa. Incluso hoy día es lo más “interesante” que uno encuentra para dormir a gusto. ¿A poco ustedes no cantaron los antiguos comerciales que el joven Luis Miguel hacía para Coca-Cola y Sabritas? La mera verdad es que el nombrecito completo de “la Chimo” lo busqué en Wikipedia, jeje. Alguna vez tuve buena memoria, pero eso era en mi época de escuela primaria… Ahora que tengo uno que otro alumno de lectoescritura y regularización, me pregunto el doble de veces:

¿Por qué los niños aprenden cancioncitas y comerciales, mas no las tablas de multiplicar?

Yo estoy casi en las mismas: Hace apenas unos años aprendí a sacar raíces cuadradas sin usar la calculadora. De hecho me sé de memoria las raíces del dos al diez porque no entendía el método: ¿Cómo, si estaba ocupadísima tratando de sacar las mugrosas cien vidas del mundo 3-1 del primer Mario Bros? ¡Y nunca pude hacer más de cinco seguidas! Nunca logré acabar ese horroroso juego, me quedaba atorada en el megaagujero espantoso del nivel 8-1. [caption id=\"attachment_1976\" align=\"aligncenter\" width=\"970\"]\"Los Los años ochenta y el Nintendo Mini[/caption] Yo siempre procrastinando, desde niña fue mi actividad favorita… Por eso ya no me extraña que una profesora kool-aid (y eso que no fue la más hulera de todas las que tuve en el Colegio Las Rosas) me haya mandado castigada a otro salón nomás porque no tomé dictado. ¿Cómo creen que yo iba a trabajar en clase, si estaba ocupadísima soñando despierta con dinosaurios? Igual y la memoria me engaña: ¿Qué tal si el dictado era sobre dinosaurios, y yo estaba soñando despierta con equis, ye, zeta, lo que fuera excepto el tema de aquella clase?]]>

Sueños y pesadillas colectivos escritos para todos los gustos

Sueños y pesadillas colectivos  

Si tus sueños no te dan miedo, no son lo suficientemente grandes. -Ellen Jhonson.

  La Niña TodoMePasa dice: Aunque no existen los superhéroes (según dice “la gente normal”… y no me refiero precisamente a la banda de Aleks Syntek, si es que aún existe), todos nacemos con al menos un talento que nos distingue del resto del planeta. El mío lo descubrí desde pequeñita: Soy buenísima para exasperar a las personas. Supongo que es clásico que los chamacos (o bien: que algunos chamacos) hagan la misma pregunta mínimo ochenta veces seguidas. Lo que aún no sé, y que tal vez descubra si en serio en serio mi hija Jéssica Aranza sale igualita a mí, es si a tooodos los escuincles preguntones se les debe contestar como nunca jamás nadie me contestó a mí: ¡Cállate, tonta! No creo haber sido la única que a los siete, ocho añitos de edad, soñaba que un huracán llegaría a la Ciudad de México para llevarme volando con él. En ese entonces nadie sabía qué era un tsunami: En caso contrario, también habría dicho que ojalá y apareciera una ola gigante para aprender a surfear. Y, sí: El problema fue haber expresado mi inocente e improbable deseo en voz alta. Porque nunca faltó la compañerita odiosa que se creía más madura que un plátano importado de Cuba nomás por ser la segunda de la lista (y, según las Misses, la segunda menos idiota del salón): ¡Cállate! No tienes ni la menor idea, como siempre.

Yo qué: no todos nos hicimos escritores por gusto sino por vil necesidad, más que por necedad.

Supongo que era mejor dejar que la marea del “sé como las demás” me arrastrara. Compartí sueños y pesadillas colectivos que escribieron para nosotros dos o tres adultos que trabajaban como guionistas: ¿Acaso eres “la de lentes, la pasada de moda”?, ¡no importa! Haz tu luchita y tal vez logres alcanzar una estrella como Eduardo Capetillo… Esa fue la idea que Jesús Calzada nos metió en la cabeza a unas cuantas jovencitas babosas. Chistosamente, hace como diez años conseguí el teléfono de este importante hombre, pero me contestó su novio y, zas: Sin mayor ceremonia me colgó… Continuará.]]>

