Nunca me cansé de hablarte, nunca me aburrí de decir los \”te amo\” que no llegaron a tus oídos. No me quisiste como yo a ti (qué raro), igual y porque entonces ostentaba un nombre que ni siquiera fue el mío. Hace tanto de eso, ¿cuánto ha pasado? Creí que podrías ser eterno en mi corta biografía, creí que serías por quien yo dejara escuela y familia. Pocos me recuerdan por el papel que jugué ayer, por un personaje que apenas si le dio sentido a mi fase de ir tras de ti con cierta precaución. En realidad nunca fue para tanto, no te enterabas ni tenías interés y daba lo mismo despedirme de ti con un beso en los labios de otra persona. Hoy puedo ver tu foto sin soltar ni un suspiro, puedo bromear contigo sobre el pasado que no compartimos y dejar que atisbes en mi futuro mientras lo hagas a lo lejos.