Mes: septiembre 2017

Niños Héroes de Chapultepec: La historia verdadera

La muerte de los seis Niños Héroes de Chapultepec: La Historia de México es una triste ficción

Dos fechas importantes marcan el mes de septiembre, y como consecuencia la Fiesta de la Noche Mexicana. Los mexicanos nos preparamos para disfrutar una cena patria. ¿Pero por qué cena? ¿Acaso es una réplica de la Última Cena? ¿Por qué no comida o desayuno?
En fin, tenemos fiesta, no importa a qué hora.
¿Qué vamos a festejar?
Libertad… ¿De qué?, ¿somos libres de qué?
Recuerdo de héroes… ¿Cuáles?
Demos un repaso a la historieta nacional.
1) La guerra contra EU fue una guerra infausta e ignominiosa. El presidente de Estados Unidos, James K. Polk, trazó un plan para despojar a México de los estados del norte, no importaba cómo.
México rechazó la anexión de Texas a los Estados Unidos, desconoció las pretensiones del embajador norteamericano. Y ese fue el motivo de que EU declara la guerra a México. Este presidente esclavista promovió la guerra y tomó en forma abusiva y violenta lo que ahora se conoce como el suroeste de Estados Unidos: Prácticamente la mitad del territorio nacional de aquel entonces.
2) México no tenía armas, ni militares, ni dinero para financiar una guerra. Ni presidente con mando político.

Estos fueron los presidentes mexicanos en un lapso de 3 años (1846 – 1848):

  • José Joaquín Herrera y Ricardos (tres veces presidente).
  • Mariano Paredes y Arrillaga: se hizo presidente a través de un golpe de Estado.
  • Nicolás Bravo.
  • José Mariano Salas.
  • Valentín Gómez Farías.
  • Antonio López de Santa Anna.

Este último estaba en Cuba, exiliado. Fue llamado por Gómez Farías. A su regreso negoció con Estados Unidos una compra de los territorios. Una vez hecho presidente Santa Anna, desconoce el acuerdo con Estados Unidos y emprende la defensa de forma incompetente.
3) En estas circunstancias México no podía ganar la guerra en su propio territorio.
Autores mexicanos y norteamericanos han escrito sendos libros sobre esta guerra vergonzosa y abusiva de parte de los Estados Unidos.
¿Qué salió de este episodio? Nada. Absolutamente nada.
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No fueron seis niños los que enfrentaron al ejército norteamericano en el Castillo de Chapultepec, que era en aquel entonces el Colegio Militar. El enemigo ya había llegado a la capital y era cuestión de tiempo la toma definitiva.

Los seis famosos Niños Héroes eran cadetes del Colegio Militar, es decir, eran estudiantes, no soldados.

El director del Colegio Militar, Coronel Mariano Monterde, recibió la orden de desalojar a los estudiante (cadetes) del instituto para preparar la defensa, orden que cumplió. Sin embargo, cuarenta y seis cadetes se ofrecieron a quedarse a defender el castillo.
Entre ellos estaban los conocidos hoy como Niños Héroes de Chapultepec:

iPhone y la versión más novedosa del juguetito

iPhone: ¿Por qué medio mundo aspira a costearlo?

iPhone: ¿Por qué medio mundo aspira a costearlo?

Hace aproximadamente una década a alguien se le ocurrió que un teléfono celular podía servir para más que recibir llamadas y mensajes de texto. Y de pronto, ¡boom!, entramos de lleno a la imagen digital.
Ya no necesitabas invertir en una cámara fotográfica Nikkon: Cualquier teléfono servía para tomar imágenes de nuestro interés.
¿Que vas por la calle y ves un letrero que seguro le hará mucha gracia a tu tía abuela? Foto. ¿Que estás por comerte una orden de quesadillas del tamaño de tu cabeza? ¡Foto! ¿Que una nave extraterrestre aparece justo sobre el techo de tu casa? Mhhh, me pregunto qué es lo primero que uno haría, además de echarse a correr por si acaso… ¡Claro!, tomar una foto. O millones de ellas.
O mejor aún: un video. Y si hay chance de tomarse una selfie con algún alien amigable, ¿pues qué mejor? ¿Cuántos likes y retweets y reposts obtendría semejante publicación? ¿Qué habría sido del Gangnam Style sin colorido video que rompió tantos récords?
Es innegable: Estamos en la era de las selfies. Y de los memes. De los YouTubers. Y de los Lores y de las Ladies. De las filtraciones, de los espías rusos y de los fraudes electorales hasta en Norteamérica. Y de las socialités, de las celebrities, de la gente común y corriente que de la nada se hace viral. Hablemos de cualquiera de estas herramientas de autopromoción de las redes sociales. Las selfies y los videos son gratis, son instantáneos, y se pueden tomar sin ayuda.

