El Precio de la Fama, Episodio 6 de Chespirito Sin Querer Queriendo – Reseña Completa

Paola Montes de Oca es la actriz que interpreta a María Antonieta de las Nieves en "Chespirito: Sin Querer Queriendo", episodio 6, El precio de la fama. Paola Montes de Oca is the actress who plays María Antonieta de las Nieves in "Chespirito: Not really on purpose," episode 6, The Price of Fame.

El Precio de la Fama: Un Vistazo Crítico al Éxito de Chespirito en la serie de HBO MAX

Lee aquí la reseña del episodio 1, el episodio 2, el episodio 3, el episodio 4 y el episodio 5.

Read this text in English: The price of fame, episode 6 of Chespirito, not really on purpose, HBO MAX

El sexto episodio de “Chespirito: Sin Querer Queriendo”, titulado “El Precio de la Fama“, disponible en línea en HBO Max, profundiza en los desafíos y sacrificios personales que acompañaron el ascenso meteórico de Roberto Gómez Bolaños. La narrativa nos transporta desde la Ciudad de México en 1973, cuando un inesperado accidente le obliga a escribir a mano sus libretos, hasta 1976, en la cúspide de su éxito internacional. Este episodio explora las tensiones laborales y familiares que surgen a medida que la popularidad de Chespirito y su elenco crece exponencialmente.

La salida de La Chilindrina

El inicio del capítulo se da con la partida de María Antonieta de las Nieves, quien expresa su deseo de no quedar encasillada en el personaje de La Chilindrina. Esta decisión resuena a lo largo del episodio, contrastando con el anuncio de la primera gira internacional del elenco, un hito que María Antonieta observa con una mezcla de pesar y nostalgia a través de las noticias.

Margarita y Marcos

La serie no duda en mostrar las grietas en las relaciones personales, como la crítica de Graciela hacia la cercanía entre Margarita y Marcos, quien es casado, o la aparición de Jacobo Pérez, ejecutivo de la disquera Musicana, que propone a Roberto grabar un disco, añadiendo otra capa de presión a su ya apretada agenda.

El regreso de María Antonieta de las Nieves

Con el salto temporal a 1974, vemos a un Roberto y su familia reubicados en una casa más lujosa, un reflejo de su creciente fama. La tensión en el elenco se intensifica con el regreso de María Antonieta (Tony), lo que provoca la reasignación del papel de enfermera del Doctor Chapatín a Margarita.

Álbumes musicales

La noticia del éxito del primer álbum musical y la propuesta de un segundo con la colaboración de toda la vecindad desata un conflicto central: Marcos se niega a participar, revelando un contrato exclusivo con otra disquera. Esto desata una acalorada discusión sobre la distribución de las ganancias y la percepción de que “los demás se están haciendo millonarios”, culminando en una pelea entre Marcos y Margarita, quienes ya eran pareja.

350 millones de espectadores semanales

La trama se complejiza al explorar el impacto del éxito internacional en la vida familiar de Roberto. Graciela, su esposa, le reprocha la ausencia en las cenas familiares y los cambios en su rutina.

La presión alcanza su punto máximo en 1976. Figueras, dueño de la Televisora Estelar (Canal Alfa), le convoca, y aunque Roberto prometió asistir a la presentación de baile de su hija Paulina, termina relegado a un segundo plano sin ser visto por su familia. A pesar de esto, llega a tiempo con Figueras, quien estaba en una cita con Lucía Méndez. Figueras le revela a Roberto la magnitud de su éxito: 350 millones de espectadores semanales en Latinoamérica. El obsequio de un auto nuevo y una fiesta en su honor son el colofón de este reconocimiento masivo.

Corrido de su propia casa

Sin embargo, el triunfo profesional se contrapone con el deterioro de su vida personal. Graciela le cierra con llave la puerta de su propia casa a Roberto, dolida por la ausencia de este en la presentación de Paulina y por un beso marcado en la mejilla de Roberto, beso que este atribuye al encuentro con Lucía Méndez.

La desconfianza y la sensación de abandono llevan a Graciela a mandarlo a dormir en el lujoso coche nuevo.

Fiesta de homenaje

La fiesta de homenaje, a la que Roberto asiste solo, subraya su creciente aislamiento. Incluso la llamada de Luzma, por encargo de Tony, para preguntar por qué Graciela no está en la fiesta, y la excusa de Graciela de “no tener ropa que ponerse”, son indicios de una relación fracturada. El capítulo concluye con la invitación de Mariano a Margarita para salir.

Graciela llega a la fiesta pero se va. Roberto intenta alcanzarla cuando Tony le notifica de su presencia, pero no la alcanza. Graciela le dice a Roberto que no puede irse de su propia fiesta, y que no renuncie al futuro por estar atado al pasado.

“El Precio de la Fama” expone cómo el éxito puede erosionar los pilares de la vida de una persona. La serie no se limita a glorificar el genio de Chespirito, sino que invita a reflexionar sobre los costos ocultos de la popularidad y cómo el brillo de los escenarios puede opacar la calidez del hogar.

