Literatura

Saúl Ibargoyen: La musa en rojo

Saúl Ibargoyen: La musa en rojo

Nunca he sido buena estudiante. Y en la Escuela de Escritores de Sogem Coyoacán no fui la excepción.

Entré al Diplomado en Creación Literaria a los veintiséis años, una edad en la que interesan más otras cosas como son el sexo, el alcohol, y el sexo pasajero bajo los efectos del alcohol. En general le echaba ganitas al final del semestre para entregar las tareas y obtener buena calificación, pero hubo materias en las que a duras penas hice \”acto de presencia estelar\”.

Una de esas clases fue la del poeta Saúl Ibargoyen. Era tercer semestre y yo siempre andaba corriendo, tarde para todas partes, y ya ni recuerdo el verdadero motivo pues, hoy lo agradezco, la mayoría de mis recuerdos malos y buenos se perdieron entre nubes de tormenta que cumplieron su cometido de hacerme olvidar. No sé si aún trabajaba en casa corrigiendo libros de cierta editorial importante, y hace siglos se diluyó ese chico prescindible que usaba más maquillaje que yo.

A la clase de Saúl siempre llegué tarde, no sé si porque andaba perdida con el noviecito de tres meses, o por la nube rosa con que trataba de ahuyentar mi depresión. Saúl era amable y siempre me permitió pasar.

Lo que más recuerdo de él fue la comida de cumpleaños de una compañera. Me tocó sentarme a su lado en la mesa, y mientras yo brindaba sin preocupación por el porvenir, noté que Saúl bebía agua. Solo agua. Le pregunté al respecto, y comenzó a platicarme de su lucha contra el alcohol. En internet descubrí que incluso escribió una novela que a la fecha no he logrado encontrar.

Lo que Saúl más recordó de mí fue el vestido que usé en la graduación: un precioso Ted Kenton que me costó seiscientos pesos y que un menso me arruinó. Días después el profesor me envió un correo con su poema \”Musa en rojo\”, dedicado al seudónimo con que yo firmaba cuando aún no me gustaba mi nombre. Tras unas semanas me escribió para disculparse porque la editorial omitió la dedicatoria por error.

Durante once años nos enviamos algún correo de vez en vez. También lo encontré en Facebook, pero dijo que prefería el correo electrónico porque los ojos no le daban para más. Era amable y romántico, muy agradable, de esas personas que te hacen soñar cuando encadenan las palabras.

De aquellos días recuerdo poco, pero a Saúl lo recuerdo porque él también me recordó.

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Tres reyes magos… Dos reinas, en mi caso

Ayer en Facebook vi una imagen de que Los Reyes Magos no son tres sino dos… En mi caso sí, también fueron dos, pero no se trataba de una pareja de hombre y mujer sino de dos reinas: la abuela maga y su hija, lo que ahora llaman despectivamente \”mamá luchona\” porque en verdad hacía maravillas para pagar ella sola la renta, y para pagar tooodo todo lo demás. En este contexto resulta que yo siempre fui una \”bendición\”, lo cual me hubiera encantado saber antes…

