Donald Trump hará lo que otros no

Donald Trump hará lo que otros presidentes alardean que no hicieron

Donald Trump es el presidente electo y pronto presidente de Estados Unidos, no es presidente de la República Mexicana. ¿Por qué el mexicano siempre espera políticas caritativas y benévolas de los presidentes norteamericanos?
Si los presidentes mexicanos hablan de una gran nación, de una economía en desarrollo, de las riquezas nacionales, del potencial económico mexicano, para no ir tan lejos, Presidencia de la República publicó el documento “Las fortalezas de México para el mundo 2017”: este documento menciona que México es el principal motor económico de América Latina, que la inversión extranjera directa es de 127 mil millones de dólares, y que habrá más gracias a los contratos de exploración y extracción de hidrocarburos, México es el primer …

Cuentos infantiles ilustrados: Un trompo de aire (Regalo de año nuevo)

Cuentos infantiles ilustrados:

Un trompo de aire

De: Jéssica de la Portilla Montaño.

En exclusiva para AntologArte, Literatura Infantil y Juvenil.

Ilustración: abtuno.

TodoMePasa.com


–¿Alguien sabe qué es un huracán? –¡Un trompo de aire que sirve para volar! Varias niñas rieron. Otras, abuchearon. Mariela se recostó en su pupitre con la esperanza de que nadie la viera. –¿Quién dijo esa tontería? –Ash. –La alumna más odiosa se puso de pie para señalar a la culpable. –¡Quién más iba a ser, Miss! [caption id=\"attachment_1048\" align=\"aligncenter\" width=\"768\"]\"Cuentos Cuentos infantiles ilustrados: Un trompo de aire, Jéssica de la Portilla Montaño (México).[/caption] En el carro, la mamá ojeó el reporte. –“Imaginación excesiva, alejamiento de la realidad, se solicita evaluación psicológica”… ¡Ay, niña! Te he dicho mil veces que la magia no existe. ¿No entiendes? –¿Y las sirenas, mamá? ¿Y las haditas? –¡Que no existen, niña! Ya deja de leer tonterías y mejor ponte a estudiar. Mariela cerró con seguro la puerta de su habitación. Guardaba el cuaderno azul en un cofre bajo la cama. En una hoja blanca esparció pétalos de tulipán antes de escribir con zumo de limón: \"Cuentos “Estoy en el salón de clase. De pronto, un trompo de aire del tamaño de un gato atraviesa la ventana y atrapa a mis compañeras. Se van volando hasta… ¡Cancún! ¡Sí! ¡Hasta Cancún!”. –Qué raro… Vamos a esperar a que lleguen, ¿no? –¡Sí, Miss! –Bueno. Ponte a leer lo que quieras mientras califico exámenes. –¡Sí, Miss! La niña abrió su mochila para tomar el libro de Hans Christian Andersen. [caption id=\"attachment_1047\" align=\"aligncenter\" width=\"768\"]\"Cuentos Cuentos infantiles ilustrados: Un trompo de aire, Jéssica de la Portilla Montaño (México).[/caption] Dos horas más tarde, el Director del colegio entró al salón. –Carmina… ¿Carmina? ¡Despierta! La profesora abrió los ojos de golpe. Mariela se aguantaba la risa. –Te hablan por teléfono. De larga distancia. ¡Dicen que son tus alumnas!
 

\"Convocatoria

Jéssica de la Portilla Montaño es la cuarta participante y coordinadora de AntologArte, Literatura Infantil y Juvenil. Desde 2007 escribe en TodoMePasa.com, y desde 2015 es mamá de Aranza. \”Un trompo de aire\” es uno de sus cuentos infantiles ilustrados por abtuno.

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Feliz año nuevo 2017 – TodoMePasa cumple 10 años en línea

Feliz año nuevo 2017 – TodoMePasa cumple 10 años en línea   Ayer quería cerrar el año 2016 con un post para agradecer a quienes siguen visitando este sitio… Pero había que hacer compras de último momento para la cena, hacerme guaje \”cuidando\” a Arancita mientras la bisabuela Lupe y la abuela Blanca ayudaban al chef Héctor, en fin: debía decidir entre escribir, así fuera algo breve, o convivir con mi familia.

Tal cual lo dijo mi madre: escribes mañana (o sea, hoy) para arrancar este feliz año nuevo 2017. ¿Por qué no?