Pero, como dijo una doña clasista en alguna temporada de Master Chef México: Para todo hay códigos postales.

Que existen niveles, pues. Veamos: Kylie Jenner, la millennial que hizo un imperio de cosméticos luego de confesar una de sus cirugías plásticas, se toma selfies. Bien podría Kylie usar un teléfono Samsung Galaxy, como la tableta que tiene mi hija…
Pero nooo. ¿Cómo creen? Bien podría usar su iPhone con una cubierta para que la pantalla no se estrelle… Pero nooo. ¿Cómo creen? ¿Quién vería así el logo de la manzana mordida que nos recuerda la genialidad de Steve Jobs? Kim Kardashian, la mujer más fotografiada del mundo, generalmente usa su iPhone con cubierta. Se comprende: es madre de dos niños pequeños y viene el tercero en camino.
Justin Bieber usa iPhone. Ellen DeGeneres posa para una selfie pagada por Samsung… Pero tuitea desde su iPhone. Gigi Hadid usa iPhone. Miley Cyrus, Jack Black, Brad Pitt, David Beckham, Wilmer Valderrama… Googleen cualquier celebridad de la “lista A”, y seguro habrá al menos una fotografía de ellos tomándose selfies con un iPhone. ¿Y quién no aspira a ser una Gigi Hadid, un Brad Pitt, un David Beckham?
Vaya: Muchas nos conformaríamos con ser una Courtney Stodden. Nadie sabe a qué se dedica, pero bien que le alcanza para tener su iPhone.
Apple, una de las compañías mejor cotizadas de todo el mundo, es puntero de la tecnología. Sus productos son el estándar para la competencia: Apple dicta el tamaño y las características de la siguiente generación de teléfonos inteligentes. Por ello no es una marca precisamente económica. Cada que un nuevo modelo es lanzado al mercado, surgen los chistes del tipo: “Acaba de salir el iPhone X, y yo todavía estoy pagando mi iPhone 4”.

Porque no basta con tener cualquier teléfono: Este año tu teléfono tiene que ser un iPhone.

Nunca falta que nos vean feíto a quienes aún tenemos un Nokia C-30 de teclado qwerty. Poco importa que sean virtualmente indestructibles (lo he comprobado con mi bebé). Aunque no soporte las aplicaciones de moda, la pantalla tradicional es una auténtica ventaja contra la touch. Apple es una marca para personas pudientes o que aspiran a serlo.
No cualquiera puede pagar los aproximadamente veintitrés mil pesos que costará el iPhone X en México. Y no faltará quien esté dispuesto a endrogarse con un crédito a plazos con tal de tenerlo. No es solo un teléfono bonito: es el mejor de todos.
En lo personal nunca fui fan de la marca Apple. En mis tiempos de Tec de Monterrey, las únicas máquinas disponibles en el laboratorio del Campus Ciudad de México eran las Mac porque siempre se trababan. Siempre. Desde que salió el iPod he odiado el iTunes, de hecho sigo peleando para sincronizar canciones con él.
Claro que el iPad me dejó con la boca abierta la primera vez que lo vi, pero pensar en pagar ocho mil pesos de aquel entonces me pareció excesivo. Después vinieron las tabletas genéricas que apenas soportan el WhatsApp (el cual, por cierto, no me gusta: uso Skype, y sigo añorando el MSN Messenger).
Mi mamá le regaló a Aranza una Samsung Galaxy para que vea en YouTube sus caricaturas: Little Baby Bum, Sarah and Duck, Shaun the Sheep, etcétera.

Mi opinión sobre Apple cambió cuando leí la biografía de Steve Jobs.