Claro que era mágico este día. Incluso cuando una vecina (que siempre lo negó) rompió mi ilusión cuando yo tenía como ocho años. Reconozco que como hija única fui de lo más pedínche, y tenía la idea de que tres Reyes Magos podían adquirir y cargar más juguetes que Santa Claus, que a fin de cuentas solo era uno. Y además Santa Claus ya era un adulto mayor, seguro tiene credencial del Insen y los triglicéridos altos con semejante panzón.
Ahora que leí los últimos tomos de El diario de Greg, me causó gracia que el pobre está buscando los dulces de Halloween por toda la casa sin lograr hallarlos. Algo así nos sucedía de niños: seguimos sin explicarnos dónde pasaban la noche las numerosas cajas de juguetes que de pronto aparecían bajo el arbolito de esferas rojas y escarcha plateada.
En mis tiempos los roles de género estaban más que definidos. Una navidad que pasamos en Ticomán en casa de mi tía Tere, a mi primo Omar le trajeron su pista de Hot Wheels, y a mí unas cajas de monitos de Playmóbil (¿todavía existen?).
-¿Y a mí por qué no me trajeron carritos?
-Pues porque tú eres niña -contestó mi tía Tere.
Y resultaba muy lógico.
La mayoría de las fiestas la pasamos en el departamento cerca de Robles Domínguez y Misterios. Santa Claus sí llega a Ciudad de México, no como sucede aquí en León.
Y es verdad que tanto Santa como los tres reyes magos me trajeron cuanto producto vi en la tele ochentera: mi Rainbow Brite, un Nenuco que era hijo de un cazafantasma, el juego de química que habré usado una vez y con que mi primo hacia explotar los tubos de ensayo. El gira pintando, los pin y pon originales, unas joyas con muñequitas escondidas que se llamaban Sweet Secrets.
El departamento era de dos recámaras y media. Me parece que fue en nuestro último año ahí que busqué en cada metro cuadrado sin encontrar nada. La flamante bicicleta nueva estaba justo en mi cara, en la recámara de mi abuela, pero no la vi hasta que mi mamá la señaló. Nos fuimos al parque y me hice una de tantas clásicas cicatrices en las rodillas aprendiendo a montar bajo las indicaciones de mi mamá y de mi abuela. Ahora dice mi jefa que en realidad ni la usé, pero considerando dónde vivíamos, seguro me habrían robado la bici de haber salido yo sola.
Dicen que si en vez de mis dos reinas Magas hubiera crecido con dos Reyes Magos casados, ni medio juguete me hubieran dado debido a la religión imperante. Así estuve bien.
Desde que nació mi hija, una de las primeras discusiones con Héctor fue si acaso íbamos a perpetuar la tradición de Santa Claus y los Tres Reyes Magos. Al principio dijimos que no, pero la carita de ilusión de Aranza lo dijo todo el día de ayer. Prefiero que sea una niña que crea en la magia, que una pequeña adulta consciente del desempleo y de la devaluación. Dejen que los niños sean niños, y que ya cuando sean adultos se maravillen de los fantásticos administradores que fueron sus padres, sus abuelas y madres. Dejen de estar de amargados compartiendo textos donde aclaran \”verdades\” con que se creen ingeniosos.
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Uñas esculturales de acrílico

Uñas esculturales de acrílico y de tip

Uñas esculturales de acrílico

 
¿Tus uñas están hechas un desastre?
Las mías sí que lo estaban.
Mis uñas son quebradizas, se rompen en capas por más que engorde comiendo gelatinas. Y para colmo, se pigmentaron de amarillo a pesar de que uso base  transparente. Luego una que anda de ociosa, o aburridísima, y se empieza a arrancar el barniz.
Por eso me interesé en el servicio de Nathaly Guzmán, seguidora de Tarot Adivinatorio y Terapéutico.

Uñas esculturales de acrílico…

¿Y por qué no?

A fin de cuentas necesito tener las manos siempre bien arregladas pues trabajo leyendo las cartas y haciendo videos de predicciones por horóscopo…
Puedes ver el proceso completo, paso  a paso, de mis uñas escullturales de acrílico, desde la manicura hasta el color, en este video.
\"Uñas

Cosas que puedes hacer con tus uñas esculturales de acrílico:

  • Picarle los ojos a los malandros que intenten asaltarte ahora que la inseguridad en Guanajuato está con todo.
  • Hacerla de Wolverine cuando tu Bad Romance ande de “cotorreo” con pura lobuki.
  • Rascarte el ombligo mientras ves el mismo capítulo de La rosa de Guadalupe.
  • Pintarle caracolitos gigantes y de colores a tu larga lista de ex galanes arrepentidos.

 

Cosas que NO puedes hacer con tus uñas esculturales de acrílico:

  • Escribir en la computadora (llevo como dos horas redactando el presente documento, jajaja).
  • Desanudar una bolsa de plástico.
  • Divertirte tú sola (¿…me explico?).
  • Divertirte acompañada. ¡Bueno!, con cuidadito.

YA, hablando en serio:

La verdad es que estoy feliz con mis uñas esculturales. Hay que hacerse el retoque aproximadamente cada mes, y eso fue lo que me convenció:
 
La gloriosa idea
de no tener que pintarme las uñas
durante treinta hermosos
soleados
y apacibles días.
 
Claro que en Instagram está de moda dejarse el crecimiento de las uñas esculturales, así como están de moda las raíces negras en tu cabecita rubia…
Así que, en menos de un par de horas, pasé de tener un espanto:
\"Uñas
A toda esta belleza que neto, me siento soñadísima:
Y hasta con brillitos. Nomás me falta costearme unos Swarovski:
Y yo que nunca me soñé siendo modelo de manos, como el de la película de Don’t mess with the Zohan…
Ahora sí:
¿Cómo me veo???
\"Uñas
Tanto me gustaron mis uñas esculturales que hasta me compré un par de anillos en la tienda de accesorios de siempre ($39 y $49… Iba a comprarme uno de oro laminado de 280 pesos, pero en eso leí Padre rico, padre pobre, y valieron mis sueños de comprarme lujos antes de tener un patrimonio. Luego hablaremos de eso).