  Si la vida no es más que una sucesión de decisiones (no sé si es una frase célebre o acabo de inventar una cita citable), he tomado algunas tan pero tan malas que a fin de cuentas terminaron siendo parte de una cadena de buena suerte. Alguien allá arriba nos ha cuidado, no puedo negarlo luego de la ola de inseguridad que ataca la ciudad de León Guanajuato desde que se fue la célebre Bárbara Botello.

Alguien allá arriba es culpable de que yo esté con las cuatro mejores personas del universo (Lupita, Blanca, Héctor, Aranza) compartiendo una vez más una magnífica cena de Feliz Año Nuevo 2017.

[caption id=\"attachment_1054\" align=\"aligncenter\" width=\"960\"]\"Feliz Feliz año nuevo 2017 de parte de la mejor familia que una escritora podría tener.[/caption] Esperemos que así siga siendo durante al menos otros veinte años, en que podamos presumir de la bisabuela más longeva de México, de la abuela más amorosa, del esposo más laborioso y de la hija más sonriente. Cuando comencé a escribir no lo hacía por gusto ni por deber sino por simple necesidad. Debía desahogarme con \”alguien\” cuando pensaba que no existía un ser en el mundo que me comprendiera. Por ahí tengo guardados esos cientos de poemas y de entradas de diario, listos para ser publicados en este blog o destruidos antes de que nadie tenga oportunidad de leerlos. Escribía a mano hasta que me dolían los dedos, y luego en el teclado hasta que acabé con mis muñecas. Hoy día escribo porque quiero, cuando quiero, sin esperar siquiera el ser leída. Escribo, y ya. Y si tengo algo mejor que hacer, no lo hago. Le decía a mi colega Héctor Anselmo que prefiero pasar tiempo con mi familia que escribir sobre alguna familia, real o no, incluyendo la mía. [caption id=\"attachment_1055\" align=\"aligncenter\" width=\"960\"]\"Feliz Feliz año nuevo 2017 de parte de la mejor familia que una escritora podría tener.[/caption] Comienzo el feliz año nuevo 2017 trabajando, contenta, luchando contra mí misma y contra ciertas ideas que me atormentan de tanto en tanto. Comienzo con mi familia, la única que tengo, la que me ama sin más condición y que sin duda daría su vida a cambio de la mía. La única familia que aparecerá en mi biografía oficial. A esta familia le debo todo: existencia, salud, alimentos, educación, juguetes, arte… Comienzo pensando en los que se fueron, en quienes llegaron a señalar mis vacíos y que intentaron sin éxito rellenar ciertos abismos. De niña leía y volvía a leer Mujercitas, de Louisa May Alcott, la novela sobre cuatro hermanas que crecieron juntas desde bebés y son felices a pesar de la pobreza en que viven con su madre, y de que el padre está lejos en la guerra de la que en algún momento regresa… Linda, ficticia e infantil historia. De las cuatro, definitivamente yo habría sido Amy. Un día que me puse a leer en vez de barrer la casa, mi abuela fue y tiró a la basura mi libro. Ahora comprendo por qué. Y, además, le agradezco. Comienzo agradecida y dispuesta a bajarle de voltaje a mi intensidad natural, a no añorar lo que no fue mío, a no mendigar dinero o cariño que debió pertenecerme por derecho divino. No me queda más que darle a mi hija lo que yo no haya tenido, porque Aranza es hermosa por el simple hecho de existir, de ser un bebé que se merece todo el amor infinito del universo. Si alguien es incapaz de sentir amor hacia otra persona, qué feo, no queda más que sentir lástima por ese desdichado ser. Decía mi maestro Guillermo Vega Zaragoza que la mejor forma de no amargarse uno solo es no estar al pendiente de lo que hacen los demás, y eso no aplica sólo para la escritura sino para todas las relaciones humanas en general. [caption id=\"attachment_1053\" align=\"aligncenter\" width=\"960\"]\"Feliz Feliz año nuevo 2017 de parte de la mejor familia que una escritora podría tener.[/caption] Yo aquí seguiré, como siempre. Para quien me quiera, y para quien no. Este junio TodoMePasa cumple ya diez años, y me siento satisfecha con lo mucho o poco que he logrado, no como escritora sino como mujer sobreviviente. Soy lo que soy, bueno o malo, gracias a quienes me han apoyado, a quienes se atrevieron a compartir su valioso tiempo conmigo, a quienes han aprendido a torear mis demonios. No me queda más que agradecer a quien sea que me haya abandonado en este \”infierno\”, a quienes fueron lo suficientemente egoístas para pensar sólo en salvarse a sí mismos… Gracias, de verdad, de todo corazón, porque ahora aprecio más el fuego que me forjó. Y pues a darle, porque nos espera un año del gallo repleto de cosas más importantes, como el giro que dará la historia mundial cuando Donald Trump se siente en la Oficina Oval de la Casa Blanca (la Casa Blanca de a de veras).]]>

