Décimo aniversario de bodas

Décimo aniversario de bodas. Héctor Juárez Lorencilla y Jéssica de la Portilla Montaño.

Décimo aniversario de bodas

12:18 de la madrugada
Pistol Whipped
Al despertar ayer, mi décimo aniversario de bodas, me bebí un cappuccino estevia o esvetia o lo que sea, de Andatti. El Oxxo está a un par de cuadras, aunque ya no servirá para depositarle a los pendejazos de Citibanamex. Tenía ganas de cafeína especial para celebrar mi décimo aniversario de bodas. A diario bebo una cápsula de Dolce Gusto, no porque me haga falta puesto que puedo prescidir de la taza sin la menor afectación. Pero me gusta hacer puntos para canjearlos por premios gratis.
Jueves 6 de mayo de 2021. Mi fecha esperada era el sábado 7 de mayo de 2011, ya que mi cumpleaños es el 17 y habría sido imposible que al marido se le olvidara la fecha, tal y como dicta el cliché. Pero no había juez disponible, así que tuve que presentarme el viernes 6 de 2011, a las 8 de la mañana, con mi enorme vestido blanco, en el Registro Civil de Delta.
Sagitario y Tauro son polos opuestos que se atraen. No sé por qué se atraen, a mí me atrajo desde el principio por allá de 1993 y pues ya. Hice un tiktok al respecto, pero el pendejo cambió de portada sin que nadie se lo pidiera. Mi esposo y yo nos vemos tan guapos.

Si debiera hablar de un problema real en mi matrimonio, ese es… la música.

Tolero Camel. Y Premiata Forneira Marconi. Tolero Yes, Rush, y ochenta millones más de \”música que se adelantó a su época\”. Pero que no ponga yo ningún tipo de Trance. Y que no sea Psychedelic Trance porque uy, el acabose. \”Música de supermercado\”, jajaj. De Marilyn Manson ni hablamos, que se volvió a poner de moda gracias a la pendeja de la Evan Rachel Wood. De la prostituta de Esmé Bianco y su ridícula demanda ni hablamos.
Aparte de eso, todos tenemos problemas. Todos hemos superado traumas de infancia, de adolescencia, de relaciones anteriores. Es cierto que hace once años llegué aquí con síndrome post traumático, literal. Pero tampoco me interesa contar \”mi verdad\” para hacerme la vístima por el resto de mi existencia. Si algún pendejo me dio un par de cates, ni de broma me quedé con los brazos cruzados y en definitiva lo lamenta. Quien me conozca de antaño sabrá que hoy día soy toda armonía y paz porque anteriormente bien pude ser una maldita asesina en potencia. Pero bien merecido lo habrá tenido ese par de mentecatos.

Claro que hoy podría recurrir a infinidad de corrientes de brujería, jajaja.

Por fortuna estudio el tema cuando ya no me interesa chingar a nadie exclusivamente por ejercitar mis dones.
No puedo creer lo feliz y tranquila que he estado después de \”perder\” lo \”mejor de mi vida\”, que era colaborar en radio comercial. No podría estar más contenta ahora. Desde que le dieron cuello al sujeto que me dio la oportunidad, y que acto seguido me bloqueó Craig Feldspar sin decir adiós ni gracias, estoy tan tranquila y satisfecha. Sigo ganando dinero, así que en realidad no perdí nada. Ayudó tanto tomar terapia desde diciembre con el Dr. Luis Fernando Flores, de Centro Emocial Tlalpan. En estos días de mierda pandémica, a nadie le cae mal un poco de asesoría profesional.
Hace un par de días recibí el correo de que debo renovar lo antes posible el presente dominio de internet. Lo renovaría solamente porque aún tengo casi un año de hospedaje, pero no más. Escribir ya no es prioridad. Quedarme horas mirando al vacío es más interesante que la verborrea que me atosigó desde la prepubertad. También soy libre de mis múltiples voces internas. He aprendido a mandarme yo solita a la chingada. Soy libre incluso de mí misma.

Lo mejor en este momento es que mi abuela siga aquí. Ochenta y nueve años y contando.

Hemos estado exentos de coronavirus, cuando tanta gente cercana lo ha padecido y algunos no la libraron. Somos tan afortunados.
No sé por qué Youtube puso Mechanical Animals, mi álbum favorito de Marilyn Manson, en mi décimo aniversario de bodas. Lo amo. Podrá estar en la cárcel, darse un tiro, lo que sea. Pero su música me salvó cientos de veces de hacer una sola pendejada. Y solo por eso se irá al cielo. Aun si resulta culpable de lo que hoy lo acusan, infinidad de fanáticas pagaríamos por darle unos besos. O porque nos dé latigazos. Yo sí, con gusto me dejo.
Alguien dijo que \”a pesar de todo soy infeliz\”, palabras menos. Yo así de guau, habló el doctor psiquiatra, jajaja. Ni al caso. No podría estar más agradecida por lo que tengo hoy. Incluso si el eliminador de esta computadora no permite que la batería se cargue… Pero tengo laptop. Internet. Un techo. Comida. A mi familia completa. Un esposo que me ama aunque nos cague mutuamente nuestra música fea.
Este fue mi décimo aniversario de bodas. Terminó exactamente en el momento en que puse el video de The Beautiful People. Pero soy lo que soy, y punto. El pasado no me define, pero me guió.
Pensaba en todas las veces que deseé regresar en el tiempo sabiendo lo que sé el día de hoy. Pero veo a los alumnitos y digo ni madres, volver a aprender a leer y escribir y las tablas de multiplicar y las moles y Avogadro y toda esa mierda, jaja. Gracias, así me quedo. Ya no estudio por necesidad sino por puro deporte. Y mi próximo proyecto es aprender a leer las runas vikingas que mi esposo me obsequió.

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