Mil gracias a Napo’s Nails por patrocinar los videos de Tarot Adivinatorio y Terapéutico @eltarotmx.

Ángeles y arcángeles: La locura de la experiencia mística

Ángeles y arcángeles:

La locura de la experiencia mística.

  Todavía trabajaba en \”el periódico más grande de la zona El Bajío\” cuando mi mejor amiga de Ciudad de México me habló por teléfono para decirme que había ido con una médium de ángeles. Sí, lo juro: yo puse exactamente la misma cara de what. Solo pensé: ¿De qué hablas?, ¿y ahora qué te fumaste que no invitas? A pesar de que tengo más de ocho años leyendo la baraja del Tarot para adivinación y terapia, me quedé por un par de horas con mi carota de queeé. Que mi amiga fue con una persona que te da mensajes de tus ángeles, que le dijo cosas muy íntimas y por supuesto de lo más certeras, como por ejemplo que no siguiera vistiendo de negro o que ya no se bañara con agua tan caliente, y otras cuantas cuestiones que por supuesto ya no me contó. Colgué el teléfono y seguí en mi asunto, aguantando al que fuera mi último jefe, un viejito de esos que te hacía sentir una idiota sin necesidad de insultarte y que siempre contaba la mismas anécdotas. Continué con mi vida sin mayor problema y me olvidé del asunto. Luego me tocó recorte de esa oficina. Me puse a llorar y no podía dejar de hacerlo, más que nada porque era precisamente lo que yo quería. Pocas veces me ha sucedido el no contener las lágrimas ante tanta felicidad, y es literal que no podía tranquilizarme. Aguanté ahí casi tres años editando un periódico, aprendí mucho pero hubo días, que de hecho fueron casi todos, en que salí chillando y con el juramento de que ahora sí ahora sí iba a renunciar; y al día siguiente como si nada y dispuesta a soportar jetas hasta que me liquidaran.

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Mis lágrimas de cocodrilo se evaporaron solitas en cuanto vi la cantidad plasmada en un par de cheques, uno por mi liquidación y otro por el fondo de ahorro que nos tenían que dar en febrero, un mes después de mi feliz adiós. A mi esposo también se le olvidó la congoja cuando le dije que de pronto tenía setenta y tantos mil pesos para disfrutar de vacaciones pagadas durante mínimo unos ocho meses… Pero, por supuesto, no soy lo que se dice una estudiante graduada en economía doméstica. En menos de tres meses nos comimos, literalmente nos comimos en cantidad de restaurantes y saliditas, esos setenta y tantos mil pesos, sin haber hecho ni un solo viaje fuera de León Guanajuato, sin haberme comprado la laptop por la que tanto he sufrido, y sin siquiera haberme hecho de un par de estúpidos tenis. WTF! El recorte de personal fue casi a finales de enero de 2017. Cuando me di cuenta ya estábamos en septiembre y yo sin un peso, sin chamba, sin haber escrito ni medio versito, feliz con mi hija todo el santo día pero sin mayores actividades que limpiar la casa (según) y ver series repetidas. Ya había pensado en regresar a la universidad, misma que dejé primero por un berrinche cuando intentaron acusarme de deshonestidad académica, y luego porque entre el trabajo de tiempo completo y la maternidad y shalalá. Justo en esos días estaba pensando en solicitar mi certificado de preparatoria a la promotora, cuando de la nada y tantos años después me llegó un correo notificándome que quedaban algunos días para inscribir materia. ¿Casualidad? Me inscribí. Los cuatrimestres de cuatro materias ahora eran módulos de un mes para llevar una sola clase. ¡Perfecto! Por fin había ocupado mi cabeza con algo productivo. Escribir hace tiempo que no se me da como antes, lo cual agradezco, de hecho, porque cuando empiezo con narrativa me da un insomnio que se convierte en amenaza de psicosis. Estoy más tranquila entre menos tecleo. En esos meses aprendí a cocinar. Sí, a mis treinta y muchos años por fin aprendí algo a lo que toda la vida me negué, a pesar de que mis tres primos hermanos son chefs titulados y todo. Un día cualquiera creo que de noviembre, y ni sé por qué fue, pero de la nada se me ocurrió hacer una fanpage de Facebook: Tarot Adivinatorio y Terapéutico. [caption id=\"attachment_2693\" align=\"aligncenter\" width=\"640\"]\"Ángeles Ángeles y arcángeles: La locura de la experiencia mística[/caption]

¿Novena de ángeles y arcángeles?