Barra de Navidad, Jalisco, en Navidad con mi familia

Barra de Navidad

Barra de Navidad, Jalisco, en Navidad con mi familia

Barra de Navidad, Jalisco, México: excelente lugar para pasar la Navidad con tu familia.
Teníamos tiempo sin hacer un viaje familiar porque, como bien lo dice el nombre de esta página, siempre siempre nos pasa algo. Pero luego de pasar una vida completa yendo con mi mamá y mi abuela a la playa cada año, a pesar de no tener familiares ni amigos que nos recibieran de gorra en Acapulco o Melaque o Florida o Malibú, lugares que juntas hemos conocido, decidí que ya era hora de que Aranza visitara el mar. No la quise llevar antes de que caminara porque pobrecita: qué tal si dejo olvidada bajo el sol, cual North West Kardashian, y ella tostándose hasta adquirir el color de sus prietos padres.
El show comenzó gracias a Pemex, Peña Nieto y su ”reforma energética”: no hubo gasolina en Guanajuato justo en la semana previa a las Navidades. Por eso fue que tuvimos que viajar en autobús, ni modo (si no había gasolina para mi Mustang, mucho menos para el Boeing que no tiene ni Obama), y aventarnos unos trasbordos de fábula porque ya no había lugares disponibles: de León a Guadalajara, a Manzanillo, a Melaque y a Barra de Navidad. O algo por el estilo. Porque, sí: mi mamá quería pasar la Navidad en Barra de Navidad, Jalisco, y pues hasta allá fuimos.
Llegamos al Hotel Cabo Blanco, donde nos atendieron de lujo y comimos como cerdos cuando se les cae la manzanita de la boca.
El show siguió cuando a mi hija se le ocurrió caerse de la cama a las 4 de la mañana (¿ven que los bebés dan vueltas cuando duermen?). A esa hora no había nada que hacer, así que a las 8 la llevamos al Centro de Salud que gracias a Dios estaba a sólo cinco cuadras del hotel.
Nota mental para viajar con niños: hospedarse cerca de un hospital. Saldo: tres puntadas en la frente. Casi justo donde yo tengo una cicatriz que me hice como a los tres años de edad y que ni recuerdo. Jarabe de naproxeno y paracetamol, lo bueno es que a Arancita le encantan los medicamentos.
Un trato excelente en la Clínica de Salud de Barra de Navidad (no estoy segura de si era del Seguro Popular): nos pasaron de inmediato, esperamos como cero minutos y ya estaba mi hija siendo envuelta en sábanas cual falsa oruga para poder coserla mientras yo estaba llore y llore. Supongo que son cosas que los padres tendremos que enfrentar de vez en vez.
La Nochebuena la pasamos en la cena-bufete del hotel. Una delicia. Juro que me serví al menos tres tazones de crema de nuez.
Como la playa cerca del hotel no es muy apta para nadar con niños, fuimos a conocer el Malecón de Barra de Navidad. Parecía alberca. Hasta mi abuela Lupe, con sus 85 años y sin haber llevado traje de baño, se metió a nadar. O más bien a que yo la jaloneara de un lado al otro.
El autobús de regreso a León salía de Melaque, así que una noche antes nos trasladamos para dormir ahí. Cero tiempo de conocer. Fuimos rápido a la playa a admirar el atardecer. Nos quedamos en un bungalow de un hotelito recién remodelado. Mi primera o segunda vez al mar fue precisamente a Melaque, y el hotel donde entonces me hospedé con mi mamá se cayó por un megatemblor que, nos contaba el taxista que nos condujo desde Barra de Navidad (traslado: 70 pesos, menos de 10 minutos), tiró casi todas las casas y abrió la tierra por la que se filtraba el agua. Llegamos a la conclusión de que Melaque es más tipo Acapulco, pero sin delincuentes y con turismo nacional. En Barra de Navidad había un montón de extranjeros, muchos de ellos residentes; soldados del Ejército y marinos vigilando el movimiento. Uno que va a Jalisco con terror de que te secuestren y no, nada que ver, tranquilidad por todas partes, al menos en Barra de Navidad. En Melaque no vimos soldados ni policías ni marinos, pero igual no paseamos gran cosa, estábamos agotados. Ya regresaremos, ahora que haya gasolina y más días para salir con mi familia. Un viaje apresurado para librarnos un rato del estrés. Sin contar la maldita cicatriz en la otrora virgen frente de Arancita, el saldo es: la pasamos bien. Bastante bien. Un excelente lugar para pasear dentro de tu propio país.