Priístas unidos jamás serán vencidos

Priístas, priístas, ¡ra-to-tas! Chiquitibúm a la bimbombá… No se confundan. Todo lo escrito en este blog no es más que una cortina de humo para distraernos de lo esencial: Que Cristian Castro le arrebató a Kim Kardashian el título de “El matrimonio más ridículamente corto de la historia”. Kim estuvo casada setenta y dos días… Entonces llegó Cristian Castro con su “saiote” (me sigo riendo de eso) y de un nalgadazo la mandó a volar. Ven que ahí se van en proporciones corporales, ¿no? Es verdad que Britney Spears les ganó a todos pues estuvo casada apenas unas horas en Las Vegas… Pero Britney es Britney, ¡leave Britney alone!!! Además, en aquel entonces Britney era una adolescente alcohólica y explotada por sus padres: Por eso se le perdona que cayera con el Kevin Federline y en un ataque de tos se haya rapado. Y todo esto venía a que… Ah, sí: Los priístas. Los priístas son una casta de piratas mexicanos que se cubren las espaldas los unos a los otros. Los demás partidos políticos hacen lo mismo, por supuesto. Pero los priístas saben que todos son una bola de ratas, y que el que no transa no avanza. Esto último los hace más mexicanos que el asqueroso té de nopal con sábila que estoy tomando para perder peso.

Esto último también me recuerda a los priístas:

Ellos nos hacen perder peso sobre peso, siempre hasta llegar a dos. Si mal no recuerdo, antes del Error de Diciembre el dólar costaba como tres pesos. ¡Tres pesos! Y no nos hacen perder peso en kilogramos, que igual y nos convendría a las mujeres y niños obesos. O bueno, digamos que sí: entre las devaluaciones y la inflación se pierde poder adquisitivo. Y nosotros comemos menos y nos inflamos menos. Y se devalúa nuestra autoestima, porque no es lo mismo estar flaco por dieta que flaco por pobreza. Bueno, yo creo que no, pero no lo sé porque yo solo fui flaca de niña y la verdad no me acuerdo. Esos priístas enflaquecen nuestra billetera y nuestro cinturón. Mientras ellos engordan, engordan de comer tantas ansias por enriquecerse. Y engordan por tragarse sus propias mentiras hasta que se las creen. Ahí tenemos el caso de Javier Duarte, que era gordo y adelgazó y otra vez está igual que siempre. Mientras, la flaca calaca de su esposa, Karime Macías, puso a dieta a los pobres niñitos del DIF. ¿Acaso creen que la esposa iba a salir limpia de semejante lodazal? Por favor: es imposible que ella no supiera la cantidad de mierda que, literalmente hablando, hacía su marido. Por eso no sorprende que ella fuera parte de la estafa, que se encargara de sangrar al erario de Veracruz.

Ahora resulta que siempre sí van a extraditar a Javier Duarte.

Y que lo van a juzgar por una ínfima parte de toda la lanototototototototota que se robó. Luego va a resultar que ni siquiera se la robó, sino que solo la cambió de lugar, la reacomodó. Y que pensaba regresarla, ¿no? Pero a quién demonios le importa, la verdad: Siendo Javier Duarte priísta, aunque según lo haya expulsado el mamón ese del Enrique Ochoa… Pisará la cárcel unos cuantos años, y luego como Raúl Salinas de Gortari: Saldrá exonerado, con el cartelito de “inocente” pintado en la frente. Y lo más importante: con todos sus millones en el bolsillo. O bien escondiditos en una faja en la panza, que igual es por eso que está así de gordo y nomás no adelgaza. [caption id=\"attachment_1955\" align=\"aligncenter\" width=\"800\"]\"Priístas Priístas unidos jamás serán vencidos. Free Javier Duarte![/caption] No importa cuántos delitos le imputen al pu…ñal de Javier Duarte: Será como Elba Esther Gordillo, quien hace unas semanas resultó inocente de dos de tres delitos. ¿Entonces para qué demonios los meten a la cárcel? Digo, si ya los mantenemos presos o en libertad, y si no trabajan tras las rejas ni lejos de ellas. Así que ya: A la goma con los priístas. Mejor sigamos atentos a: a) La vida sexual de Cristian Castro. b) Las asombrosas bubis de Kylie Jenner que cambian de tamaño sin previo aviso. c) La carrera como youtuber y las cirugías plásticas de Araceli Ordaz “Gomita”. Todo, todo eso es mil veces más interesante que la política en México. Me cae de eme que sí.]]>