Y no sé si fue antes o después que encontré una novena del \”trabajo de mis sueños\” al arcángel Chamuel, a quien jamás había escuchado mencionar. Y de hecho lo encontré en la misma página donde hace ya trece años descubrí la existencia de una Escuela de Escritores en Coyoacán, cuando no buscaba ninguna escuela de escritores sino información sobre el psicotrópico ilegal más popular. Y lo demás te lo cuento la siguiente vez que me leas por acá… https://facebook.com/eltarotmx Instagram @eltarotmx]]>

Creo que se me antoja algo de perspectiva

Perspectiva: Domingo 15 de Abril de 2007 3:21 de la tarde Simplemente tengo ganas de seguir escribiendo. Ninguna cosa en particular. Debo todas las tareas de Poesía, la mitad de mi guión de Largometraje, por no hablar de la tesis que tengo que entregar en un mes… ¿Pero qué quiero escribir? Ni idea. Ayer estaba pensando en el cuento de los camellos, que se me ocurrió por una anécdota que me contaron sobre Egipto, pero no escribí nada. Debería estar haciendo tarea, falta un mes para graduarme de la escuela, pero no puedo concentrarme. ¡Qué raro! bla bla bla. Todo lo que escribí en mis vacaciones me parece de una simpleza absoluta. Y lo que entregué antes de irme, me aburre luego de tres líneas. ¿Qué sucede? Fin de semana de televisión e Internet basura: todo sobre Katie Holmes y Tom Cruise, Britney Spears y Fed-Ex, la biografía de Lindsay Lohan y de remate una película de las Gemelas Olsen (¿peor que eso? doblada al Español). Pereza mental… ¿Para qué pensar?, ¿en qué? No sé por dónde comenzar. Una pizza Cheesy Pops. Sigo leyendo La historia interminable y Luces del Norte por ratos. Parece que estoy atrasada de noticias porque tiene unos tres meses que descubrí a Alessandro Baricco. Estaba hojeando a La perfecta cabrona y me encontré con que hay que evitar \”las maravillas de dos semanas\”… ¡Ja! Si alguna vez he tenido novio, ha sido de ese tipo. No sé qué demonios leía ayer (¿un blog?, ¿un relato porno?), pero decía que \”no por salir con muchos chicos, una es puta\” o algo por el estilo, y La perfecta cabrona dice que no es lo mismo tener novio que salir con alguien… ¿Que qué pasó con el ex prospecto que besó a uno de mis \”amigos, con o\”? Lo previsto: regresó con su ex novia de siglos. Flojera. También está el guapísimo de ojos de sueño, que terminó abriendo exactamente como yo esperaba. Y de ahí en fuera, nada. Esta primavera me he portado bien :OP jaja. ¿Qué me preocupaba hace diez años? No tener plan para el fin de semana… Resultaba patético quedarse el sábado sin irse de antro, o algo por el estilo. Ahora tengo acceso a raves y festivales y demás, pero estoy demasiado cansada o con tarea que nunca hago. Por fortuna, he llegado a la conclusión de que mis amores trágicos en realidad no fueron tales, sino que se trataba de una depresión cíclica, asociada a Insomnia, entre otras cosas. ¿Y todos esos poemas? Ahora los leo y son basura. Los versos en rima ya no convencen a nadie. ¿Los cuentos? Ni cómo arreglarlos, tendría que escribirlos de nuevo desde el principio. A veces me pregunto si otras personas sienten curiosidad por el proceso creativo, por lo que pasa en la mente de un \”escritor\” antes de derramarse sobre la hoja en blanco, y también me pregunto si es normal sentirse un bicho raro, o no. Yo qué sé. No es momento de ponerse filosófica, hoy es domingo y de seguro hay futbol en la tele, no está mi familia y hace un rato la Perruchis se metió corriendo del balcón porque le echaron agua a las plantas de arriba, y ¡zas!, le tocó baño. Es divertido haber llegado hasta este punto, seguir buscando señales que me indiquen la ruta, regresarme de vez en cuando para admirar el paisaje y seguir, simplemente seguir adelante, con mi taza de té verde con arroz tostado y mi computadora inservible. No he aprendido mucho en el transcurso de los años, pero cada vez me divierto más que antes. \”Si yo hubiera sabido todo lo que sé ahora\”. La verdad es que debí nacer de veinte o de veintidós años porque me habría ahorrado tantos y tantos problemas. Acabo de descubrir que, en realidad, la vida puede ser tan sencilla… Mejor me voy a trabajar un rato en el futuro Oscar, en el Pulitzer o en el Nobel. [caption id=\"attachment_2681\" align=\"aligncenter\" width=\"799\"]\"Creo Creo que se me antoja algo de perspectiva[/caption]]]>