Santa Claus, San Nicolás, el Niño Dios… Gracias por las bendiciones

Santa Claus, San Nicolás, el Niño Dios… No sé quién sea el que me ha visitado cada Navidad desde que era pequeña, pero quiero agradecerle porque él y los Santos Reyes Magos fueron tan generosos conmigo, lo siguen siendo, no sólo por la cantidad de juguetes que tuve sino porque en general me trajeron casi siempre lo que les pedí, así fuera la versión austera del Juego de Química Mi Alegría que usé una vez y abandoné, como abandono todo, porque no me salió el primer experimento (hacer cristales… favor de no confundir con Breaking Bad), o el Bebé Nenuco que hacía babitas y tenía una mamila como único accesorio. También recuerdo el GiraPintando, los Fluffits para adornar la ropa y que se inflaban al plancharlos, y cómo no, el cochinito Hamton de los Tiny Toons que apareció bajo el árbol de escarcha plateada y que fue conmigo desde a Acapulco hasta a Las Vegas porque jamás lo solté, aunque desapareció misteriosamente como mi Nintendo NES y la mayoría de mis imágenes y textos digitales. En una ocasión mi mamá me castigó regalándole mi Hamton a mi primito Yared, y como me enojé con él poco después me lo regresó para que no dejara de quererlo. Y cómo olvidar los patines de una y dos líneas y la vez que no encontraba mi regalo hasta que me preguntaron si ya había buscado en la recámara de mi abuela: ahí estaba una enorme, flamante y nueva bicicleta con que me destrocé las rodillas desde el primer día que me llevaron al parque y mi mamá me enseñó a andar en ella. Tenía tanto miedo de caer porque soy de naturaleza torpe y siempre me pego, me corto, me daño, pero mi mamá estuvo conmigo hasta que hallé el equilibrio para controlar al monstruo y poder avanzar yo solita.

Santa Claus, San Nicolás, el Niño Dios y mi mamá me ayudaron. En casa de una madre sola nunca jamás hizo falta nada, ni siquiera unos carísimos brackets que con el alma detesté.

Recuerdo con especial cariño dos Navidades: una en Maeva, Manzanillo, con la que comencé a escribir mi querido diario, y la famosa Nochebuena en Florida, si mal no recuerdo en Orlando, la vez que cenamos sándwiches con ingredientes que compramos en una farmacia porque todo todo todo estaba cerrado.

Esta es la segunda Navidad de mi hija Jéssica Aranza. El año pasado Santa Claus (o San Nicolás, o el Niño Dios) dejó en casa de mi mamá un precioso elefante musical de Fisher-Price para que Aranza aprendiera a caminar.