Y en definitiva me maravillé cuando unos chicos en apuros le vendieron a Héctor un iPad Mini que desde entonces no solté… Bueno, sí lo solté una vez (o varias) sin querer; y con la pésima suerte de que la pantalla se estrelló contra el suelo.
Obviamente el teclado virtual ya no sirvió, así que tengo que girar el aparato como mil veces para escribir una sola palabra. También pasó a mejor vida el micrófono, y con él se esfumaron mis sueños de escribir más seguido dictándole al reconocimiento de voz.
Esto de la pantalla rota va a ser doble problema para quienes consigan su iPhone X. Ahora no solo deberán cuidar la pantalla-pantalla, sino que la cubierta de atrás ya no será de aluminio sino de vidrio. ¿Por qué? Pues para recargar la batería de forma inalámbrica.
Así que esperemos que quienes saquen su juguetito a crédito cuenten con un seguro contra accidentes y resbalones. Aquí abro un minúsculo paréntesis: El reconocimiento de voz de Apple es lo máximo. He usado el de Microsoft (Windows 7 para arriba) y el del sistema operativo Android, de Google. La diferencia es simplemente abismal.

Una de las características más comentadas del iPhone X es el Face ID, o reconocimiento facial.

Esto es: desbloquear tu teléfono por medio del escaneo facial. Omitiendo las bromas sobre celebridades que no podrán usar su celular tras la siguiente cirugía, hay polémica por dos cuestiones:
1) Alguien podría desbloquear tu teléfono mientras duermes. Al decir “alguien” me refiero, por supuesto, a una pareja celosa. O, si eres más joven, a una mamá curiosa que quiere ver en qué andas y con quién… Al respecto, Craig Federighi, vicepresidente de Apple, afirma que debes mirar fijamente el aparato para que se desbloquee. Así que puedes seguir roncando con toda la tranquilidad.
2) Si un ladrón llega, te arrebata el teléfono, lo pone frente a tu cara para desbloquearlo y, ¡zas!, se va corriendo. Para evitar esta situación, que suena un tanto rebuscada, el iPhone X cuenta con algo así como un “botón de pánico”. Si presionas los dos botones laterales al entregar tu teléfono, la función de Face ID se desactivará. Adiós metiches. Esperemos que quienes saquen su juguetito a crédito también cuenten con un seguro contra robo…
Sospecho que el ratero no te regresará el iPhone X solo porque no pudo desbloquearlo. Ojalá y las nuevas características del iPhone valgan la pena el costo. Quienes no podemos (o no queremos) pagar el iPhone X, esperemos a que los fans de Apple vendan lo más pronto posible sus viejos aparatos… De preferencia sin rayones, si nos hacen favor. Seguiremos informando.

Estudiar o certificarse: Dilema de jóvenes y de algunos adultos

Estudiar para la vida, o solo conseguir un papel…

¿Educación o certificación? Ese es el dilema.

Saga: “Escuela, ¿para qué?”Héctor A. Ortega

  Con mayor frecuencia, me pregunto: ¿Quién construye el proyecto de vida de los jóvenes? ¿Serán ellos mismos, sus amigos, sus maestros, o sus padres? Es común que a la escuela lleguen personas con deseos de estudiar, de crecer, de ser alguien en la vida. El problema es que la mayoría quiere estudiar rápido, en el menor tiempo posible. Ante semejante contradicción suelo preguntarles: ¿Quieres estudiar, o sólo vienes por un certificado? La respuesta nunca es clara. A las personas les gustan los rodeos para justificar algo que los demás no necesitamos saber, pero lo evidencia su propio discurso. El último día del ciclo escolar se presentó una joven con una urgencia mayor. “Necesito mi certificado de primaria, me lo están pidiendo en el trabajo para darme un mejor puesto.” La escuché atento por quince minutos, tras los cuales le informé los requisitos para estudiar en mi escuela. Hice hincapié en la fecha del nuevo ciclo escolar. “Es que no me quiero inscribir, solo quiero que me ayude a sacar el certificado en un solo examen. Aunque sea deme un papel que diga que ya estoy estudiando. Si me ayuda, después vengo a inscribirme”. Soy un tipo que trata de ser empático, y valoro cada caso antes de ofrecer una respuesta. Este, a decir verdad, me pareció un acto cínico y comodino de una joven de apenas diecisiete años. Tras escucharla de nuevo, me centré en explicarle puntualmente en qué consiste mi trabajo: Ayudo a la gente a que aprenda. Mi trabajo no es imprimir certificados.  

