A mis mamis, en su día

A MIS MAMIS, EN SU DÍA

Publicado el viernes 10 de mayo de 2013 en El Heraldo del Bajío.

Cada tres de octubre (no se olvida) escribo sobre las múltiples cualidades de mi señora mamá. Mis lectores de antaño ya se las saben de memoria: llevo siglos agradeciéndole por ser mi madre, por haber sido también mi papá, porque hoy es algo así como mi mejor amiga, mi confidente y mi consejera; siempre fue mi motor principal y la persona más importante de nuestra pequeña familia. Lo mucho o lo poco que he sido se lo debo a ella, a su esfuerzo y honestidad.
De igual forma, mi mami le debe todo a mi señora abuela. El doce de diciembre hablo de Guadalupe, mi segunda madre, por su santo. El dieciséis le toca otra ronda de metafóricas flores por ser su cumpleaños. Mis lectores también saben de memoria que mi abuela es la mujer más fuerte que existe, que a sus casi ochenta años no se dio por vencida cuando por error le diagnosticaron un cáncer que por fortuna no pasó de Esófago de Barrett (precáncer), que renunció a su irrenunciable café y a su irrenunciable Coca-Cola diaria por órdenes de doctor, y que incluso se sometió al tratamiento experimental de ligación de esófago que culminó en “milagro médico”: una mujer de su edad que generó tejido nuevo y sano.
Hoy, diez de mayo de dos mil trece, me toca elogiar incansablemente a las dos: a Blanca Mamita, su nuevo apodo, y a Doña Lupe, como todo el mundo le dice.
De Blanca Montaño he dicho infinidad de cosas. En la “fase difícil” de mi vida, casi todas mis frases sobre ella eran reproches soeces (no me quiere, no me comprende, es muy dura conmigo, bla bla blaaa). Durante años me sentí la peor hija del mundo, creía ser la única loca que juraba tener “a la peor madre del universo”. Sí: tal vez ella fue estricta, pero la verdad es que yo era muuuy “rara”, por decir lo menos.
Sobre mi abuela… Qué más puedo decir excepto que espero tenerla conmigo muuuchos años más para que no sólo cargue Hectoritos y Jessiquitas en sus brazos: también tendrá que cambiarles pañales y preparar sus papillas porque ya prometió venirse a León por lo menos un año ahora que nazcan mis hijos (nomás tengo que encargarlos primero… ¿los pido de un catálogo, o cómo?).
Y, aprovechando las favorables conjunciones planetarias de los últimos siglos, deseo también dedicar algunas palabras a mi Ana Madrina, Ana María Aguilera Sánchez, y a la hermana de mi mamá: María Teresa Montaño Romo, señora de Montalvo.
Doña Ana Madrina ha sido la mejor amiga de mi mamá desde que yo me acuerdo. Su amistad ha sobrevivido a las malas y a las peores, a los chismes e incluso a las malas intenciones de dos o tres personitas que por motivos egoístas intentaron separarlas. Mi mamá quiere a mis primas Paola y Mariana como si fueran mis hermanas. La chamba y la distancia no les permite verse más seguido, pero antes era cosa de hacer maletas y agarrar un jet supersónico para salir de Coyoacán cada fin de semana con rumbo a Naucalpan, Estado de México.
Pasé la mitad de mi infancia y adolescencia en casa de mi Ana Madrina. La otra mitad la pasé con mi tía Tere y mis primos hermanos. La única vez que comí una sopa de cebolla fue en casa de mi tía, y eso porque enfrente estaba mi tío Miguel y no sé quién de los dos me daba más miedo porque eran muy estrictos, jaja. Comencé a comer la sopa pensando que era arroz aguado, y luego que saboreé la horrible verdad pues no me quedó de otra. Cuando terminé el cuenco con mi cara de guácala, mi tía preguntó que qué me pasaba y soltó la carcajada cuando dije que si algo detestaba era precisamente ese apestoso bulbo.
Y, sí: mi tía me daba pavor porque era “supermala” con mis primos hermanos. Yo, siendo una niña mensa y babosa, sólo veía los regaños y la ocasional nalgada, y no las delicias culinarias y las increíbles manualidades que preparaba. Teniendo tres niños y un esposo en casa, mi tía se aventaba solita tres o cuatro guisados distintos en menos de media hora, toda una experta en la cocina que hoy está orgullosa de sus hijos los Chef Montalvo (allá en Glendale, California, no hay eñe, así que son los Montalvo-Montano).