Y este año que mi mamá y mi abuela vinieron a celebrar el cumpleaños de Héctor, se trajeron cargando desde la Ciudad de México un triciclo (por ahora carreola, porque Arancita aún no alcanza los pedales) de Hello Kitty marca Prinsel, ya armado, que yo con trabajos logro sacar sola a la calle. Sólo una abuela como mi madre es capaz de hacer algo así. [caption id=\"attachment_993\" align=\"aligncenter\" width=\"716\"]\"Santa Santa Claus, San Nicolás, el Niño Dios… dejaron en la casa de la abuela en la Ciudad de México una carreola triciclo Prinsel de Hello Kitty para mi princesa Aranza.[/caption] Es increíble ver cuánto ha crecido mi bebé. A unos días de que Donald Trump llegue a la Casa Blanca y a medio año de que Agustín Carstens abandone el Banco de México a su suerte, estoy considerando seriamente la posibilidad de que Aranza también sea hija única, para que tenga las mejores oportunidades en medio de la crisis mundial que Paul Krugman, Nicholas Kristof, Thomas L. Friedman, Sergio Sarmiento, Jorge Zepeda Patterson y otros conocedores del tema anuncian y que en México ya estamos viendo con el aumento de precios y escasez de gasolinas. Amor no le ha de faltar, así como a mí no me faltó el cariño de mi abuela que me llevaba a todas partes, de mi mamá que trabajaba como diez horas diarias, de mi tío Chucho (en paz descanse) que me regalaba artesanías que él hacía, de mi tía Teresa que me obligaba a comer sopa de cebolla (chiste local) y mi tío Miguel que fue un padre para mí, de mis primos hermanos Omar, Iram y Yared, y el de todos los Montalvo que me adoptaron como una más de ellos, el de mi Ana Madrina y mis primas Paola, Mariana, Aracely  y Verónica. Y el de muchas otras personas de mi familia materna con quienes ya no tenemos contacto: mi tía la Negra y su casa de ensueño, mi tía Silvia siempre risueña, mi tío Jaime “el Roc Carol”… [caption id=\"attachment_994\" align=\"aligncenter\" width=\"716\"]\"Santa Santa Claus tiene su origen en San Nicolás, santo patrono de Turquía de todos los niños y de los niños enfermos. Cuida a mi hija de toda envidia y maldad.[/caption] Cada que veo a mi hija con su cabello chino que no deja que le peinen y su sonrisota de dientitos separados, vestida con ropa navideña de Santa Claus o del Monstruo Comegalletas, me parece increíble que haya personas que golpean, violan, abusan sexualmente o asesinan a sus propios niños (o a los ajenos), cuando lo “mejor” que podrían hacer por ellos y por sí mismos es simplemente abandonarlos con sus madres o en la calle o un orfanato o cortarse los dedos antes que tocarlos para hacerles un daño. Ya no hablemos de quienes impunemente roban, secuestran, torturan, mutilan, cometen negligencia médica, lanzan bombas en escuelas, queman guarderías, hacen explotar hospitales, reclutan infantes como guerrilleros o sicarios, y un larguísimo etcétera. Gracias a mi hija, a quien amé mucho antes de concebirla y que vivió en mí durante nueve meses, hoy comprendo el gran amor que siempre me ha tenido mi mamá, mismo que sigue demostrando ahora a través del amor que le da a diario a mi hija desde el otro lado de una lejana webcam. Y cuando veo a Héctor jugar con Arancita, arrullarla, hacerle cosquillas, ponerle su árbol de Navidad, me queda en claro que debo seguir luchando para no repetir historias nefastas, como la de John Lennon y su ausente Alfred. Espero ser tan fuerte como mi madre, una \”perfecta cabrona\” según el libro de Elizabeth Hilts, para poder darle siempre lo mejor a mi hija: educación privada de calidad, viajes, cada año vacaciones en la playa, conocer el extranjero, juguetes… Y sobre todo apoyarla como yo fui apoyada a pesar de mis malas decisiones, en general hice lo que quise y es una fortuna que los errores laborales, escolares y amorosos me hayan llevado a donde me encuentro hoy: como cabeza de una hermosa familia, super exclusiva que sólo se compone del diario de tres personas (mi esposo, mi hija, y yo), y de una familia de cinco personas donde la abuela y la bisabuela materna tienen todo el derecho del universo, más que ganado por amor y por lo que me proveyeron durante mas de treinta años, de disfrutar de mi única niña. Nadie más que ellas tiene ese derecho. [caption id=\"attachment_995\" align=\"aligncenter\" width=\"716\"]\"Santa Santa Claus, una tradición familiar de la Ciudad de México donde los niños reciben regalos según si se portaron bien… y según la economía familiar.[/caption] Sólo ha habido una persona que no son de mi familia que han estado conmigo: la amiga que conozco desde niña. Sigue aquí, distante pero presente, aunque llevemos años sin vernos, aunque pasemos meses sin escribirnos y aunque no lea mis textos. A todos quienes compartieron un segundo de su existencia conmigo para hacerme feliz, aunque fuera de forma muy breve y aunque no los recuerde porque yo era pequeña, deseo agradecerles por haber sido un nombre en mi diario o una entrada de blog que terminó en la papelera. Los quise, aunque yo no haya demostrado importancia o se hayan ido pensando que no los valoré, porque para ustedes era mejor así.