Aniversario de novios número ocho con Héctor

Aniversario de novios número ocho… Hoy cumplo años viviendo en León Guanajuato con Héctor Juárez Lorencilla, mi esposo. Celebramos siempre que se puede, y hoy toca agradecer por nuestro aniversario de novios número ocho. He escrito tantas veces cómo fue que llegué aquí al Bajío, con ropa suficiente para solo tres días, exclusivamente para \”conocer la ciudad\” y reencontrarme con un buen amigo que apareció por primera vez hace ya veintiséis años y con quien hoy escribo mi destino. Cuando me di cuenta ya estábamos comprometidos solo un día después de que volvimos a vernos luego de casi trece años de ausencia. Eso es amor de verdad, o qué =D A los nueve meses ya estaba casada con el primer amor de mi vida. Y disfrutando de las nubes sin edificios, las estrellas sin smog, y ciento por ciento libre de la gripa que me daba cada semana sin falta desde que nací en la Ciudad de México. Me encanta provincia. Desde que trabajo en casa leyendo las cartas de Tarot (y ahora con el nuevo servicio de lectura de ángeles y arcángeles, que funciona como oráculo pero más bien es terapia) he podido estar todo el día con mi hija Jéssica Aranza, y además retomé la carrera de Ingeniería en Gestión de Tecnologías de la Información en la Universidad Virtual del Estado de Guanajuato UVEG.

Apenas este año he descubierto que el mundo está hecho de pequeños milagros que otros llaman magia.

Es sencillo manifestar abundancia siempre y cuando dejes atrás cualquier situación y persona que ya no funcione: relaciones de almas gemelas kármicas, amistades que no aman ni a su propia familia, vicios que hoy día se toman como inocuos. Tal y como dice el libro El secreto, del cabalista Michael Berg, ser feliz es tan sencillo como hacer todo con ganas, con ánimo de dar y no de recibir, no como obligación sino por generosidad. Y tal como dicen millones de fuentes, tener bendiciones es tan sencillo como agradecer cada día por los bienes y las personas con que contamos. Por eso es que hoy quiero dar las gracias a quienes siguen leyéndome, a quienes me conocieron como chilanga y hoy me leen leonesa, a quienes han contratado una lectura de cartas o edición y corrección de textos, a mis alumnos de inglés y regularización, a quienes me dejan saludos y felicitaciones. Y, por supuesto, el día de hoy agradezco a mi Ser Superior porque sigo viva, por demostrarme que existe a pesar de la opinión de desencantados y escépticos. A los ángeles que literalmente me han salvado de morir en más de una ocasión y que de paso me sacaron de situaciones horrendas y me alejaron de personas dañinas. Agradezco a toda la gente que he conocido, incluso a quienes se portaron de lo peor, porque algo aprendí. Agradezco sobre todo a quienes me han enseñado algo bueno, a quienes me han amado sin condiciones ni límite, empezando por mi señora madre y mi abuela. Y, por supuesto, agradezco a mi esposo por haber cambiado mi existencia para mejor, por su infinita paciencia y por todo el amor que a diario me brinda.

Héctor: Feliz aniversario de novios número ocho.

