El coyote y el murciélago, novela de Bernardo Monroy
El coyote y el murciélago,
novela de Bernardo Monroy
Amante de las aventuras, de las selfies y de las buenas hamburguesas. Bernardo Monroy (Ciudad de México, 1982) es un periodista y escritor que gusta de vivir en León, Guanajuato.
Es el primer autor invitado publicado del proyecto AntologArte de TodoMePasa Ediciones con su cuento \”Irregular\”. Para celebrar la publicación de su novela más reciente, El coyote y el murciélago, Bernardo Monroy (Vozed, 2016), le hemos realizado una entrevista sobre su trayectoria. He aquí la primera parte:
Jéssica de la Portilla Montaño: ¿Cuándo supiste que querías ser escritor?
Bernardo Monroy: Creo que fue en la adolescencia, influido por todos esos escritores de terror que proliferaron durante la década de los ochenta y en los noventa llegaron traducidos a México: Stephen King, Clive Barker, Peter Straub, etcétera. Un autor me llevó a otro, y conocí a los clásicos del género “de espantos”, y así hasta que descubrí que me quería dedicar a contar historias.
En cierta forma, siempre estuve en contacto con la literatura. Mi padre me adentró en las novelas de Ian Fleming, el creador del Agente 007, a mi madre le encantaba Jane Austen, mi abuelo paterno solía citar al Quijote de manera sarcástica, y mi abuela materna adoraba a Agatha Christie, Conan Doyle y Raymond Chandler, tenía una colección que me heredó.
JPM: Cuéntanos cómo iniciaste tu trayectoria literaria.
BM: Comencé escribiendo en serio en la escuela de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem). Pero no empecé a publicar hasta que llegué a León, en una revista de Guanajuato capital llamada “Cuévano”. Después ingresé al periódico El Heraldo donde me dediqué, ahora sí, a ganarme la vida con la palabra.
Mi primer libro fue “El gato con converse”, una serie de relatos de corte fantástico editados por Ricardo García Muñoz. Después, apareció “La liga latinoamericana”, gracias a Dorian F. Cano y Juancarlos Porras, de Grupo 800, con quienes también saqué a la luz varios relatos cortos. Gracias a Gustavo Mayares, de Argentina, publiqué mi novela “Slasher”, un homenaje al cine de terror de los ochenta.
Después publiqué “WMD” y “Segunda temporada”. La primera es una referencia a la animación japonesa, y la segunda, un canto de amor a las series de televisión. “Segunda temporada” es mi novela favorita, pues representa una catarsis de una depresión que salí. Actualmente, gracias a Humberto Bedolla, publico “El coyote y el murciélago”, un homenaje a las historias pulp y mi primera novela histórica, ambientada en 1936.
JPM: Sabemos que te dedicas también al periodismo. ¿Cómo haces para combinar esta faceta laboral con la literatura?
BM: Pudiera escribir muchísimo al respecto, pero lo resumo con una frase: Me gano la vida contando historias. Cuando hago periodismo, las registro. Cuando soy escritor, las invento.
La crónica periodística es mi género favorito. Me permite describir un entorno, contar lo que sucede con la gente que sobrevive día con día, es fascinante. Entre mis ídolos están Tom Wolfe, Hunter S. Thompson, Norman Mailer o Svetlana Alexievitch, todos ellos extraordinarios narradores y periodistas.
JPM: ¿Qué obras y autores son tu inspiración?
Me apasiona sobre todo la literatura victoriana. Dickens, Stevenson, Stoker, Austen. Amo profundamente la literatura de terror, ciencia ficción, fantasía de espadas y hechicería o novelas noir y de misterio. Philip K. Dick, Brian W. Aldiss, Lovecraft, Robert Bloch, Richard Matheson, William Gibson, Raymond Chandler, Ernest Cline, y otros que proliferaron en la década de los noventa que no pertencen precisamente a estos subgéneros, como Bret Easton Ellis o Chuck Palahniuk.
Lo cierto es que las influencias lo son todo, no únicamente los libros. Me encantan las películas cutres de la década de los ochenta, así como las clásicas (Volver al futuro, Los cazafantasmas o los fabulosos churros de Rubén Galindo), soy fanático del actual boom de series televisivas, creo que se puede aprender mucho sobre narrativa viendo un capítulo de Black Mirror.
JPM: ¿Es complicado destacar en el medio literario mexicano viviendo en provincia?
BM: En realidad no, porque me mantengo alejado del mundillo literario. La gran ventaja de la red es que permite que te lean en todo el mundo, y codearte con gente que sigue tus mismos intereses, aficiones y géneros. Gracias a la red es como he publicado y me he dado a conocer.
JPM: ¿Por qué publicar en medios electrónicos?
BM: Porque hay mayor difusión. Con una búsqueda en Google y un clic puede el lector tener acceso a todo el mundo, y a tu obra. Internet abre posibilidades infinitas.