De vez en cuando pensaré en ustedes, y puede que hasta les dedique un cuento en el que Santa Claus, San Nicolás o el Niño Dios nos reúna dentro de muchos años en el cielo, si es que existe.

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Cuento de Navidad – Manuel Arduino Pavón (Regalo navideño)

Cuento de Navidad

Texto: Manuel Arduino Pavón

Diseño: Eréndira

  Brilló la estrella en el cielo. Los pastores cayeron al suelo asombrados. El carpintero corrió hacia el establo, espantado. Los tres visitantes desconocidos rieron de felicidad. La esposa del carpintero tuvo dolores de parto. A medianoche nació. La llamaron María, como la madre. Uno de sus hermanos la tuvo en brazos. -María -le dijo- yo conozco tu secreto. Tú naciste para que naciéramos todos, para que naciera yo. Los tres visitantes desconocidos le regalaron tres presentes venerables. Miraron a las dos Marías con dulzura y celebraron la sabiduría del cielo. El africano acarició la cabecita de la pequeña y le dijo:

-A pesar de los hombres de tu tiempo, de sus creencias y prejuicios, tú naciste para que naciera el Señor en nuestro interior.

Porque para que advenga el alto fruto en la corona del árbol de la vida, es preciso que primero nazca la flor del corazón. [caption id=\"attachment_989\" align=\"aligncenter\" width=\"875\"]\"Cuento Cuento de Navidad Manuel Arduino Pavón[/caption] Manuel Arduino Pavón (Montevideo, 1955). Estudió Literatura y Teosofía en la Universidad de Montevideo. Actualmente Radica en Buenos Aires. Ha publicado Diario de un refugiado, Conjuntos y conjuros, Ave Celdario, La curvatura del espacio, Abreviario, La Vía Dorada, Ostracismo, derrumbe y sed; Deseo y Quebranto, 200 Palestinas para un músculo, El libro de las ruinas azules, La iniciación en el sendero del escarabajo, Monstruos, y Casas tomadas, aves migrantes. Con TodoMePasa Ediciones publicó Camaleones, con ilustración de portada de Jessie Morales y diseño de portada de Jéssica de la Portilla Montaño. Colaboró en el proyecto AntologArte con cuento de corte infantil \”Las monedas dobladas\”, ilustradas por el escritor y diseñador mexicano Abtuno.

\”Cuento de Navidad\” fue una colaboración con la diseñadora mexicana Eréndira para celebrar con nuestros lectores fieles (y con los no tan fieles) estas fechas navideñas.

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Navidades, Inc. – Liberto Guerrero (Nueva voz en TMP)

Navidades, Inc.

Texto: Liberto Guerrero

Imagen: Vida M. Sánchez

  Por fin lo vi cambiar su ridículo traje de terciopelo rojo, fue a Sears y compró de contado una camisa a cuadros y un par de jeans deslavados de corte slim fit, se calzó sus nuevas botas de gamuza todoterreno, se peinó la barba y el bigote, se tiñó el cabello; se nota que tiene un asesor de imagen nuevo que lo transformó de anciano bueno a emprendedor maduro, centrado, pero todavía hogareño. Mató a Rodolfo, donó cada kilo, cada hueso, toda su carnita y su nariz, todo lo mandó a San Luis, para el festejo de los quince años de Rubí. Ahora conduce un Honda híbrido color negro. Se dio cuenta de lo estúpido y arriesgado que resultaba entrar por las chimeneas, por lo que este año abrió su portal tipo Amazon, que se ha sabido posicionar entre los más importantes de la red. Con la economía como está ya no puede darse el lujo de regalar, pero da los presentes a buen precio, y, quienes le dan un like a su página de Facebook reciben cupones de descuento. Su industria es global, mas no por ello omite su responsabilidad social, como lo hacen muchas otras. Emplea lo mismo a un anciano que a una madre soltera o a un estudiante o a un discapacitado; mientras cumplan con su trabajo a él le da igual. Los regalos, por supuesto, ya no aparecen bajo el árbol, ahora la entrega se hace vía FedEx, tomando de diez a quince días hábiles en llegar. La gran ventaja de esto es que, señoras y señores, ¡ya hay devoluciones! Tiene convenios con las más importantes mercerías y a Coca-Cola ya dejó de pagarle regalías por usar sus colores. Enhorabuena. Ahora Levi’s, Timberland y Lumberjack lo patrocinan. Este es el Santa Claus en el que yo creo. [caption id=\"attachment_982\" align=\"aligncenter\" width=\"1024\"]\""Navidades, \”Navidades, Inc.\”. Cuento navideño de Liberto Guerrero para TodoMePasa.[/caption]