De cada diez personas que llegan a la escuela, solo una se inscribe para estudiar.

No sin antes intentar persuadirme para que la ayude a terminar rápido. En un examen, enfatizan. El INEA ofrece esa posibilidad en distintos programas. Ese es su mejor anzuelo para atraer usuarios (no estudiantes) a sus círculos de estudio. El caso más reciente ocurrió hace unas horas. A la escuela llegaron una señora y un jovencito, este con un bebé en brazos. Tras explicarme la reciente paternidad del muchacho y la huida de la madre del bebé, la señora expresó sus deseos de que su hijo estudie y se siga preparando. “Quiero que se inscriba en la preparatoria y que termine una carrera. Va a ser padre soltero y tengo que apoyarlo aunque sea con esto”. Tras escuchar un discurso motivacional, le expliqué los requisitos para inscribirlo aclarando que si el muchacho quiere estudiar puede hacerlo en año y medio. “¿No puede ser en menos tiempo?”, replicó la señora. Le expliqué otra opción para hacerlo en nueve meses considerando que su hijo no cursó un solo grado de la secundaria. “Es que yo necesito que certifique en un solo examen porque la siguiente semana lo quiero inscribir en la prepa”. Este tipo de respuestas no me sorprenden. Por el contrario, me resultan comunes. Entonces una pregunta me ronda en la mente: Si su hijo no ha estudiado un solo grado de la secundaria, ¿cómo pretende que obtenga un certificado? Le hice una propuesta: Evaluar al muchacho en un simulador de examen; cuarenta y ocho preguntas, dos tercios son de español y matemáticas. Si lograba treinta y seis aciertos, me comprometía a inscribirlo en el Programa Especial de Certificación (PEC). El joven terminó la evaluación en menos de 15 minutos con apenas seis aciertos.  

Traté de hacerles ver la importancia de obtener el certificado aunque eso implique tardarse un poco.

Ese tipo de recomendaciones también son parte de mi trabajo. Y suelo ser inamovible si no existen los argumentos para llevarme a pensar lo contrario. La señora, ya un tanto molesta, tomó el fólder en que llevaban los documentos y recriminó mi actuar puntualizando que estoy ahí para ayudar a la gente, y no para cortar sus aspiraciones. En seguida salieron del salón. Tampoco ese tipo de acciones me sorprenden. Son comunes. Cuando me quedé solo, volví a pensar: Si son los jóvenes quienes están trazando su proyecto de vida, ¿cuál será ese proyecto? En cambio, si son sus padres, ¿qué buscarán ellos para sus hijos? ¿Resolverles la vida, o hacerlos responsables? Los caminos del Señor son insondables, como indescifrable es el actuar de los padres de hoy.
Si te interesa estudiar o acreditar tus estudios y vives en la Ciudad de México o en el Estado de México, ponte en contacto con el autor Héctor A. Ortega al correo: profesorhector_ao@hotmail.com]]>

México: Ciudad vieja, gente heroica

 

La Ciudad de México es una ciudad vieja pero de gente heroica… en su mayoría.

