León es una excelente ciudad para venir de visita y también para vivir.
Estuve leyendo en una revista que hemos dejado de ser solamente la capital mundial del calzado para convertirnos también en un destino de turismo de negocios, esto es, un lugar ideal para llevar a cabo seminarios, convenciones y eventos culturales.
León es un lugar hermoso para quedarse. Ahora que trabajo en el centro histórico, he tenido la oportunidad de (¡por fin!!!) memorizar caminitos y calles varias.
Al salir de la casa de ustedes tomo la ruta de transporte Satélite-Las Hilamas, que hace solamente media hora de la periferia a la zona céntrica…
…el problema es que el camión pasa cada media hora si es que te va bien, no hay otra ruta directa para llegar acá, y con el viaje a ocho pesos por boleto tampoco me muero de ganas de transbordar (hay que ahorrar para el viaje a Europa un año de estos, jaja).
No pido que el pasaje de camión cueste menos, que lo subsidien como en el Distrito Federal; pero vaya que extraño cuando pagaba únicamente tres pesos con cincuenta centavos por el viaje corto, cinco pesos el viaje largo.
No pido que cambien la flotilla de autobuses, aunque parece que andas en la montaña rusa de tanto que te mueves. No pido que pongan asientos cómodos, que no sean de vil plástico rígido…
Me bastaría con que pasara un camión cada tantos minutos, que no tuviera que esperarlo tantísimo tiempo y llegar tarde aunque me salga temprano, como hoy. Extraño el trolebús de Eje Central que salía de Taxqueña y te llevaba hasta la Central de Autobuses del Norte en Avenida Cien Metros, se iba de volada hasta mi chamba en la SCT.
En el DF hay muuuchas, infinitas opciones para ir de una parte a otra por un precio económico, accesible para todos, en transporte colectivo limpio y con buen mantenimiento. Aquí, en León, tengo que adelantarme un buen de cuadras en automóvil para tomar la Ruta 4, que también me deja en el centro aunque se da una mega vuelta gigante.
Hace falta que los funcionarios de la Administración municipal piensen en quienes no tenemos automóvil o no queremos usarlo. Igual sí me convendría más traerme el carro a la oficina, pero no se me antoja mucho que digamos eso de manejar yo solita luego de la una de la madrugada.
Yo quisiera vivir en el centro nomás porque está bien padre. Pero vivo en la periferia de la ciudad, donde a veces no pasa el camión de la basura y los perros callejeros rompen las bolsas que uno deja fuera.
Leí que el reglamento de Guanajuato (no sé si de dicho municipio o de todo el estado) dice que uno debe barrer fuera de su casa o negocio. Está bien que uno le eche la mano al servicio de basura y que no haya un barrendero a las cinco de la mañana platicando con el portero como cuando viví a dos cuadras de la Alberca Olímpica.
Pero también que los encargados de estos servicios (que van incluidos en los impuestos, porque otra vez pago impuestos, GRRR) se pongan las pilas y manden tempranito el camión para evitar desastres.
Son cuestiones cotidianas que cualquier municipio importante debe resolver antes de ser considerado una “gran ciudad”: los servicios públicos.
Por cierto, no entiendo por qué la gente de León deja que sus mascotas anden sueltas en la calle… Pero si dejan sueltos a los niños que luego se hacen vaguitos (o peor aún: se convierten en papás adolescentes), qué más da. ¿Verdad???
Me parece superbién que se haya aprobado la iniciativa de Bárbara Botello para reglamentar las gaseras. ¿Cuántas “marcas” hay? Gas 2000, Gas Noel, Gas Butano, Gas Exprés, Gas Flamita (llama llama llamaaa)…
…y a cada rato me toca editar para Policíaca noticias sobre flamazos, incendios que pudieron evitarse, vidas que se pierden sólo porque no se lleva el control adecuado. ¿Cómo es posible que hubiese un flamazo en plena Feria de León???
De las gasolineras ya ni hablamos: “la pura verdad” es que ni en el DF hay una en cada esquina. ¿Qué no debe haber cierta distancia reglamentaria entre una y otra?
Sobre fumar o no en lugares cerrados hablaré en otra ocasión.