Liberto Guerrero escribe el blog Anatomía Incorpórea. Su cuento \”Navidades, Inc.\” es su regreso estelar a TodoMePasa.

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El Justiciero: matar en legítima defensa

El Justiciero

El Justiciero: matar en legítima defensa en México.

Héctor Juárez Lorencilla.

Han captado la imagen de “El Justiciero”, el Llanero Solitario de los autobuses y taquerías. El Zorro de las autopistas. La verdad, la mayoría de ciudadanos festejan las invictas de esta persona calva, que especulan que es guarura.
Las autoridades, con ánimo legal, invocan el Estado de Derecho. Que nadie debe hacerse justicia por su propia mano, que no son los tiempos de la ley del talión. Que la justicia retributiva es cosa del pasado.
Otros sectores, hípermoralistas, expresan que nadie tiene derecho de privar de la vida por cualquier circunstancia. Y los medios hacen su nota del día, exagerada, exhaustiva y como si fuera un rompecabezas. Buscan, indagan, preguntan. Quieren saber cuál es la siguiente imagen para conocer la identidad del justiciero.
El biopoder, concepto acuñado por Michel Foucault, la práctica de los estados modernos, CONTROL de la población a través de todas las formas posibles. Económicas, políticas, policiales, comunicativas, credos, etc.
La sociedad mexicana está harta de engaños, de injusticias, de hambre, de enfermedad y de pobreza. El Presidente y su séquito de intelectualoides hablan de México como una gran nación, 70 millones de pobres no la ven así.

El antihéroe hace su aparición y lo llaman El Justiciero, ¡cuidado!

Ya son muchos los casos donde se hace justicia por  su propia mano, la cortina de la institucionalidad se desgarra a pasos agigantados.
Gobernadores corruptos cobijados por el poder y olvidados por el poder, la cúpula del poder mueve hilos y ya nadie está seguro cuando se amenaza la estabilidad.
¿Qué se cocina en estos momentos? Gasolinazos, devaluación, recorte presupuestal, alza de precios, ingredientes todos para que aparezcan más antihéroes. Señoras que golpean con cacerolas a su agresor, habitantes que amarran a los raterillos en postes dejándolos golpeados. Señoras que defienden sus pertenencias en vía pública dejando a sus agresores en graves condiciones.
Asaltantes, violadores, rateros, defraudadores se arriesgan a ser agarrados y ser linchados, juzgados ipso facto, y recibir penas corporales.
Byung-Chul Han el filósofo, escritor favorito del viejo continente, aporta una serie de metáforas en su libro “La Sociedad del Cansancio” para la sociedad postmoderna, neoliberal,  globalizada, ultraoccidental…

Pero en México nuestra metáfora del siglo XXI es:

“Estamos hasta la madre de tantas chingaderas”.
Presidente de telenovela, encopetado y su princesa de comedia, una guerra sin fin entre la policía / ejército. Maniatados por el Estado de Derecho, sin estrategia ante el criminal.
Un campo abandonado con baja producción agrícola, México no es autosuficiente en  alimentos. Inseguridad cotidiana, los criminales roban los pocos pesos del obrero, del trabajador, del campesino. No se atreven a robar a la gente de dinero, esos tienen guaruras, seguridad, armas y amigos en la Judicial.
La catástrofe la sufre la gente pobre, los antihéroes son entonces bien vistos, y hay una tendencia a la imitación. El México bronco es un mito, el México de la Vindicta es una realidad. Basta que alguien se atreva a poner alto a la corrupción gubernamental para que el efecto dominó se mueva: vean lo que ocurrió en la primavera árabe.