En la vida real

El embarazo de María Antonieta

María Antonieta de las Nieves estuvo embarazada de su hijo Gabriel en 1973, durante una pausa en las grabaciones de “El Chavo del 8”. Aunque estaba embarazada, continuó interpretando a La Chilindrina mientras estaba en la vecindad. Dejó de grabar por un año y medio, debido a su avanzado estado de gestación de 8 meses. Durante este tiempo, su personaje, La Chilindrina, fue “enviado” a Celaya, Guanajuato, para vivir con sus tías, según la trama de la serie. En ese período, se incorporaron nuevos personajes a la vecindad, como El Ñoño, La Popis y Godínez. Posteriormente, en 1974, se le dio la oportunidad de conducir su propio programa, llamado “Pampa Pipiltzin”, en Canal 13 de Imevisión. La Chilindrina (personaje de María Antonieta de las Nieves) regresó a “El Chavo del 8” en 1975.

Los álbumes de Chespirito

Los primeros discos de Chespirito fueron lanzados por Polygram y su filial Discos Fontana. Lanzó su primer disco de canciones en 1976, titulado “Chespirito y Sus Canciones – ¡No Contaban Con Mi Astucia!”. Discos Fontana aparece como el sello en varios de sus álbumes posteriores.

La disquera de Quico

En 1976, Carlos Villagrán firmó un contrato con la disquera EMI para grabar un disco con canciones de Quico, en calidad de artista exclusivo. Esto contribuyó a su salida de los programas de Chespirito en 1978, ya que fue un incumplimiento contractual dentro de la órbita de Televisa. La disquera incluso lanzó el disco de Quico en competencia con el de Chespirito. Debido a este contrato de exclusividad, la voz de Carlos Villagrán (como Quico) no pudo aparecer en los discos de “El Chavo del 8”.

Derechos de autor del personaje Quico

El conflicto principal fue en torno a la autoría y propiedad del personaje de Quico. Roberto Gómez Bolaños siempre sostuvo que él era el creador de todos sus personajes. Carlos Villagrán, por su parte, argumentaba que él había aportado mucho a la personalidad y características de Quico, y por ello sentía que tenía derechos sobre él. Esta disputa legal se extendió por años y fue la razón principal por la que Villagrán tuvo que cambiar el nombre de “Quico” a “Kiko” para poder seguir usándolo fuera de Televisa y de las producciones de Chespirito.

Veto de Televisa a Carlos Villagrán

Una vez que Villagrán se fue de Televisa y comenzó a usar el personaje de Quico/Kiko por su cuenta, Televisa (Chespirito tenía los derechos de autor registrados) inició una persecución legal en varios países para impedir que usara el personaje. Carlos Villagrán ha relatado cómo fue “vetado” en México y tuvo que buscar oportunidades en otros países de Latinoamérica (como Venezuela). Las acciones legales se enfocaron en el uso del personaje en cualquier medio como televisión y shows en vivo.

Federrico en Venezuela

El programa venezolano “Federrico” fue una serie de comedia producida por RCTV en Venezuela entre 1982 y 1983. Fue creado, guionizado, producido y protagonizado por Carlos Villagrán, quien interpretaba a un personaje muy similar a Quico, pero con el nombre de “Federrico” (o “Kiko” en algunas adaptaciones, para evitar problemas legales con Televisa).

¿Qué hacía Ramón Valdés en “Federrico”?

Ramón Valdés, conocido por su icónico papel de Don Ramón en “El Chavo del 8”, se unió a Carlos Villagrán en “Federrico” interpretando a un personaje llamado “Don Moncho”. Este personaje era, en esencia, una versión venezolana de su querido Don Ramón: un vecino pobre, holgazán y con las mismas características y humor que lo hicieron famoso. Su presencia en “Federrico” fue notable y buscaba replicar la química que tenía con Villagrán en “El Chavo del 8”.

La salida de Ramón Valdés de “El Chavo del 8” y su participación en “Federrico”:

  • Tensiones internas: Se ha mencionado que hubo fricciones y desacuerdos en el elenco, especialmente con Florinda Meza, que afectaron la armonía del grupo. Ramón Valdés, siendo un hombre pacífico, prefería evitar confrontaciones.
  • Solidaridad con Carlos Villagrán: Una versión, sostenida por el propio Carlos Villagrán, es que Ramón Valdés dejó el programa en solidaridad con él tras su salida. Ambos actores mantuvieron una buena relación y posteriormente trabajaron juntos en “Federrico” y “¡Ah, qué Kiko!”.

Aunque “Federrico” tuvo cierta popularidad en Venezuela, no logró el mismo impacto cultural ni éxito masivo que “El Chavo del 8”. Para muchos, fue visto como una “versión pirata” que carecía del encanto del original.

Chespirito, el artista mexicano más redituable de todos los tiempos

Chespirito (Roberto Gómez Bolaños) es el artista mexicano más rentable y con mayor impacto económico de todos los tiempos. Su legado va más allá de la simple fortuna personal que amasó, extendiéndose a la generación de valor cultural y comercial masivo a lo largo de décadas.

