Escribir pendejadas
24 de septiembre de 2007.
¿Recuerdas esas noches de insomnio en que todo era tristeza?
Entonces sólo te acompañaban el estéreo de doble casetera, una cajetilla de Menton Bensolados (Benson and Hedges mentolados) y una colección de long plays de los Beatles.
Alguna vez le prendiste fuego a un montón de cartas ridículas, y casi te quedas sin sala cuando una chispa cayó \”accidentalmente\” en la bocina izquierda. Pasabas horas y horas rogando que él te llamara por teléfono, solamente para negarte.
Por mientras escribías pendejadas, como esta:
(de una rola de Marilyn Manson)
FUNDAMENTALLY LOATHSOME
¿Quieres que te olvide?
entonces, deja que te dispare.
Eres la daga en mi costilla
que no termina de clavarse,
esa bala en mi cabeza
que nunca llega a asesinarme…
Eres mi arma perfecta
buen motivo para el alma suicida
y por amarte
y para amarte
antes debo dispararme a mí misma.
(Domingo 21 de febrero de 1999, 11:15 de la noche)
…y firmabas como Jéssica Manson, o Ishtar, mientras tus otrora amigas se cagaban de risa porque te creías poeta.
Pretendiste ser Ingeniera, pero no te entraba la Física. Y no hacías más que repetir frases malditas como si fuesen un mantra:
\” Shoot myself to love you
if I loved myself
I\’d be shooting you \”…
¿A quién le dedicabas eso? Su nombre ha quedado en el olvido.
Tu vida siempre fue un cesto de basura repleto de parientes, medicinas y amigos que dejaste porque nomás no te hicieron efecto.
Nada ha cambiado. O eso dicen.
Sin embargo, hoy tú eres distinta.
O eso dicen…
¿Y si en realidad ahora eres cualquier otra persona?
¿Acaso te encuentras en tus propios escritos de antaño?
Apostilla: 27 de noviembre de 2020.
Dicen que el túnel carpiano da por escribir pendejadas que no dejan dormir a los otros. A esos otros que generalmente, en público, se jactan de lo mucho que te aman.
Escribir pendejadas incluye tu novela de trescientas quince páginas. Las tres versiones de tu segundo manuscrito. Y otros cuantos volúmenes que has desechado por su intrascendencia.
Y escribir pendejadas incluye el cuento autobiográfico por el que ganaste tu único premio. Ni siquiera tienes fotos de esa ceremonia que hoy a nadie le importa.
Hola, Gina Halliwell. Cuánto tiempo. Un saludo.