Recuerdos: Una chispa de nostalgia en la inmensidad virtual

Una chispa de nostalgia en medio de la inmensidad virtual Cuando tenía quince años, tal vez uno más tal vez uno menos, me gustaba llegar del colegio y encender la computadora. Bajaba miles de imágenes tuyas, el fotolog de tu novia era mi página de inicio. Recibía automáticamente toda actualización en el correo. Y pasaba horas buscando tu nombre en distintos portales, copiando poemas con seudónimos desconocidos… Y pensaba que no podía haber otra niña en el mundo ni la mitad de enamorada que yo. Nadie comprendería todas esas “cosas” que sólo tú me hacías sentir. Pero las horas se hicieron días y estos se convirtieron en meses. De pronto crecimos. Y ahora no sé si estás perdido en alguna telaraña de internet. Yo dejé de escribir tu nombre luego de regalarle tu recuerdo a cualquier desconocido. Un amor imposible no es único y tú eras especial porque yo te hice así, me gustaba la nostalgia con que decorabas mi vida. La verdad es que nada gané pero tampoco perdí. Estamos a mano a fin de cuentas. Muchas IP anónimas leen estos caracteres sin preguntarse para quién han sido redactados. Pero no olvides que poblé el mundo con personajes ficticios para que algún día nos extrañaras. Todo esto existió solamente para ti, ¿puedes creerlo? La diferencia es que ya a nadie le interesa saber quiénes fuimos ni quiénes somos.


 

Más que recuerdos, este texto es parte del respaldo de este intento de blog.

Según mi horroroso archivo de base de datos sql, lo publiqué aquí en TodoMePasa.com el 11 de diciembre de 2007. Lo publico ahora con la palabra \”Recuerdos\” porque, sí: Yo sé que le puede traer algunos recuerdos, gratos o no, a una o dos personas que lean esto. Probablemente también le traería algunos recuerdos a la persona que inspiró estas líneas… Pero por más que hago memoria de aquellos días, no logro descifrar a quién se lo dediqué. Verdad de Dios que no tengo idea. En realidad lo que me gustaría saber es con qué imagen lo ilustré… Y como sigo sin saber cómo subir aquí mi fabuloso archivo de sql, estaré publicando de vez en cuando algún texto de antaño.]]>

Sueños de una darketa: La saga continúa

Sueños de una darketa: La saga continúa

Un cuento de Jéssica de la Portilla Montaño.

  Hoy desperté con la increíble noticia de que mi suegra murió hace unas horas de un ataque al corazón. Me conmoví hasta las lágrimas, pero no por ella sino por el glorioso futuro que ahora vislumbro, los sueños de opio como decía mi ex amiga: Mañana mismo estaré instalada en la casa de mi novio. Y, claro: dormiremos en el cuarto de mi suegra. Fornicaré con su hijito en la misma cama en que ella le cerraba las piernas al ex marido. Para asegurarme de que esto dure muchísimo tiempo, a mediodía iré al ginecólogo: adiós dispositivo intrauterino. Mi primogénito llegará en nueve meses, antes si se puede. Tendremos tres niños que serán malcriadísimos. Pintaré de negro mi nuevo hogar. Mi novio deberá abandonar su burgués empleo para dedicarse a mí y a mis hijos y a ensayar con la banda. El resto del tiempo fornicaremos sin descanso, porque quiero tener muchos hijos: ya no tres sino mínimo cinco. La vieja vivía en la miseria (¿Por qué es más barato el alcohol que los alimentos?, preguntaba cada que organizábamos una reunión). Pero, quién lo hubiera dicho: en el testamento salió que era dueña de varios terrenos. Cuando supo que su hijo me dio un anillo de compromiso, la muy bruja comenzó a ahorrar cada centavo con la esperanza de mandarlo a Dinamarca o Noruega a terminar la universidad… Cómo me encantaría restregar en su arrugada jeta que ahora YO y nadie más seré la “dueña de sus quincenas”, ja ja ja: sólo por eso lamento que la arpía esté más muerta que un pollo rostizado. Dejaré que mi cabello crezca hasta la cintura, y convenceré a mi novio de hacerse unas rastas. Llevaremos a nuestros niños a los Festivales Oscuros para que el mundo sepa que somos papás cool. Cada día iremos al Tianguis del Chopo a cambiar discos; por las tardes, unas chelas con la banda. Convertiré el jardín en un gran plantío de marihuana que ni en sueños imaginamos. Nuestros amigos lo agradecerán. Andaremos desnudos por el patio, la música a todo volumen. Mis hijos no irán a la escuela. Nadie nos prohibirá hacer lo que nos venga en gana. Veremos televisión de paga, “televisión de calidad”. Fiesta cuando la ocasión lo amerite (léase: todos los fines de semana). Aprenderé a tocar la batería y me desharé de lo que recuerde la existencia tan vana de esa perra malparida. Y cuando mi novio y yo nos hartemos de nuestra vida anárquica, en unos quince o veinticinco años nos reintegraremos a la sociedad. Eso sí: hoy mismo aprenderé a bailar zapateado para retozar sobre la tumba de mi queridísima suegra. ¿Cómo puedo agradecerte por haber muerto?]]>