Muchas gracias por estar conmigo, por trabajar a mi lado sin salir de casa, porque hoy somos nuestros propios jefes, por ayudarme cuando tengo clientes y tarea, por enseñar a leer a nuestra hija, nuestra actual alumna de lectoescritura. Gracias por todas las maravillas que has hecho por nuestra casa, nuestro hogar. Por la suculenta comida que ya me hizo subir como cinco kilos en un mes. Cuentas conmigo en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en el emprendimiento, en el trabajo en casa con tus alumnos de clases de regularización y clientes de asesorías legales. Te apoyaré siempre en lo que sea que decidas porque lo mío es tuyo y viceversa. No solo eres parte de mi vida: eres quien le ha dado significado a mi paso por esta tierra. Un millón de gracias por nuestro aniversario de novios número ocho, por nuestro matrimonio de siete años, y por la niña loca de tres y medio que nos alegra cada día. Te amo. PD. Gracias por cocinarme el pozole verde con cabeza que estoy a minutos de saborearme.]]>

A la deriva

A LA DERIVA Jéssica de la Portilla Montaño. Somos una ola que va a la deriva en la mente del otro. Eres un charco que hago un océano cada que respiro. Vamos a la deriva como una partícula de polvo en el viento. Sin dirección ni destino, como un remolino que arrasa recuerdos. Soy tu risa incómoda, la travesura que nunca confiesas. Eres mi biografía, un momento cursi mirando a la Luna. Sigo esperando algún día mirar tu reflejo. Haces olas y mareas, a la deriva. Yo lanzo piedras al charco que me traga hasta las rodillas. Así vamos los dos, a la deriva, cada quien por su lado. A la deriva, y en algún punto muerto tal vez nos encontramos. No existe frase que no hayamos dicho, no existen sueños que no hemos soñado. Fuimos un accidente geográfico, un volcán extinto, un secreto olvidado. Eres personaje ficticio, jamás exististe, te inventé en mi insomnio.]]>

Elba Esther Gordillo, santa patrona de los analfabetos ricos

Elba Esther Gordillo, santa patrona de los analfabetos ricos Y que exoneran a la Elba Esther Gordillo. Ya casi sueltan a nuestra leona dormida, a la inocente fierecilla domada que pasó un buen ratito encerrada entre cómplices y delincuentes que por una lana la atienden en su departamento de lujo. Nuestra maestra favorita, la muñequita Chanel, maniquí y modelo de los nuevos ricos, santa patrona de los analfabetas de Latinoamérica, la que en cada hilarante vídeo muestran los vicios de lectura y lenguaje que arrastran las víctimas del sistema educativo en México. En mi casa le tenemos especial cariño, pues gracias a su legado no nos falta leche con bolillo. A veces no nos damos abasto con tantos alumnos de clases de regularización en León Guanajuato cada que finaliza el año escolar o el semestre. Cada que llega un chavito de prepa o de secu que no se sabe a cuánto es igual dos por dos. Ahí es cuando Héctor y yo recordamos a a la grandiosa Elba Esther Gordillo y secuaces, máxima exponente del materialismo sindicalizado, esa que se pasea por todas partes con ropa bonita y cirugías faciales que la emparentan con Juan Gabriel, que en paz descanse. Pronto estarás de regreso, amada Elba Esther Gordillo, cereza del pastel de la corrupción en México, crema y nata de las cochinadas y del batidillo político interno, causante de que las escuelas oficiales no tengan primer año de kínder, y de que los jardines de niños se dediquen exclusivamente a enseñar juegos y demás malabares. Mientras, tus aprendices educadoras tienen la vocación de exigir a las madres de familia que enseñen números y vocales a los chamaquitos que el día de mañana limpiarán parabrisas en una esquina cualquiera.

Bendita seas, Elba Esther Gordillo, gracias a ti la educación es un negocio donde quien menos importa es el dizque alumno.

Los ábacos se venden como pan caliente pero nadie sabe para qué son, las calculadoras permiten que en la tiendita de la esquina hagan cuentas sin usar los dedos ni la imaginación. Las monografías de héroes de la Patria se intercambian como estampitas de anime japonés, con historias igual de ficticias y tan infladas como tus pómulos y tu cuenta bancaria. Mientras tanto el vulgo se pregunta por qué el país no avanza hacia adelante, cómo mover a México a donde sí nos convenga, por qué hay que vivir de las transas y por qué hay que dar mordida para absolutamente todo, incluyendo el terminar la primaria. Gracias, Elba Esther Gordillo, por no reprobar a los burros, por dejarlos llegar a sus respectivas curules. Agradecemos nuestra presumible ignorancia mientras te das la gran vida, cortesía de quienes te pagan su cuota magisterial sin detenerse a leer de cuánto es el descuento en su nómina. No tardes mucho, Elba Esther Gordillo, que ya me hartó el homóplato con h de los libros de texto de la SEP. Amén.]]>