Colegio: el costo de la educación
Saga: “Escuela, ¿para qué?”, Héctor A. Ortega
Valeria y Andrea son alumnas promedio de un colegio particular en Ciudad Satélite. Valeria tiene 10 años y terminó cuarto de primaria. Su hermana tiene 13 años y concluyó segundo de secundaria. Una oferta laboral orilló a la familia a considerar su traslado a la ciudad de Querétaro. Desafortunadamente, el proyecto resultó fallido y la familia sigue en el Estado de México. No existe impedimento para que las dos niñas se integren nuevamente al colegio. Sin embargo, su madre escuchó sobre el modelo de escuela en casa, lo investigó en internet y concluyó que puede ser una buena opción para que sus hijas continúen sus estudios, a su ritmo y bajo su supervisión. La señora planteó esta posibilidad de estudio a sus hijas, quienes estuvieron de acuerdo en no regresar a la escuela.Cuando la señora acudió al colegio para pedir los materiales de estudio, informó a las maestras de esta decisión, lo que llamó su atención por los siguientes motivos:
a) La capacidad de la madre para situarse como tutora académica de sus hijas. b) La poca información que la señora posee de este modelo educativo. c) El desconocimiento total sobre la institución que será responsable de certificar oficialmente los estudios, así como los mecanismos que tendrán que seguir las niñas para obtener los certificados correspondientes. Escudriñando un poco más en la decisión de la madre de Valeria y Andrea, las maestras descubren que el fondo de la decisión radica en la posibilidad de ahorrar la suma aproximada de ciento diez mil pesos anuales, únicamente en colegiaturas. A ese gasto hay que sumar el costo por uniformes, útiles escolares y libros, todos vendidos al interior del colegio. El gasto que representa tener a las niñas es una escuela privada es sumamente alto. La pregunta es: ¿La madre de las niñas será consciente de lo que implica adoptar el modelo de la escuela en casa? ¿O después de un tiempo regresará nuevamente a la escuela formal? Valeria y Andrea ya estudian en casa. En caso de ingresar a estudiar en la modalidad MEVyT 10-14, Valeria tendrá que cursar nueve módulos. Andrea, por la edad, por lo pronto no podrá inscribirse en el sistema abierto del INEA. Tendrá que esperar a cumplir los 15 años para poder presentar los exámenes con los que puede obtener el certificado de secundaria. Su madre está reconsiderando la situación y ha evaluado la posibilidad de regresar al sistema escolarizado pero en una escuela menos cara. ***********Si te interesa acreditar tus estudios y vives en la Ciudad de México o en el Estado de México, ponte en contacto con el autor Héctor A. Ortega en el correo:
profesorhector_ao@hotmail.com
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