La Ciudad de México, mi querida ciudad, mi terruño, la nostalgia de la infancia, la casa materna y paterna, la familia y viejos amigos. Lo que hace que México tenga magia es su gente, sus tradiciones y costumbres, ya sean sincretizadas o transculturizadas.
Sin ser una ciudad milenaria, es una ciudad fea. Pero la Ciudad de México es bella por su gente. Por los millones de trabajadores que se rompen la madre todos los días para tener unos pesos y dar de comer a los suyos. Compartir los frijoles, el huevo enchilado y las tortillas con chile, la canela, el café y uno bolillos. Salir temprano bajo la lluvia y esperar el sistema de transporte monopolizado, caro, insuficiente y poco eficiente. Aunque las autoridades digan lo contrario, es un sistema de transporte impuesto, viola la garantía de libertad y de competencia.
Los mexicanos salen de colonias populares, con cinta asfáltica vieja y en mal estado, con tráfico en todas partes. Y, como se establece en la teoría del caos, “todo caos tiene cierto orden”. Así es en el caso de México. La gente ya sabe a qué hora salir para llegar temprano, sabe qué camino tomar para llegar. No es que la ciudad sea ordenada: Es que la gente se las arregla para llegar a su trabajo, sea con lluvia, sea con socavones, con camiones sardina, con asaltos, desviaciones, inundaciones.
Añadan dos socavones en México: Uno en Cuajimalpa y otro en Polanco, más el socavón de Reforma y el socavón en Eje 8. Estos no va aparar hasta que se urbanice y se modernice la ciudad. Sumen todo el dinero transado en este sexenio y se preguntarán si no se puede hacer algo con esa cantidad. ¡Vaya que se puede hacer algo! Mucho, se puede hacer mucho.

Pero nuestro gobierno y sus compinches transas no tienen llenadera:

Para empezar 900 millones del Seguro Popular que se transaron varios gobernadores.

Tamara de Anda (Plaqueta)

Tamara de Anda: columnista, presentadora de televisión y trending topic Es notable la cantidad de visitas que TodoMePasa recibe por el texto firmado por #MamiTatuada: Sobre el acoso sexual de que fue víctima la periodista Tamara de Anda, nombre real de Plaqueta. Tamara de Anda es una muy vieja conocida del ciberespacio. Hace una década su blog era de los más visitados y se le conocía como una \”blogstar\”. En ese entonces escribí sobre Plaqueta luego de encontrar un texto suyo en Selecciones del Reader\’s Digest… Mi abuela compraba la revista, ergo, medio México ha leído Selecciones porque la compran o compraban nuestros abuelitos. Por eso mismo no me extrañó que la columna de Plaqueta no durara más de tres meses: Algún carcamal malhumorado se habrá quejado por el humor irreverente de Tamara de Anda. Lo mismo pasó en el Periódico AM de León Guanajuato: Un carcamal malhumorado se habrá quejado de los divertidos cartones de Explosión Sandía (saludos, carnal) que estuvimos publicando.

Ni modo: la ruquiza siempre gana en los medios impresos de paga. Por eso la chaviza y la chavorruquiza busca medios alternativos para dar a conocer su arte.

Tamara de Anda siguió adelante. Es parte de los escritores de columnas de blogs de El Universal, periódico de tiraje nacional. Plaqueta primero causó revuelo cuando denunció por acoso sexual a un taxista. La nombraron \”Lady Plaqueta\” en Twitter y se hizo tendencia. Hace poco Tamara de Anda causó todavía más revuelo al echarle porras a \”la Mars\” en su columna. Por si no saben quién carajos es Marcela Aguirre \”La Mars\”: Se hizo famosa porque a sus 16 años de edad dejó la escuela en busca de sus sueños… Y luego volvió a ser noticia por un video donde se mete un condón en la nariz y lo escupe por la boca. Alguien se atrevió a decir que \”La Mars es la Malala de México\”. ¿PERDÓN? Y de nuevo se hizo tendencia hace días que declaró que los pobres no deberían reproducirse, jajaja. ¿Supongo que por eso la niña es una máquina expendedora de condones moqueados y babeados? Y ya cerraron su página de Facebook luego de quejas de usuarios… A ver ahora con qué sale, no he visto ni uno solo de sus videos porque cada clic le genera dinero y pos no. Regresando a Tamara de Anda: Un día cualquiera le cambié de canal a la tele, y ahí estaba ella, en Canal Once. \”Itinerario\” se llama su programa. Va por la Ciudad de México visitando lugares como cantinas y torterías.

Desde aquí seguiremos su evolución, que ha sido notoria considerando que comenzó en Blogspot.

