El invierno se acerca. \”The winter is coming\”. Esta es una frase recurrente de Game of Thrones que se hizo meme y en estos días es una realidad. El invierno se acerca, no dan ganas de hacer absolutamente nada de nada. Quién pudiera quedarse todo el santo día acostado en su camita sin nada más que hacer. No dan ganas de lavar los trastes por no tocar agua fría. A los puercos de siempre no les dan ganas de bañarse, seguro conocen a más de un Pepe Le Pew. No dan ganas ni de teclear sin guantes, hacer ejercicio y sentir dolor en antiguas lesiones. No dan ganas de respirar sin una bufanda en la boca, de salir de casa ni para irse de fiesta…
Bueno, eso de la fiesta es cuestionable, sobre todo en estas fechas.
El lunes pasado, 4 de diciembre, fue cumpleaños de Héctor. Lo celebramos un día antes, el domingo. Por primera vez en mucho tiempo no invitamos a todos los amigos, porque en esta ocasión no cocinó el festejado: Cociné yo. Nunca había cocinado para más de cinco personas, siete personas si tomamos en cuenta mis famosos hot-cakes. Mi gran logro de este año 2017 que está por concluir fue ese: Aprender a cocinar. Todavía no me mata de la emoción hacerlo, pero ya no es algo de lo que reniegue. Cuando era niña, mi abuela me ponía a ayudarle y yo así de neee, no me gusta, prefiero irme a ver televisión… Y ahora que a ella le falla la memoria yo tengo que ejercitar la mía para tratar de recrear sus deliciosas recetas. Por ejemplo, para el cumpleaños de Héctor hice tacos dorados de queso, papa, chorizo y jamón. La estrella del día: Calabacitas a la mexicana. Mi abuela las hacía con chorizo, con chicharrón o con carne, pero las preparé sin nada más como la opción vegetariana. Cociné para catorce personas, aunque salió comida como para veinte, si nomás de mi salsa guajillo sobró poco menos de un litro. Eso sí: NO vuelvo a cocinar sin un pinche, porque no tengo inconveniente en picar cebolla aunque mi rímel se corra… Pero eso de lavar tanto PINCHE traste nomás no se me da. Con el desmadre que hago ya me hubieran expulsado los babosos de Master Chef.Como pasa cuando sucede, no tomamos fotos de la fiesta.
Yo estaba ocupada friendo dedos de cocinera en aceite recalentado. Y Héctor andaba de mesero y anfitrión atendiendo a sus invitados. Ya hasta la tarde-noche llegó mi colega escritora Gisela Andrade Maya y tomó algunas instantáneas. [caption id=\"attachment_2348\" align=\"aligncenter\" width=\"723\"]

El invierno se acerca. Este mes lo estoy dedicando a descansar, a estudiar una que otra lectura de Tarot.
También estoy comenzando las clases de lectoescritura de Arancita, y lleva ya una semana sin usar pañal =) Y he estado leyendo muchísimo sobre cuestiones en las que yo misma era escéptica hasta hace algún tiempo. Ya escribiré al respecto cuando encuentre mis guantes porque el invierno se acerca y mis dedos parecen témpanos de hielo. Diría que solo me faltan las pestañas blancas de la Reina de Narnia, pero quien me conozca de antaño sabrá que tengo un lunar en un ojo: Un mechón de pestañas albinas. No recuerdo quién me hacía burla que si en vez de rímel me maquillaba con corrector. En realidad Héctor diría que soy la Reina de la Cinta Adhesiva.Uno de esos temas sobre los que escribiré próximamente es el de las almas gemelas kármicas.
Incluso encontré una tirada de Tarot para identificar a nuestras almas gemelas kármicas. Sí: tenemos más de una a lo largo de nuestra existencia. [caption id=\"attachment_2347\" align=\"aligncenter\" width=\"494\"]