Muchos de nosotros sólo recordamos las cosas malas de nuestros padres. Damos por hecho que era su obligación cuidarnos nomás porque fuimos sus hijos, cuando hay tantos que dan a su carne y a su sangre en adopción o de plano se deshacen de los problemitas de formas menos legales. Tampoco les agradecemos el habernos traído a este “horrible y asqueroso mundo”, cuando hay taaantas personas que no se tocan el corazón a la hora de interrumpir un embarazo. Cada mujer tiene derecho a hacer lo que le venga en gana con su cuerpo, okey, y también pueden aducir que un feto (o “conglomerado de células”) no tiene alma sino hasta que nace y respira… Pero, en lo que a mí respecta, le agradezco infinitamente a mi madre por haber tenido los pantalones de darme la vida. Nunca me he visto en la penosa necesidad de elegir si “lo tengo o no lo tengo”, y a estas alturas sé que estaré más que feliz si un año de éstos decido que ya es hora de que a mí me celebren también cada diez de mayo.
Muchos de nosotros sólo recordamos los golpes, los gritos, los regaños, los jalones de pelo. Pero es un hecho que es mejor que nos den un buen correctivo a tiempo, que lamentar después porque “no supieron encaminarnos” (como si nosotros no fuésemos responsables de nuestros errores). Más vale levantarle la canasta a un chavo perezoso que no siguió estudiando, a mantenerlo cuando tenga cincuenta años. Mejor dar un manotazo cuando el niño robe alguna chuchería sin importancia, que visitarlo en el tutelar de menores o de plano en la cárcel.
Y recomiendo hablar con ellos a tiempo sobre las aves y las abejas y explicarles que hay métodos anticonceptivos (ninguna religión debiera estar peleada con el sentido común). Hace unas semanas pasaron en el noticiario de Joaquín López-Dóriga un reportaje sobre la pobreza: una mujer con cuatro hijos y… ¡veinticuatro años!!!, que sacaba cien pesos recogiendo basura cuando bien le iba, y que si podía le compraba un vaso de leche a sus niños y un bolillo diario, mientras la pobrecita señora estaba perdiendo la dentadura por falta de nutrimentos. ¿Qué necesidad había de eso??? Cuando uno llega a la edad de la calentura (de que llega, llega), sale más barato comprar una cajita de condones que mantener a tooodos los hijos “que Dios nos mande”.
Ahora que trabajo con niños y adolescentes de todo tipo, desde el mejor portadito hasta el que ya debe ir con psicólogos aún estando en el kínder, veo que el noventa y nueve punto nueve por ciento de las madres no saben cómo tratar a sus hijos cuando éstos llegan “a la edad del mono”, incluso antes cuando se trata de escuinclitos pegalones o con síndrome desafiante. No sé si todas, pero sí la mayor parte de las mamás deben soportar que sus hijos enloquezcan sin saber qué hacer con ellos pues no quieren ser consideradas “la peor madre del universo”.
Lamento anunciarles que nooo se puede hacer gran cosa al respecto (mejor pregúntenle a mi esposo, quien es algo así como el “San Juditas Plis”, experto en causas desesperadas), sólo corregirlos aunque nos aborrezcan, y esperar a que los susodichos “maduren”, entre comillas porque el ser humano tiende a crecer y evolucionar durante toda su existencia (con excepción de los “forevers” tipo Alex Lora, que a su vez engendrarán “forevitos”, jajaja), y rogarle al santo de su devoción que los mencionados jovenzuelos agarren la onda y comprendan que, por regla general, todo lo que una madre hace lo hace pensando en el bienestar de su prole.
Aunque sea sólo por hoy, diez de mayo…
En vez de quejarnos porque mamá casi no pasó tiempo con nosotros, agradezcámosle si trabajó duro para que no nos faltara el alimento.
En vez de avergonzarnos si mamá decidió ser “una simple ama de casa”, valoremos si renunció a un gran trabajo o a ejercer o estudiar una carrera por disfrutar de nosotros.
¿Cuántas noches en vela pasó tu mamá porque te enfermaste? ¿Cuánta ropa, cuántas cremas no se compró para que tú tuvieras tu Nintendo, tu Playstation, tu primera computadora? ¿Lo has pensado? Hoy es diez de mayo, día de la madre, pero no es el único día del año que podemos abrazarla, besarla, decirle algo tan simple como un:
Gracias por ser mi mamá. Porque lo fuiste desde antes que yo naciera. Porque lo seguirás siendo aún el día que tú me faltes.
Muchas gracias a todas las mamás que me han leído durante estos nueves meses que hoy cumplo escribiendo en El Heraldo del Bajío. A todos los hijos que me leen: un abrazo a sus mamis de mi parte.