Mientras tanto les dejo lo que escribí el 16 de abril de 2008 en este mismo blog:
Recibir la revista Selecciones es una tradición para la mayoría de las familias mexicanas que conozco. Y, claro, la casa de ustedes no podía ser la excepción. Mi abuela es suscriptora desde hace años, siglos diría yo. Mi mamá ha comprado nosécuántosmil enciclopedias y atlas y alguna que otra colección de álbumes en casete, LP y discos compactos con la esperanza de llevarse el premio gordo del gran, gran, ¡graaannnNNN!!! sorteo de cada año. Bueno. Apenas ayer encontré el ejemplar de este mes, bien escondidito entre las cosas de mi abuela por aquello de la clásica pelea: ¿Quién agarró el Selecciones? ¿Dónde lo dejaron? El caso es que ojeé la portada, como siempre, y me encuentro con el texto \”Nueva sección: La neta de Plaqueta\”…

¿PLAQUETA???

…naaa. Abro la revista y, bingo: una foto de Tamara de Anda, la del famoso blog Plaqueta y ya, y un texto divertidísimo: \”De pelos\”. ¡Pasó de bloguera de Internet a una revista de circulación nacional! Si bien comencé a leer a Plaqueta desde que la descubrí gracias a un blog genial llamado El licuado mental (I love it)… La verdad es que no conozco mucho sobre su trabajo fuera del ciberespacio. Me pareció curioso más que nada porque uno busca en Internet las bitácoras de escritores publicados por grandes editoriales. Pero ahora me encuentro con una blogstar que ahora mismo es leída por muchas personas que tal vez ni siquiera navegan por Internet. Y Selecciones es el tipo de revista que uno guarda para leer y leer y releerla en algunos años. Me pregunto si el éxito de su blog influyó para que un texto firmado por ella esté ahora en mi escritorio. Y si la publicación de su columna en una revista influirá a su vez o no en la popularidad de su bitácora online. Interesante, ¿no creen?

Y, cosa curiosa:

Dando el rol por los blogs de mis colegas, me encontré con que Jesús Francisco Conde (colega fantasiofrénico) escribió un post en donde menciona a Plaqueta en la primera parte… y a su servidora en la segunda. ¿Y qué creen? que soy la \”de dulce\” 😀 jaja  

2. De dulce. Una linda chica, colega y egresada de la SOGEM (no voy a decir tampoco lo que pienso de esta institución) está publicando una novela en su blog. Así sin más, es un experimento \”literario\” escrita casi en tiempo real.

No creo que sea novedoso, pero ha tenido buena aceptación entre sus lectores virtuales. La novela se llama Eterno domingo y va por el capítulo catorce, si quieren echarle un ojo, la dirección es http://www.todomepasa.com/

CUIDADO: No estoy recomendando el experimento, aunque tampoco lo denosto. Sólo se los paso para que me digan qué opinan. Gina Halliwell (Jéssica de la Portilla) es quien firma los textos. Es compañera de publicación en Fantasiofrenia II y una persona muy agradable.

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Amigos imaginarios: Este es mi sueño recurrente

Amigos imaginarios: Este es mi sueño recurrente (Continuación)  

Lee la primera parte aquí: 

http://www.todomepasa.com/2017/08/sueno-recurrente.html

  Un día cualquiera del mes de diciembre, poco antes de las vacaciones, Berenice y papá subieron a un taxi de sitio. Berenice iba retrasada para ir a la escuela, y el chofer había llevado el automóvil chocado al taller. Alguien tenía que ocuparse de que la preadolescente (prepuberta, se llamaba a sí misma) cumpliera sus pocas, poquísimas obligaciones. Papá y Berenice no se dirigían la palabra. Clásico, superclásico en ellos. Ninguno recuerda por qué había sido la última pelea: Demasiadas horas facturadas por el recién lanzado servicio de internet. Antes se pagaba por hora, sin contar que uno se conectaba vía llamada telefónica. ¿Con quién hablas tanto tiempo?, preguntaba papá. Con mis amigos imaginarios, decía Berenice. Papá sonreía pues, sí, era “lo normal”. Berenice nunca tuvo con quién hablar, así que siendo pequeña se inventó dos o tres amigos para entretenerse. Cuando yo aparecí en escena, Berenice me llevaba demasiados años de edad.

A Berenice le gustaba jugar Turista Mundial.

