Elba Esther Gordillo, santa patrona de los analfabetos ricos Y que exoneran a la Elba Esther Gordillo. Ya casi sueltan a nuestra leona dormida, a la inocente fierecilla domada que pasó un buen ratito encerrada entre cómplices y delincuentes que por una lana la atienden en su departamento de lujo. Nuestra maestra favorita, la muñequita Chanel, maniquí y modelo de los nuevos ricos, santa patrona de los analfabetas de Latinoamérica, la que en cada hilarante vídeo muestran los vicios de lectura y lenguaje que arrastran las víctimas del sistema educativo en México. En mi casa le tenemos especial cariño, pues gracias a su legado no nos falta leche con bolillo. A veces no nos damos abasto con tantos alumnos de clases de regularización en León Guanajuato cada que finaliza el año escolar o el semestre. Cada que llega un chavito de prepa o de secu que no se sabe a cuánto es igual dos por dos. Ahí es cuando Héctor y yo recordamos a a la grandiosa Elba Esther Gordillo y secuaces, máxima exponente del materialismo sindicalizado, esa que se pasea por todas partes con ropa bonita y cirugías faciales que la emparentan con Juan Gabriel, que en paz descanse. Pronto estarás de regreso, amada Elba Esther Gordillo, cereza del pastel de la corrupción en México, crema y nata de las cochinadas y del batidillo político interno, causante de que las escuelas oficiales no tengan primer año de kínder, y de que los jardines de niños se dediquen exclusivamente a enseñar juegos y demás malabares. Mientras, tus aprendices educadoras tienen la vocación de exigir a las madres de familia que enseñen números y vocales a los chamaquitos que el día de mañana limpiarán parabrisas en una esquina cualquiera.