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Celebrando hoy mi segundo aniversario de bodas…

Esto se está complicando… ¡mejor ya me voy!!!
Publicado el viernes 3 de mayo de 2013 en El Heraldo del Bajío.

A días de celebrar mi segundo aniversario de bodas… Dejen les cuento la historia titulada:

“¡Ni se nota que vivo en un Rancho-Pueblo!”

Mi hoy esposo y yo habíamos decidido casarnos el sábado 7 de mayo de 2011 porque mi cumpleaños es el 17, y así no había excusa ni pretexto de que se le olvidó comprarme regalo, y además doble, ¿no?

Creo que desde febrero fuimos a una oficina del Registro Civil a pedir informes: nos dieron un papel con los requisitos y la señorita, muy amable, nos dijo que si llegas hoy con tus documentos te casan mañana mismo, así sea en sus oficinas o a domicilio.

Mi abuelita fue a tramitarme un “acta de soltería” pues el Gobierno del DF debe certificar que una no se ha casado desde los 14 años de edad (ja jaja). Vacaciones de Semana Santa por allá, mi mamá fue la madrina de vestido (¡gracias!) y planear el chow. De regreso a mi entonces nuevo hogar, fuimos al médico por los exámenes prenupcionales que no debían tener más de quince días de expedidos y ya, ése era el único documento que nos faltaba para ir el miércoles 4 de mayo a otra oficina del Registro Civil, donde nos salieron con que…

ta ta ta taaan…

…que el papelito que nos dieron en la primera oficina estaba desactualizado y que para casarnos ahí mismo no había problema, pero que para boda a domicilio había lista de espera de nada menos que un mes.

¿QUE QUEEÉ???

¡ÓIGAME: NOOO!

Lo bueno que mi esposo es abogado: luego de mentarle dos tres veces la eme al Señor Burócrata, apartamos la fecha para casarnos dos días después, viernes 6 de mayo de 2011, nada menos que a las 8:45 de la mañana. Ahí me tienen marcándole a mi señora madre que casi me cuelga y que qué iba a hacer con sus amigas invitadas y bla bla bla, pos so sorry: o me caso en dos días o hasta dentro de un mes, y eso si todavía convenzo al prospecto de novio porque ya ven cómo son estos hombres…

Mi mamá y mi abuela llegaron acá el viernes a las 5 de la mañana, y en lo que mi esposo pasaba por ellas yo comencé la gratísima tarea de alaciarme el cabello (claaásica tortura de las ocasiones especiales). Aunque mi hoy señor no quería que me pusiera el vestido para ir al Registro, a mí por supuesto me valió un soberano y ahí andaba feliz y brincoteando y arrastrando mi vestidote blanco.

Algo azul: las sombras de los ojos.

Lo viejo: mis zapatos Ted Kenton que compré para la graduación de Sogem y que en total he usado como tres veces máximo.

Llegamos a la oficina del Registro Civil que está por Boulevard Delta. Aún no abrían, ¡demonios! Le pasamos lista a los testigos, ¡y uno había olvidado su IFE!!! Pues ya, se van mi marido y él hechos la raya a buscar la credencial (que a fin de cuentas no fue necesaria… les digo, les digo), y yo por mientras sentadita afuera del Registro con mi cara de “a ver si no me dejan como novia de Rancho-Pueblo: vestida y alborotada”.

Abren la oficina, nos mandan llamar y yo emmmh, ¡‘orita viene mi prometido!, ¡yo le juro que a’i viene!, ¡ay de él si no aparece, de veras que ni mi abuela lo salva!

Ya llegaron los ausentes, corroboramos los datos del acta, posamos para la fotógrafa (por ley de Murphy, mi Nikon nueva se descompuso días antes) y que firma aquí firma acá, tu huella digital y demás.

Nos pasaron a una sala privada, el juez preguntó si estábamos ahí por nuestra propia voluntad (…¡más o menos!, pensó el novio) y nos leyó “la cartilla”, que según mi mamá NO fue la famosa Epístola de Melchor Ocampo pero ah, qué bonito texto, no pude evitar una que otra lagrimita de emoción. Finalmente el juez nos declaró marido y mujer, señor y señora de Juárez. Besos y abrazos y felicitaciones y más fotografías que se quedaron en la PC que sigue descompuesta, buah.

De ahí a desayunar unos ricos chilaquiles y platicar un rato con Anggye Trejo, una de mis testigos (¡gracias!). ¡Y ya! Yo feliz y presumiéndome como recién casada.

El día siguiente, sábado 7, según no iba a haber recepción… Pero llegó una amiga de mi mami desde el DF (Gina y familia, saludos) y pues va, unas llamadas y de pronto teníamos en casa a algunos alumnos de la prepa de San Pancho que Héctor dirigía hace dos años. ¡Regalos! Llegaron los amigos profesores, uno que otro vecino colado, y que se arma el huateque…

…pero ésa, chicos y chicas TodoLesPasa, ésa ya es otra historia.

Así estuvo mi boda “en pocas palabras”. Y luego de tanto rollo, lo he pensado muy bien y por lo pronto decidí que…

¡NOOO VUELVO A CASARMEEE!!!

Feria Nacional del Libro de León, FENAL 2013

Ayer fue la inauguración de la XXIV Feria Nacional del Libro de León, FENAL 2013. 
Tuvimos el placer de escuchar a la Estudiantina de la Universidad Autónoma de Querétaro. 
Mientras, mis alumnos trabajaron en el taller \”Yo tengo un libro de cartón\”. 
En la ceremonia inaugural escuchamos a Javier Sicilia y a la presidente Bárbara Botello, quien hizo felices a mis alumnos cuando los saludó. 
En la mesa también creo que estaba Fernando del Paso, al menos eso dice el programa de actividades (pueden descargarlo de la página de Facebook de Fenal Oficial), pero no estoy segura…

Lo más GUAUUU de todo fue ver el montaje de los talleres de Fenal Niñ@s con el tema de El Principito, increíble de verdad.

Pero basta de tanta palabrería y pasemos a las fotos, porque no tengo idea de cuántas tomé. He aquí una primera selección de veintiocho imágenes… No se preocupen, que habrá muuuchas más en su siguiente visita a ésta su página web favorita.
  
 
 
 

Entre amigos te veas (i)

Entre amigos te veas. Jéssica de la Portilla Montaño de Juárez

ENTRE AMIGOS TE VEAS (i)

Publicado en El Heraldo de León el martes 16 de abril de 2013.
 
La Niña TodoMePasa dice:
Pues ya pasó el mes del amor y de la amistad. En marzo debimos platicar de temas interesantísimos como la primavera y sus respectivos burros. Diiigo, si es que saben a qué me estoy refiriendo, y yo sé que sí lo saben. Pero con tanta cosa que se cruza en el camino, luego preguntan que por qué una anda de “desviada”.

Ya discutimos sobre el amor y el cómo tu primer novio te dejó más plantada que Peña Nieto a Elba Esther, y para colmo en pleno San Valentín. Como si fueras un Charlie Brown cualquiera, nomás te falta el perrito loco que se sienta todo un as de la aviación de la Primera Guerra Mundial (“¡Toma, Barón Rojo!, ¡toma!”).

No hemos abarcado un tema sumamente importante: la amistad.

Ah, ¡los amigos! Dicen que los verdaderos se cuentan con los dedos de una mano. Entonces, ¿por qué Facebook te deja tener hasta cinco mil?

Los “cuates” suelen clasificarse según el lugar donde los conozcas. Así tendríamos en primer lugar a los amigos de la escuela y a los de la chamba. O sea, la gente con que convives a huehueee de lunes a viernes. Y, si te quedan ganas, pues ya los invitarás a tus reuniones (briagas) de fin de semana.
O de plano pueden aplicar la de meter unas chelas de contrabando a su santo lugar de trabajo. Como me contó el primo de un conocido del ahijado de mi tía la más sabia. ¡Mentira!, me lo confesó un ex colega de Servicio Rapaz Mexicano, cuyo nombre no diré pero que hace poquito vino a León a darse una vuelta:
Como trabajaba en la gerencia de Redes, y a cada rato les tocaba salir a echar cableado, aprovechaban sus ratitos en la oficina para sacar las caguamas escondidas bajo el piso de plafón. Al fin la habitación con los servidores de Chakamex era peor que frigorífico de carnicería.

Yo nomás le reclamé: ¿Y por qué nunca me invitaste a echar relajo con ustedes???

Luego están los amigos del vecindario.

Esa bandita con la que, si eres joven, te vas por las tardes a dar el rol. O andar en bici o ligar o a fumar a escondidas o lo que sea que hagas por las tardes.

Si ya estás madurito: son esos pelafustanes vaguitos pañalientos de enfrente que se la pasan en la calle, riéndose como si la vida en serio fuera tan divertida.
Que cantan con toda la juerza de sus pulmones, como si uno consiguiera chamba fija y seguro médico por berrear a lo idiota. Que hacen fiestas cada fin de semana cuando tú nomás quieres que ya se callen porque diario te acuestas a las diez y media de la noche.
¡Si “en tus tiempos” la juventud no estaba taaan descarriada, por Dios! ¡Ni siquiera existían los embarazos en adolescentes! ¡Imposible que un imberbe y descerebrado Justin Bieber jure que Ana Frank sería una “belieber” si no hubiese muerto de tifus en el campo de concentración de Auschwitz!

También tendríamos a los amigos de antro.

Bar, rave, toquín, bailongo de pueblo y cualquier otra variante que se te ocurra, porque obviamente uno nooo invita a sus amigos ravers al ballet de El lago de los cisnes. Y yo sé que tampoco llevarías a un rave a las niñas que te ayudan a dar clases de Catecismo porque capaz que te excomulgan. Y capaz que se pierden en el relajo y terminan trabajando con la Daiana Guzmán.
(¡Qué!, si dicen que todo trabajo es digno, aunque lo consigas por tu fama de cometer perjurio en cadena nacional).

Y finalmente entran los ciberamigos.

Esos contactos del ahora muerto y olvidado Messenger a los que tal vez nunca conociste en persona. Pero que terminaron sabiendo la historia completa de tu vida porque desde escuincla has sido bien pero bien discretota.

Esta clasificación de los amigos según su origen me parece exageradamente simplista.

Yo opino que los amigos son como las tarjetas Hallmark…

¿…como las tarjetas Hallmark?, ¡claro! Porque, al igual que las tarjetas Hallmark, existe un amigo para cada ocasión. Ah, ¿verdad?

Miren si no:

Primero que nada, tenemos a los llamados cuates de calendario:

Esos que sólo te hablan en fechas especiales como día de muertos (por qué será, por qué será). Año nuevo y, claro, cada piii catorce de febrero. De flojera, ¿no creen? Por no usar la palabra con hache que tiene que ver con los hábitos reproductores de peces y ciertos anfibios.

Aquí tenemos a ese clásico amigo de la primaria que te habla cada 25 de diciembre sin falta, aunque el resto del año no se preocupe por saber si sigues viva o no.

También está ese tipo al que tú le marcas cada que es su cumpleaños (luego de darle un nombre falso a su queridísima madre). No porque en serio en serio te siga importando el fulano en cuestión, sino para que se acuerde de que tú sí te acordaste de él… Y para ver si ahora sí le remuerde un poquiiito la conciencia porque él ni siquiera sabe qué día naciste.

Luego tenemos a los amigos ñoños o a los amigos matados.

Aquellos a los que les hablas solamente cuando necesitas saber qué hay de tarea, o cuando te falta un apunte o cuando tienes gran urgencia por fusilarte cualquier cosa.

Y si te preguntabas por qué los matados parecieran ser taaan populares pues, bueno: ahora conoces el motivo real.

–Oye, oye Jess…

Se acerca a tu banca la Michelle, ésa que ya ni te habla porque ahora es la gran amiga de la Marimar y de la Felina. A ver si no resulta la tercera o más bien la cuarta en discordia. Porque Marimar y Karla Lorena Galindo Arreola (la Felina) terminaron su amistad de más de diez años por culpa de tu fabuloso ex:
Se paseó con una, luego con la otra, con las dos al mismo tiempo…

–Es que, es que no entiendo el binomio al cuadrado, güueee… ¿Me lo explicas?, ¡porfa! ¡Ándale, sí!, ¿sí?, ¡ándaleee! ¡Vales mil, nunca cambies! ¡Jessy! ¡Explícame porfaaa!, ¡por nuestra gran amistad!, ¡te juro que me caes mejor que esas zorrillas!

¡Uy! ¡Matemáticas! ¡Sí! Hasta te emocionas porque te encanta el Álgebra y tu sueño frustrado era ser profesora de primaria. No por tu gran vocación de enseñanza ni mucho menos. Sino porque tooodos soñamos con tener alumnos para dejarles un chiii de tarea los viernes y hacerles examen sorpresa los lunes, ñaka ñaka…

¡…y algunos de nosotros sí logramos alcanzar nuestros sueños, por más mafufos que hayan sido los guiones!
 
Si desean saber la continuación pues nos vemos el viernes, y mientras tanto vayan a mi blog a ver fotos del Festival de Perros Encantados.

Festival de Perros Encantados @ León Gto.

Hoy domingo 14 de abril me lancé con Héctor y Domi al Parque Metropolitano de León para visitar el Festival de Perros Encantados.

La pasamos taaan mal…

 

 

 

 

 

 


José Guadalupe Posada: Crónica de un cronista. Museo del Estanquillo

Lo que más me gusta escribir es crónica. Como diría Troy McLure: ¿quién no me recuerda por mis historias ridículas de la Niña TodoMePasa? Para mí es el género más \”natural\”. Hasta se podría considerar como escritura automática.
La exposición \”José Guadalupe Posada, Crónica de un cronista\” es una pequeña muestra de que hay temas que nunca pasan de moda.
El Museo del Estanquillo (Isabel la Católica 26, Centro. CP 06000. Ciudad de México, Distrito Federal, México. Teléfono según Google Maps: +52 55 5521 3052. http://www.museodelestanquillo.com/) alberga colecciones del escritor Carlos Monsiváis. La entrada es sorprendentemente gratuita. Y te invita a celebrar los cien años de la muerte de José Guadalupe Posada, creador de la \”calaca garbancera\”, mejor conocida en todo el mundo como La Catrina.
Aquí les dejo una primera selección de nada menos que ciento seis imágenes… Tarde pero actualizo ehhh, así que no olviden que aún tengo un buen pero un bueeen de fotos pendientes de museos varios de Querétaro, Aguascalientes, Guanajuato y DF.
…¿qué tontería subiré la siguiente vez a este intento de blockkk, pregúntome yo???
Clic en la imagen que deseen ver \”a todo volumen\”.
¡Nos vemos el martes, si no pasa nada en el inter!

Museo Nacional de la Revolución @ DF

Dicen que una imagen vale más que mil palabras…
¿y setenta y ocho imágenes cuánto valdrán???
Clic en la foto que desees ver en grande. 
(Si estás leyendo esto en la minúscula pantallita de un teléfono celular: clic en el punto que desees ver como thumbnail, jaja.)

Esperanzas – Jéssica Montaño de Juárez.

Porque ya comenzó la primavera.

Porque ayer fue 21 de marzo, día internacional de la Poesía.

Ayer se me hizo conocer la Biblioteca Central Estatal Wigberto Jiménez Moreno de León, Guanajuato, mi nueva ciudad \”oficial\”, jeje… ¿cómo es que no había ido antes a conocerla??? (sha sé: ¡eso me pasaaa por estar encerrada en mi compu! Qué tontería, ¿no?) Si no saben cómo llegar, den clic en este link de Google Maps.

Aquí les dejo un poema que escribí hace mil-8mil años.

\"una


ESPERANZAS


La noche viene a mí
comencemos a soñar…

con una vida nueva
cien estrellas junto a mi Luna.

Invierno me cubrió con su manto
trajo renovada inocencia

prometo olvidar la ignorancia
diré adiós a mis pesadillas

sólo por hoy…

quiero volar con mi música interna
pedir deseos y apagar más velitas.

Terminó mi noche aparente
no más tristeza
nostalgia o melancolía.

Desde hoy seré casi eterna.

Olvidemos el pasado:

estoy contigo
seguiremos juntos
cada noche y cada día
de este nuevo siglo.



Porque tu primavera sea igual que la mía…
PD. No tengo los datos del creador de la imagen (¡esperemos tenga Creative Commons!), pero es con la que la web Almiar / Margen Cero, de España (que justo ahora no encuentro… \”La Niña TodoLoPierdo\”, ¡jaja!) ilustró mi cuento \”El Hada\” (la versión definitiva -¿o casi?- la pueden leer en el blog El callejón de la carne).