No el de Disney, tampoco el Monopolio: El Turista azul, el de los billetes grises de cinco pesos, azules de veinte, rosas de quinientos. Le gustaba abrir la caja y contar los mil quinientos pesos que cada participante necesitaba para comprar. Desde Estados Unidos de América hasta Inglaterra, cuatro aerolíneas, evita Groenlandia y la cárcel, procura caer en Oceanía. Más las casillas para tomar una carta o un telegrama. Papá compró varias versiones actualizadas del Turista. Berenice tiró cada caja en el bote de la basura. ¿Correos electrónicos en vez de telegramas? ¿Moldavia, Lituania y Letonia en lugar de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas? El juego era lo de menos: así se tratase de dominó, parkasé o serpientes y escaleras, Berenice siempre jugaba por dos. Bien pudo haber jugado con alguien más, no sé, alguna de las varias muchachas que trabajaron por ratos en el departamento de papá. Pero a ella le gustaba tomar al menos dos fichas y fingir que era su propia gemela. Ya no recuerda quién era la gemela buena y cuál la malvada. Entonces llegué yo. No éramos gemelas, pero nuestro papel como la hermana buena o la hermana mala en cuestión de meses se definió.
Continuará.
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Socavón en Eje 8: Culpa de lluvias y basura

Socavón en Eje 8: La CDMX se sigue hundiendo

 
El día de ayer la Ciudad de México sufrió un nuevo socavón. Esta vez en el cruce del Eje 8 Sur (Avenida Popocatépetl) y San Felipe, colonia Xoco, delegación Benito Juárez. Ya se cerraron dos carriles de dicha vía rápida.
Después de haber leído la explicación histórica de las condiciones geográficas de los asentamientos de la Ciudad de México, retomo la idea del drenaje de la ciudad. Este resulta que es viejo e insuficiente, y lo que lo afecta gravemente es la acumulación de basura.
Esta basura no se acumula por azar. Se acumula por que la ciudadanía es sucia y descuidada. Es apática ante los problemas de acumulación de la basura en las alcantarillas, en los desagües.
En consecuencia se va anegando en ciertos lugares y se filtra, removiendo la tierra debajo de la cinta asfáltica. Esto sucede donde ya existe cierto reblandecimiento. Y cuando menos lo esperamos se manifiesta la oquedad: El peso de la misma cinta asfáltica produce un socavón en Eje 8, o un socavón en Reforma. ¿Dónde más habrá? …

Soñando contigo en las clases de mi escuela secundaria

Soñando contigo hoy y siempre en las clases de mi escuela secundaria…

Texto e ilustración: Joselynn Oliveira García.

  Querido Diario Chris Pratt: ¡Hola! Te escribo soñando contigo desde mi banca de mi querido salón de esta horrible secundaria. No te había escrito porque no hay mucho que decir o contar, tal vez lo que pasó el 31 de diciembre de 2016, que es lo único más o menos importante que me ha sucedido últimamente. Pero antes una cosa: ¡Lo hice! Le escribí una carta a Chris, a ver si quiere ser mi “amigo por correspondencia\”. Y que me mande una foto. ¿Crees que me conteste? Y el otro día llegó mi mamá con una gran sorpresa, algo que quise tener desde que lo vi: el super libro de “Cómo se hizo Jurassic World”. Por cierto que tiene muchas fotos de mi amor platónico Chris Pratt o sea tú, o como te llamas en la película: Owen Grady. Bueno, la historia de fin de año: El 30 de diciembre llegó Arcelia con su hijo el Pancho y se quedaron a dormir en la casa. Al otro día nos fuimos todos a casa de mi tía Juana. Todo estuvo muy emotivo. Yo pensaba que Lorena estaba enojada conmigo, pero luego nos hablamos normalmente. Fue todo el rollo de comer las uvas y pedir los deseos. Y cuando nos dimos el abrazo ella y yo nos pusimos a llorar, y me dijo: Te quiero mucho. Y yo le dije que yo a ella también. Al otro día no me pude levantar. Se fue Lorena con su familia a su casa, y le dije que me mandara una carta y nos despedimos. O sea que no la voy a ver hasta la Semana Santa. Pero, sabes, no sentí la misma emoción que en otras ocasiones cuando ella llegaba de Toluca. Nos la pasábamos muy pero muy unidas, y nos entendíamos muy bien. Pero parece que ahora cada quien está en su onda. Lo demás no tiene la menor importancia. Adiós.

Mañana te cuento más, Querido Diario.

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