Amor para contrarrestar el odio mundial

Amor… ¿Dónde está el amor?

Mañana, quizá, si las cosas salen bien, a nadie odiaré. Pero estoy acostumbrado a odiar, encuentro el pretexto para maldecir, odiar y vituperar.
Esto no es exclusivo de México, es un fenómeno mundial. Todos odian algo o a alguien, todos culpan y todos son víctimas.
El Vaticano condena y odia a los musulmanes, desaprueba con odio el aborto, y otras prácticas. También los musulmanes condenan y odian a los que no alaban a Alá.
El presidente de Estados Unidos y un gran número de norteamericanos expresan su odio a los mexicanos, a la cultura del taco. Los mexicanos odian a esos “pinches güeros desabridos”.

Todos odiamos. ¿Dónde está el amor?

\"Amor
¿Qué decides el día de hoy?
Vivir en paz, vivir con amor. Luchar para que nadie secuestre tu paz interior, tu alegría, tu ternura frente a la esposa, a los hijos. Cultivar la amistad, el respeto entre colegas y compañeros, promover el aprendizaje y el crecimiento para ser mejores personas.
El mundo tiene necesidad de un gran cambio de actitud ante los sucesos cotidianos, ante las limitaciones y ante las tragedias. Necesidad de una revolución de valores, de sentimientos positivos, de construcción humana, de crecimiento personal y social.
Las sociedades post – ultra – modernas, capitalistas, industriales y neoliberales siguen cultivando la rapacidad, la voracidad. Se siguen desarrollando los sorprendentes contrastes entre la pobreza y la riqueza. Los líderes internacionales no ven con indignación justificada esta realidad… Pronto entraremos en una era de miedo, de guerra, una debacle mundial.
La ciudadanía mundial, como lo expresa la ONU, debe apuntar a programas del desarrollo humano y personal.
Los capitalistas individualistas invierten enormes cantidades de dinero en Asia, África y América central y del sur. Solo para conseguir beneficios y sin ninguna preocupación por las mejoras sociales, nula responsabilidad en el entorno social y cultural. Sin responsabilidad en el daño ecológico y medio ambiente del mundo.
Pronto no habrá un retorno y será demasiado tarde.
Hoy y solo por hoy imponte no odiar.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *