¿Cómo están??? Yo aquí, sor-pren-di-dísima porque mis palabras tienen el poder de dañar a pobres inocentes, NOOOO MAAA, ahora resulta que soy algo así como la Darth Vader de Twitter, ¡qué tal!!! De risa loca por tanta ridiculez ajena, ¿a poco no?
Hace ya 5 años que llegué a la ciudad de León Guanajuato. En ese entonces me asombraba la aparentemente buena calidad de vida (mejor que en el DF, sí: para empezar dejé de sufrir mi clásica gripita semanal) y la seguridad. Podías dejar tu automóvil en la calle, con la ventana abajo, y no le pasaba absolutamente nada…
¿…o habrá sido pura buena suerte?
Luego me llevé una enorme enorme decepción cuando fuimos al El Bicho Billar Bar (Boulevard Torres Landa Oriente, Sección Electoral 1581, a unas cuadras de Boulevard San Pedro ): abrieron el carro para llevarse el estéreo, \”casualmente\” en una ocasión que ya llevábamos una hora jugando y decidimos quedarnos una hora más porque la estábamos pasando bien. ¿Pero pues quién va a pensar que dueños o meseros de algún lugar de moda están coludidos con uno que otro raterete?
Cuando trabajé en \”la competencia\” editando la sección de Policía / Nota Roja caí en cuenta de lo que realmente sucede: uno por lo general no se entera de nada, al menos no de nada bueno. Diario hay asesinatos, incendios, noticias horribles de todo tipo que básicamente a casi nadie le importan.
Aquí en León el desastre actual se lo debemos al gobierno saliente del Pri, y es una pena porque yo ya veía a doña Bárbara Botello como posible gobernadora de Guanajuato (lo bueno que agarró su hueso de diputada), es más, me encantaba la idea hasta que hizo su transota con el servicio de colecta de basura. Así que ahora ganó el PAN, ¡nooo puede ser!!! ¿El \”voto de castigo\” fue para el PRI, o para quienes quedamos ciscadísimos con el baboso del Felipe Falderón?
En una ocasión regresamos de vacaciones y nos encontramos con que intentaron forzar sin éxito una chapa de la casa. Ha habido casos de gente tan miserable pero TAN miserable que asalta hasta al señor de las nieves, háganme favor. Una mañana de neblina se robaron el carrito de tacos al vapor de una conocida, ¿hello???
Pero el verdadero colmo fue esa ocasión en que yo estaba feliz y tranquila durmiendo con Arancita cuando escuché un montón de ruido… y resulta que era un ratero que casi me agarra a solas con mi bebé. ¡Arggg! Nomás me acuerdo y me dan ganas de asesinar a alguien, así que les cuento esa antiaventura ahora que regresen a visitar este extinto intento de blog…