Lo que distingue a Chespirito y lo posiciona como un fenómeno de rentabilidad es el alcance global y la perdurabilidad de sus obras:

  • Audiencia masiva y transgeneracional: “El Chavo del 8” y “El Chapulín Colorado” no solo fueron éxitos rotundos en México, sino que se transmitieron en casi todos los países de Latinoamérica y en muchos otros alrededor del mundo, siendo traducidos a decenas de idiomas. Sus personajes siguen siendo reconocibles y queridos por nuevas generaciones, lo que garantiza una audiencia constante.
  • Regalías y retransmisiones: Años después de finalizar la producción, sus programas continuaron y, en muchos casos, aún se retransmiten. Esto ha generado y sigue generando ingresos constantes por regalías por derechos de emisión, tanto nacionales como internacionales.
  • Merchandising y licencias: El universo de Chespirito dio pie a una industria de merchandising millonaria. Juguetes, ropa, libros, material escolar, videojuegos y otros productos con sus personajes han sido una fuente significativa y continua de ingresos a lo largo de décadas. Las licencias para usar sus personajes y propiedades intelectuales en diversos formatos siguen siendo muy valiosas.
  • Diversificación: Además de la televisión, Chespirito exploró el cine, el teatro, la música y la literatura, lo que amplió sus fuentes de ingresos y consolidó su posición como un creativo multifacético y exitoso.
  • Patrimonio post-mortem: Incluso tras su fallecimiento en 2014, su patrimonio sigue siendo robusto y genera ganancias significativas gracias a la inteligente gestión y la continua popularidad de sus creaciones. Se ha estimado su patrimonio neto en alrededor de 50 millones de dólares al momento de su muerte, aunque Florinda Meza ha sugerido que fue menos debido a la “explotación” de sus obras. Sin embargo, el valor real de su legado económico a lo largo del tiempo es mucho mayor que su fortuna personal directa.

Si bien artistas como Luis Miguel (considerado el cantante mexicano más millonario por su carrera musical y giras masivas) o Juan Gabriel también han acumulado fortunas impresionantes y han tenido un enorme impacto cultural y económico, el fenómeno de Chespirito es único por la longevidad y la capacidad de generación de ingresos de sus personajes y series de televisión a través de retransmisiones y merchandising a una escala tan global y constante, incluso décadas después de su creación original.

Mientras otros artistas generan grandes ingresos por giras o ventas discográficas en periodos más definidos, el modelo de Chespirito, basado en la propiedad intelectual de personajes y guiones con un atractivo universal, ha demostrado ser increíblemente sostenible y redituable a lo largo del tiempo, trascendiendo generaciones y cambios en la tecnología de consumo.

Mi opinión personal

Quien queda peor parada en este episodio, para mí, es Graciela Fernández. Eso de cerrarle con llave la puerta de la casa a Roberto, o sea, su propia casa, casa que él (no ella) pagó con largas horas de trabajo en Televisa. Porque no era nada más llegar y grabar cada episodio de cada uno de sus programas: era escribirlo, producirlo, ensayarlo, promocionarlo.

No es que ella descansara mucho teniendo seis hijos, pero cualquier esposa de un hombre exitoso, si no cuenta con una carrera propia, debía comprender que él tenía una agenda que cumplir, que no se mandaba solo sino que estaba bajo las órdenes de Figueras (Emilio Azcárraga “El Tigre Azcárraga”).

No es que ella no supiera cuál era “su lugar”, pero las mujeres que trabajaban fuera de casa era porque eran madres solteras o viudas o porque al esposo no le alcanzaba con su sueldo. Pero Graciela Fernández no era ni madre soltera, ni viuda, y a Roberto Gómez Bolaños seguro que le alcanzaba para mantener a otros doscientos hijos y nietos y demás.

Chespirito no era cualquier “hijo de vecino”, como mencionan en su serie. No era un cómico equis como, no sé, podría mencionar a muchos, o a todos, pero no se me ocurre ningún otro que haya dejado semejante huella a no ser Germán Valdés Tin-Tan, o Pedro Infante (aunque no era actor exclusivamente cómico), o muchos otros del Cine de Oro Mexicano… Pero Chespirito no solo hizo cine y radio, también estuvo en Teatro y en definitiva fue el rey de la Televisión.

Sonará muy machista decir que Graciela Fernández se hubiera visto más bonita calladita, pero sí, es cierto. Ella no vivía en una vecindad: Roberto le pagaba la casota gigante con jardín y carros. Chespirito seguramente podía haber tomado más descansos para estar en las importantísimas vacaciones familiares o en los recitales de baile, o lo que sea, pero Roberto tenía un jefe al que no se le podía decir que no.

No me extraña que esa relación matrimonial haya terminado así y que él se haya fijado en otra(s) y que finalmente se haya casado con Florinda Meza, con quien compartió largas horas de trabajo y visión artística.

Y por más que los memes de Facebook sigan haciendo bullying a Florinda Meza, seguro que Chespirito la pasó mil veces mejor con ella.